El pasado viernes 14, el Senado de los Estados Unidos, decidió por 98 votos a cero, la siguiente resolución: "El Presidente es autorizado para usar toda la fuerza necesaria y apropiada contra aquellas naciones, organizaciones o personas que él determine así como a los que planearon, organizaron, llevaron a cabo o ayudaron a realizar los ataques terroristas que ocurrieron el 11 de septiembre del 2001, o también a los que hubieran protegido a tales organizaciones o personas, con el propósito de prevenir actos futuros de terrorismo internacional contra los Estados Unidos, por tales naciones, organizaciones o personas". Esta resolución debe ser leída con cuidado. Lo primero que podríamos preguntarle a los senadores norteamericanos es: ¿qué significa "usar toda la fuerza necesaria y apropiada"? ¿significa que se autoriza al Presidente de los EU no sólo a bombardera e invadir cualquier territorio sino también, ordenar (¡quiera el cielo que no!) el lanzamiento de bombas atómicas?. Pero además, la resolución no sólo indica a las organizaciones y las personas responsables (lo que no puede ser objetado) sino también a las naciones. ¿Ello quiere decir que se incluyen a los niños, mujeres, ancianos, minusválidos, es decir, a la población civil de esas naciones, personas que no han tenido nada que ver con esos terribles y reprobables actos y que, por el contrario, son oprimidos por los grupos de poder gobernantes?. Y ante esa resolución tan grave preguntaría si consultaron en forma idónea a su electorado, como debe ocurrir en un Estado que se presume como la cuna de la democracia moderna. Y algo más ¿estaban conscientes del efecto bumerán que se produce cuando se asesina a inocentes? Y si se hace esto, ¿no se estará haciendo la justicia debida sino produciendo mas terror y más injusticia mientras los verdaderos culpables se salvan?. En éste punto, solo me permito recordar que la Guerra del Golfo Pérsico ocasionó, según la ONU, más de 1,500,000 muertos entre la población civil y allí sigue Sadam Hussein gobernando. Pregunto ¿no ocurriría lo mismo después de haber masacrado Afganistán y obviamente Pakistán? Por otro lado, las resoluciones del Senado norteamericano no sólo afectan a los ciudadanos norteamericanos sino también a sus vecinos. Frente a ello ¿cuál ha sido la posición del gobierno mexicano? De acuerdo a las declaraciones del Canciller Castañeda que, indudablemente habla a nombre del Ejecutivo (por medio de entrevistas transmitidas en los programas de Monitor y Zona Abierta) tendríamos que rendirnos ante la evidencia de que los Estados Unidos no sólo son la nación más poderosa del mundo sino que México tiene una enorme dependencia comercial y por tal motivo, -nos dice el Canciller- estamos obligados a apoyar a nuestros vecinos y "socios". Nadie duda que el diagnóstico de Castañeda sea correcto pero de ninguna manera de esto se deriva que tengamos que otorgar un cheque en blanco a ese gobierno por tres razones: primera, porque México hasta ahora no es, ni debe correr el riesgo de ser un objetivo más de esos terroristas; segunda, porque nuestro país ha tenido una permanente política pacifista (¿qué no fue el humanismo, el único concepto que utilizó Vicente Fox en su reciente informe?) que no debería violentarse a menos que nuestro país estuviera seriamente amenazado y tercera, independientemente de que nuestro país se encuentre en una lamentable situación de dependencia ¿no debería significarse por su prudencia y el llamado al respeto de las leyes internacionales? Nadie debería estar en contra de que se ejerza justicia contra de esos y de todos los genocidas pero aquí estamos considerando a un imperio que tiene ya una larga historia de guerras y que ha empleado ya bombas atómicas en una ocasión. Ahora todo se encuentra en manos del Presidente norteamericano. Frente a ello nuestro gobierno ¿no debería llamar, frente a la "justicia infinita" a una prudencia infinita? Gabriel Vargas Lozano. Departamento de Filosofia, Universidad Autonoma Metropolitana-Iztapalapa. gvl@xanum.uam.mx