Más allá del principio

10/08/2009
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Muchos de los que nos asociamos desde el 28 de junio en esta gran resistencia contra el golpe de estado, venimos arrastrando desde siempre como anhelo, objetivo, sueño o propósito el convertir la heredad que nos dejaron nuestro mayores, en un espacio donde el hombre y la mujer puedan compartir las mismas oportunidades y recibir en medio de una equidad absoluta el beneficio de todas las bondades que puedan producirse de un sistema de gobierno humanamente justo. En tal sentido, nuestra lucha por la restitución del Presidente Manuel Zelaya y el restablecimiento al orden del Derecho en Honduras, es a penas el principio de las tareas que se asomaban con la solicitud de la cuarta urna.
 
Puede que para muchos la guerra termina una vez restituido el Presidente Constitucional, que ese es su objetivo único, y puede considerarse como válido, pero no es suficiente; los fuegos que calentaron las calderas no responden únicamente al rompimiento del Orden Constitucional, el discurso de Manuel Zelaya y su propuesta para la convocatoria de una Asamblea Nacional Constituyente, despertó un gigante, elevó sus niveles de conciencia y refrendó nuestra esperanza de instaurar en Honduras un sistema de gobierno donde todos tengamos las mismas oportunidades, que haya pan y justicia para todos y que todos en el marco de una soberanía que se nos ha negado, podamos corregir los desaciertos de cualquier persona hecha gobierno.
 
Resulta insuficiente un objetivo tan corto, pues dejaría sin satisfacción las angustia que el pueblo llano ha tenido que soportar, especialmente ahora que se ha dado cuenta que las leyes que le han sido impuestas tienen la posibilidad de ser elásticas cuando hay que favorecer a los poderosos y se convierte en pesada carga cuando tienen que sancionar a los desposeídos. Hoy que el pueblo se ha dado cuenta que en un sistema como el actual mientras muchos se atragantan mezquinamente, los demás padecemos de lo más ingente para una vida humana.
 
Por todo ello, se me ocurre que debemos retomar algunos compromisos que hicimos al calor de los primeros días de lucha: luchar por una nueva constitución política; retomar nuestra cultura alimenticia tradicional y oponernos a las comidas rápidas; castigar a las cúpulas de los partidos políticos que participaron o coadyuvaron en el golpe de estado; no dejar sin castigo a los golpistas; oponernos a un gobierno de conciliación que deje a “Mel” maniatado y a muchos golpistas con suficiente poder para seguir haciendo daño; convertir este movimiento de la Resistencia contra el golpe en un grupo permanente de orientación, para sustentar de ahora en adelante las conquistas necesarias para una Honduras mejor. 
https://www.alainet.org/fr/node/135645?language=en

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