El Mercosur hizo cumbre en Mendoza
Sin cocteles ni democracia
01/07/2012
- Opinión
Paraguay fue sancionado por el Mercosur y la Unasur en las cumbres celebradas en Mendoza. El golpista Franco y la derecha regional cuestionaron esas decisiones por carecer de "sustento jurídico", no “observar el debido proceso” y sin “concederle oportunidad para la defensa".
En la XLIII Cumbre del Mercado Común del Sur (Mercosur), y la reunión extraordinaria de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) –celebradas ambas en Mendoza, provincia del oeste argentino- los jefes y jefas de Estado decidieron suspender a Paraguay de sendos organismos.
Según lo que informó el canciller argentino Héctor Timerman, la resolución que estableció la suspensión de la República del Paraguay del derecho de participar de los órganos también señala que cesará cuando se verifique el pleno reestablecimiento del orden democrático mediante elecciones universales y libres, previstas, en principio, para el 21 de abril de 2013.
Además, el funcionario aclaró que los jefes y jefas de Estado resolvieron garantizar la continuidad de los proyectos que competen al Paraguay para no perjudicar a sus ciudadanos.
Sobre la decisión en el interior de Unasur, el presidente ecuatoriano Rafael Correa explicó que “hubo diferentes posturas", y que una de las discusiones al respecto giraron en torno a que aún en ese organismo no estaba aprobado el protocolo de la Cláusula Democrática.
Al referirse a la no aplicación de sanciones económicas, Correa recordó que, en realidad "lo que perjudica al pueblo paraguayo son los golpistas y el mayor mal para pueblo paraguayo es dejarlo a la merced de esos golpistas".
Los mandatarios de Ecuador, Venezuela y Bolivia llevaron a la reunión una propuesta de sanciones duras frente al golpe de Estado paraguayo, ya que, según comentó Correa, si no se actúa de manera contundente "éstas aventuras anti-democráticas continuarán en Paraguay y en nuestra América".
Tras la suspensión, la Cancillería paraguaya informó que el gobierno "no acepta" la decisión y advirtió que "evaluará, conforme a sus legítimos derechos e intereses, su continuidad" en el bloque regional.
Federico Franco, ungido presidente tras el derrocamiento de Fernando Lugo, sostuvo que la suspensión ha "sido adoptada al margen de las disposiciones" del tratado constitutivo de la Unasur y se ha tomado "sin sustento jurídico alguno".
Franco, se defendió al afirmar que la sanción “no afectará de ninguna manera la actividad comercial del país” e ironizó sobre la ausencia de Paraguay a las reuniones del organismo: “Nos permitirá ahorrar dinero en cócteles y banquetes”.
Según El Nacional, además, Franco calificó de "ilegales e ilegítimas" las sanciones de Mercosur y Unasur, ya que se tomaron “sin observar el debido proceso y sin concederle oportunidad para la defensa" –¡vaya observación luego del proceso que lo llevó a la presidencia paraguaya!-. El actual presidente de Paraguay confirmó que su gobierno “promoverá las acciones que correspondan al amparo del derecho internacional".
Sobre el tipo de sanción del Mercosur y Unasur contra Paraguay, el presidente venezolano Hugo Chávez expresó: “me parece muy buena esa decisión de no hacer nada que afecte al pueblo noble y heroico del Paraguay”. El Nacional de Caracas resaltó que el bolivariano dijo: “Detrás del Congreso paraguayo está la mano del imperio. Por eso el ingreso de Venezuela a Mercosur es una derrota para la burguesía”.
La presidenta de Argentina, Cristina Fernández, explicó que se suspendió a Paraguay hasta que se lleve a cabo un “proceso democrático que nuevamente instale en ese querido país la soberanía popular en elecciones libres y democráticas”.
Además, en la apertura de la Cumbre de presidentes, Fernández argumentó -desde el punto de vista legal, desde la acción parlamentaria y desde la valoración política- por qué se cataloga sin duda alguna como “golpe de Estado” a lo acontecido el 22 de junio en Paraguay.
También adelantó que la posición argentina –en lo previo a las deliberaciones- era sancionar políticamente a Paraguay, pero no hacerlo en lo económico, ya que eso implicaría un castigo y costo para el pueblo paraguayo. La mandataria fundó esa posición, además, en la coherencia de “nuestros países” que “hemos criticado” a quienes apelaron y sostienen económicas que no hacen más que maltratar la calidad de vida del pueblo.
Respecto de la no sanción económica, el paraguayo Diario Popular rescató que “los 680 millones de dólares del Fondo de Convergencia Estructural del Mercosur seguirán llegando a Asunción, a pesar de la suspensión”. En otro tono, TN Press, de Ciudad del Este, afirmó que “resignados a que los traten como ‘el niño difícil’, el gobierno y la clase empresarial (paraguayos)” cerraron “filas ante la suspensión temporal del bloque”.
Aunque no fue el tema que salió a la luz, pero sin dudas tampoco es ajeno a los y las mandatarias regionales, la condena al golpe de Estado en Paraguay es defensa de la democracia, pero también defensa de la soberanía y va en contra las nuevas formas de dominación.
La periodista Stella Calloni, publicó en el diario mexicano La Jornada, una investigación titulada “Detrás del golpe: nuevas bases en Paraguay”. En el texto, la analista internacional argentina afirma que “mientras se realizaba el juicio político ‘express’ contra el presidente democráticamente elegido en Paraguay, Fernando Lugo”, diputados paraguayos “se reunían con militares de Estados Unidos, para negociar la instalación de una base militar en el Chaco, un territorio extenso y despoblado en ese país”.
Según fuentes del ABC Color, el más poderoso complejo mediático de la derecha en Paraguay y clave en la destitución del presidente Lugo, “el diputado José López Chávez del grupo disidente del Partido Colorado, la UNACE, encabezado por el golpista general Lino Oviedo confirmó que dialogó con jefes militares estadounidenses sobre la posibilidad de instalar las bases, aunque el tema está siendo analizado por el Pentágono”.
Calloni afirma que el legislador, en diálogo con una radio local, afirmó que “es necesario” instalar estas bases ya que, según su apreciación, Bolivia “constituye una amenaza para Paraguay debido a la carrera armamentista que desarrolla”.
La periodista analiza que estos avances en la apertura a la militarización estadounidense “podría ser una de las causas de la rapidez con que se sacó a Lugo del medio, por los compromisos con el Mercosr y la Unasur, lo que no hubiera permitido avanzar en este proceso de bases”.
Calloni recordó que Lugo pudo evitar un desembarco anterior aludiendo a los compromisos regionales de su país, pero que desde antes de la asunción del ahora derrocado presidente existían autorizaciones al libre desempeño de militares enviados por Washington a la región. De hecho, “los militares del Comando Sur, han marcado el territorio que está sobre el extenso Acuífero Guaraní, uno de los más grandes de agua potable del mundo ubicado en la Triple Frontera que tiene Paraguay con Argentina y Brasil”.
Según lo que informó el canciller argentino Héctor Timerman, la resolución que estableció la suspensión de la República del Paraguay del derecho de participar de los órganos también señala que cesará cuando se verifique el pleno reestablecimiento del orden democrático mediante elecciones universales y libres, previstas, en principio, para el 21 de abril de 2013.
Además, el funcionario aclaró que los jefes y jefas de Estado resolvieron garantizar la continuidad de los proyectos que competen al Paraguay para no perjudicar a sus ciudadanos.
Sobre la decisión en el interior de Unasur, el presidente ecuatoriano Rafael Correa explicó que “hubo diferentes posturas", y que una de las discusiones al respecto giraron en torno a que aún en ese organismo no estaba aprobado el protocolo de la Cláusula Democrática.
Al referirse a la no aplicación de sanciones económicas, Correa recordó que, en realidad "lo que perjudica al pueblo paraguayo son los golpistas y el mayor mal para pueblo paraguayo es dejarlo a la merced de esos golpistas".
Los mandatarios de Ecuador, Venezuela y Bolivia llevaron a la reunión una propuesta de sanciones duras frente al golpe de Estado paraguayo, ya que, según comentó Correa, si no se actúa de manera contundente "éstas aventuras anti-democráticas continuarán en Paraguay y en nuestra América".
Tras la suspensión, la Cancillería paraguaya informó que el gobierno "no acepta" la decisión y advirtió que "evaluará, conforme a sus legítimos derechos e intereses, su continuidad" en el bloque regional.
Federico Franco, ungido presidente tras el derrocamiento de Fernando Lugo, sostuvo que la suspensión ha "sido adoptada al margen de las disposiciones" del tratado constitutivo de la Unasur y se ha tomado "sin sustento jurídico alguno".
Franco, se defendió al afirmar que la sanción “no afectará de ninguna manera la actividad comercial del país” e ironizó sobre la ausencia de Paraguay a las reuniones del organismo: “Nos permitirá ahorrar dinero en cócteles y banquetes”.
Según El Nacional, además, Franco calificó de "ilegales e ilegítimas" las sanciones de Mercosur y Unasur, ya que se tomaron “sin observar el debido proceso y sin concederle oportunidad para la defensa" –¡vaya observación luego del proceso que lo llevó a la presidencia paraguaya!-. El actual presidente de Paraguay confirmó que su gobierno “promoverá las acciones que correspondan al amparo del derecho internacional".
Sobre el tipo de sanción del Mercosur y Unasur contra Paraguay, el presidente venezolano Hugo Chávez expresó: “me parece muy buena esa decisión de no hacer nada que afecte al pueblo noble y heroico del Paraguay”. El Nacional de Caracas resaltó que el bolivariano dijo: “Detrás del Congreso paraguayo está la mano del imperio. Por eso el ingreso de Venezuela a Mercosur es una derrota para la burguesía”.
La presidenta de Argentina, Cristina Fernández, explicó que se suspendió a Paraguay hasta que se lleve a cabo un “proceso democrático que nuevamente instale en ese querido país la soberanía popular en elecciones libres y democráticas”.
Además, en la apertura de la Cumbre de presidentes, Fernández argumentó -desde el punto de vista legal, desde la acción parlamentaria y desde la valoración política- por qué se cataloga sin duda alguna como “golpe de Estado” a lo acontecido el 22 de junio en Paraguay.
También adelantó que la posición argentina –en lo previo a las deliberaciones- era sancionar políticamente a Paraguay, pero no hacerlo en lo económico, ya que eso implicaría un castigo y costo para el pueblo paraguayo. La mandataria fundó esa posición, además, en la coherencia de “nuestros países” que “hemos criticado” a quienes apelaron y sostienen económicas que no hacen más que maltratar la calidad de vida del pueblo.
Respecto de la no sanción económica, el paraguayo Diario Popular rescató que “los 680 millones de dólares del Fondo de Convergencia Estructural del Mercosur seguirán llegando a Asunción, a pesar de la suspensión”. En otro tono, TN Press, de Ciudad del Este, afirmó que “resignados a que los traten como ‘el niño difícil’, el gobierno y la clase empresarial (paraguayos)” cerraron “filas ante la suspensión temporal del bloque”.
Aunque no fue el tema que salió a la luz, pero sin dudas tampoco es ajeno a los y las mandatarias regionales, la condena al golpe de Estado en Paraguay es defensa de la democracia, pero también defensa de la soberanía y va en contra las nuevas formas de dominación.
La periodista Stella Calloni, publicó en el diario mexicano La Jornada, una investigación titulada “Detrás del golpe: nuevas bases en Paraguay”. En el texto, la analista internacional argentina afirma que “mientras se realizaba el juicio político ‘express’ contra el presidente democráticamente elegido en Paraguay, Fernando Lugo”, diputados paraguayos “se reunían con militares de Estados Unidos, para negociar la instalación de una base militar en el Chaco, un territorio extenso y despoblado en ese país”.
Según fuentes del ABC Color, el más poderoso complejo mediático de la derecha en Paraguay y clave en la destitución del presidente Lugo, “el diputado José López Chávez del grupo disidente del Partido Colorado, la UNACE, encabezado por el golpista general Lino Oviedo confirmó que dialogó con jefes militares estadounidenses sobre la posibilidad de instalar las bases, aunque el tema está siendo analizado por el Pentágono”.
Calloni afirma que el legislador, en diálogo con una radio local, afirmó que “es necesario” instalar estas bases ya que, según su apreciación, Bolivia “constituye una amenaza para Paraguay debido a la carrera armamentista que desarrolla”.
La periodista analiza que estos avances en la apertura a la militarización estadounidense “podría ser una de las causas de la rapidez con que se sacó a Lugo del medio, por los compromisos con el Mercosr y la Unasur, lo que no hubiera permitido avanzar en este proceso de bases”.
Calloni recordó que Lugo pudo evitar un desembarco anterior aludiendo a los compromisos regionales de su país, pero que desde antes de la asunción del ahora derrocado presidente existían autorizaciones al libre desempeño de militares enviados por Washington a la región. De hecho, “los militares del Comando Sur, han marcado el territorio que está sobre el extenso Acuífero Guaraní, uno de los más grandes de agua potable del mundo ubicado en la Triple Frontera que tiene Paraguay con Argentina y Brasil”.
APAS | Agencia Periodística de América del Sur | www.prensamercosur.com.ar
Facultad de Periodismo y Comunicación Social. Universidad Nacional de La Plata.
Facultad de Periodismo y Comunicación Social. Universidad Nacional de La Plata.
https://www.alainet.org/fr/node/159218?language=es
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