Desempeño económico reciente

26/11/2009
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Resumen ejecutivo

Honduras es el tercer país más pobre de América Latina, adelante solamente de Nicaragua y Guyana. Ha tenido una larga historia de agitación política y económica, la cual finalmente estabilizada hacia el final de los años 1980s. Este ciclo de relativa estabilidad finalizó con el golpe de estado que sacó del poder al Presidente Manuel Zelaya el 28 de junio de 2009. La presente inestabilidad ha empeorado la contracción económica, y también ha evitado la adopción de las medidas requeridas para contrarrestar el efecto de la recesión global sobre la economía hondureña.
 
A pesar de varios esfuerzos para promover el desarrollo económico, los cambios más importantes en cuanto a la inserción del país en la economía global se dieron solamente después de la creación del sistema de Zonas Industriales para el Procesamiento de Exportaciones en 1987. Este sistema, junto con una fuerza laboral de muy bajo costo, y vínculos políticos cercanos con los Estados Unidos de América, hicieron de Honduras un sitio de gran atractivo para la ubicación de plantas productivas por parte de las empresas multinacionales, especialmente en el campo de los textiles. El empleo dentro de las zonas industriales de procesamiento de (ZIP) y las zonas libres (ZL) creció más de un 40 por ciento por año entre 1990 y 1996. Para el año 2005 el sector de maquila representaba cerca de un 65 por ciento del total de las exportaciones.
 
Sin embargo, a pesar de contar con los salarios más bajos de América Central, el sector de maquila de Honduras ha enfrentado en los últimos años dificultades para competir con productores de Asia, los cuales disponen de salarios aún menores que los hondureños. Como resultado, la participación de las exportaciones de maquila en el total ha caído significativamente en años recientes, y Honduras ha sido incapaz de avanzar hacia niveles superiores en la cadena del valor.
 
La economía, a pesar de lo anterior, se desempeñó bien durante la administración Zelaya, la cual se inició en enero de 2006. El Producto Interno Bruto (PIB) creció 6.6 por ciento en 2006 y 6.3 por ciento en 2007; la expansión se desaceleró en 2008 debido a la recesión mundial, pero aún así el crecimiento alcanzó 4 por ciento en ese año. La pobreza se redujo en forma significativa en los primeros dos años (para los cuales existe información), desde 65.8 por ciento de los hogares en 2005 hasta 60.2 por ciento en 2007. La desigualdad también cayó: de 2005 a 2006 la porción del ingreso recibido por los deciles inferiores (los más pobres) creció de 2.1 a 2.5, y el porcentaje recibido por el segmento más rico cayó, de cerca de 47 por ciento en 2005 a 42.4 por ciento en 2006.
 
La inflación se mantuvo bajo control, alcanzó su máximo de 10.8 por ciento en 2008, pero este resultado se vio afectado por el gran salto en los precios de importación de los productos primarios. Esta cifra pronto se reduciría: la inflación en setiembre pasado, con respecto a setiembre del año anterior fue de solamente 3.1 por ciento. El déficit de la cuenta corriente también llegó a niveles elevados en 2007 y 2008, alcanzando el máximo de –11.7 por ciento del PIB en 2008; sin embargo, este nivel entró en territorio positivo en 2009 al caer los precios de las importaciones y la demanda de importaciones. El gobierno de Zelaya pudo mantener un nivel adecuado de reservas y un tipo de cambio estable. El gobierno también utilizó política monetaria expansiva, en forma de una reducción del encaje legal, con el fin de mitigar la contracción del crédito que afectó a Honduras en 2008.
 
El gobierno también decretó un aumento del 60 por ciento en el salario mínimo, el cual generó una considerable oposición por parte de los empleadores. A pesar de los esfuerzos de estos últimos, la Corte Suprema de Justicia mantuvo el incremento salarial, en parte basada en el hecho de que, con el incremento, el salario mínimo no cubría la canasta de consumo básico en zonas rurales o urbanas. Investigación previa también ha mostrado que incrementos en el salario mínimo en Honduras tienen una importante participación en la reducción de la pobreza y la pobreza extrema. El gobierno también incrementó significativamente el acceso a la educación para aproximadamente 450.000 niños por medio de la eliminación de cuotas de contribución a las escuelas, e implementó un aumento de más de un 25 por ciento en la cantidad de niños que reciben almuerzos escolares gratis. La economía sigue siendo afectada por la recesión mundial en 2009, y es particularmente vulnerable debido a su alta dependencia de las remesas del exterior, las cuales alcanzaron su máximo nivel de 21 por ciento del PIB en 2006. Los cuatro meses de inestabilidad desde el golpe de estado se han combinado con estos shocks externos para afectar negativamente el desempeño económico.
 
Del 2 de julio al 3 de noviembre, las reservas internacionales en el banco central han caído $444,6 millones, o 18,4 por ciento. El nivel presente de $1,98 miles de millones representa aproximadamente 3,2 meses de importaciones, lo cual se encuentra en el margen de suficiencia. Actualmente Honduras tiene acceso a $163,9 millones en reservas a través del Fondo Monetario Internacional (FMI), dentro de una asignación especial de Derechos Especiales de Giro (DEG) decretada este año y hecha extensiva a todos los países miembros. Sin embargo, debido a que el gobierno de facto no ha sido reconocido internacionalmente, el acceso a las reservas ha sido denegado por el FMI.
 
Para el sector turismo, que creció a un rápido 9 por ciento el año anterior, se espera una contracción este año debido a la recesión en los Estados Unidos y en el resto del mundo. Algunos de los impactos de la presente crisis son difíciles de cuantificar, pero definitivamente son significativos. Jesús Canahuati, vicepresidente del Consejo Comercial de América Latina estima que el “toque de queda” impuesto por el régimen de facto cuesta a la economía $50 millones por día.
 
De enero a agosto el Índice Mensual de Actividad Económica (IMAE) ha caído un 3,4 por ciento, comparado con un crecimiento del 2.4 por ciento en 2008.
 
Recientemente, en junio anterior, Consenso Económico había pronosticado un crecimiento del 0,7 por ciento para 2009; para setiembre este pronóstico había sido reducido a –2.6 por ciento; parte de esto indudablemente refleja el impacto de la crisis.
 
 
- Jose Antonio Cordero es economista titular del Centro de Investigación Económica y de Políticas (Center for Economic and Policy Research) en Washington, D.C., EE.UU.
https://www.alainet.org/fr/node/137985
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