Grecia, el abismo y después
La indignación de los “ajustados"
26/10/2011
- Opinión
La represión policial sigue abatiéndose sobre los ciudadanos que se movilizan. A pesar de los multitudinarios reclamos, el gobierno griego aprobó un nuevo paquete de ajustes.
Más de 120 mil personas tomaron las calles griegas para reclamar contra las nuevas políticas de ajuste que la Troika (Unión Europea; Fondo Monetario Internacional y Banco Central Europeo) le exige al gobierno helénico para recibir una nueva etapa del rescate económico.
Además del ajuste y pese al carácter multitudinario de la protesta la única respuesta que obtuvo el pueblo griego por parte del gobierno ¿socialista? de Giorgos Papandreu fue la violencia.
En Atenas, policías antimotines reprimieron a los manifestantes que se dirigían a ocupar la Plaza Syntagma, que se encuentra ubicada frente al Parlamento, dejando como saldo la muerte de un sindicalista y más de 40 heridos.
Un día antes de la huelga general de 48 horas, Papandreu reclamó por el fin de las protestas. “Me gustaría preguntarles a todos aquellos que ocupan edificios ministeriales, invaden las calles con basura, cierran puertos, cierran la Acrópolis, si esto nos ayuda a ponernos de pie otra vez; por supuesto que no”, exclamó el Mandatario.
Sin embargo, el pueblo griego decidió salir a las calles y paralizar el país. Tanto los trabajadores del sector público como del privado se plegaron a la huelga, mientras que escuelas y museos permanecieron cerrados. En los hospitales, los médicos sólo atendieron las emergencias.
Por otra parte, los medios de transporte mantuvieron un cronograma acotado de servicio para que los trabajadores pudieran dirigirse a las marchas. También adhirieron al paro los controladores aéreos, como los trabajadores portuarios y los recolectores de basura.
Así, lo que los griegos reclaman es el fin de la aplicación de las recetas neoliberales. Desde el comienzo de la crisis, no hacen más que ajustar un cinturón al que ya no le queda espacio para hacer más agujeros.
Ya en 2010, Grecia había acordado un préstamo de “salvataje”, en varios tramos, por 110 mil millones de euros por parte de la Troika, a cambio de la aplicación de una severa política de ajuste.
Pero la “ayuda” otorgada por la Unión Europea, el Fondo Monetario Internacional y el Banco Central Europeo, sólo sirvió como paliativo durante algunos meses.
A mediados de 2011, el Parlamento griego aprobó un proyecto de ley para dar luz verde a un nuevo plan antipopular de ajuste exigido por la Troika, a cambio de 8.000 millones de euros.
Ante la dilación del tratamiento parlamentario de la aprobación del proyecto de ley, Papandreu admitió que de no obtener inmediatamente el dinero, sólo podrían hacer frente al pago de sueldos y jubilaciones hasta el mes de noviembre.
A las medidas de ajuste que se vienen implementando en el transcurso del último año y medio, se le suman nuevos y feroces recortes. A nivel impositivo, un aumento del impuesto inmobiliario, suba del IVA y la anulación de excepciones impositivas, entre otras.
Con respecto al empleo, los salarios de los funcionarios públicos serán recortados un 15 por ciento, mientras que los empleados de empresas estatales verán rebajados sus sueldos en un 30 por ciento. Además, se prevé el despido de 30 mil empleados públicos.
A su vez, tanto el presupuesto de salud, como el de educación y el de defensa, como así también la inversión pública, sufrirán una profunda reducción. El recorte en educación, por ejemplo, equivaldrá al cierre de 1.976 escuelas.
Además, la edad para jubilarse aumentará de los 61 a los 63 años, y se requerirán 40 años de aporte; por otro lado, las pensiones que superen los 1.660 dólares mensuales sufrirán una rebaja del 20 por ciento.
Por último, Grecia será invadida por una ola privatizadora. Así, el estado se desprenderá de su participación en Hellenic Telecom, o en Aguas Atenas, como también de la refinería Hellenic Petroleum, entre otras empresas.
Pero la crisis griega está arrojando otras consecuencias, además de las económicas. Según el ministerio de Salud griego, durante el transcurso del primer semestre de 2011 la tasa de suicidios aumentó el 40 por ciento en comparación al mismo periodo del año 2010.
La situación que vive el pueblo griego no hace más que recordar lo vivido en los años ´90 por los sudamericanos. Gobiernos adictos al Imperio que aplicaron sin vacilar las políticas del Consenso de Washington.
En Sudamérica la aplicación de las recetas neoliberales se tradujo en muerte y miseria. Y hubo que esperar al estallido de la crisis para que surjan gobiernos nacionales y populares que cortaran de raíz la aplicación de políticas de feroz ajuste.
Sin embargo, la situación de los países europeos encierra una gran incógnita: ¿Cuál sería una salida viable, si quienes llevan adelante los brutales recortes son gobiernos socialistas?
Agencia Periodística de América del Sur (APAS)
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