Iniciativas desde las mujeres

30/06/1997
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Los derechos humanos de las mujeres incluyen el tener control y decidir libremente y con responsabilidad en lo relacionado con su sexualidad. Estos derechos comprenden, igualmente, la posibilidad de desarrollar relaciones equitativas entre hombres y mujeres, en lo concerniente con la sexualidad y la reproducción, e incluyen el respeto a la integridad de la persona, el respeto a las mutuas necesidades, responsabilidad por la conducta sexual y sus consecuencias. (Declaración y Plataforma de Acción de la ONU, Beijing 95). En el octavo Encuentro Internacional Mujer y Salud, Brasil 1997, se puso en evidencia que el 90% de las mujeres con VIH/SIDA viven en países subdesarrollados y pertenecen a los sectores más pobres de la población. Un significativo porcentaje de mujeres infectadas conviven en pareja heterosexual y estable. Estudios realizados al respecto prueban que la monogamia no es una estrategia eficaz de protección de las mujeres contra el virus, pues desconocen las relaciones que su cónyuge o compañero pueda tener. El agente transmisor resulta ser, entonces, su compañero permanente. Si se espera que para el año 2000 el número de mujeres infectadas iguale al de los varones, se pone en evidencia la magnitud del fenómeno de prácticas sexuales riesgosas a las que la mujer adolescente deberá hacer frente. Eso nos hace pensar en las niñas y jóvenes que están siendo utilizadas en el comercio sexual como garantía de no contagio al VIH/SIDA, aprovechando los tabúes que encierra el concepto de virginidad. Empoderar los grupos sociales Como propuesta desde la organización comunitaria, es urgente la consolidación de grupos de mujeres viviendo con VIH-SIDA. Vemos el impacto de esto en diferentes países del mundo. Así como se requiere desarrollar fortalezas para empoderarnos de nuestro cuerpo, se precisa también desarrollar empoderamientos de estos grupos sociales que abran el camino y cimenten las bases para acciones, en las que las mujeres logren avances significativos. Debemos trabajar para reconocer que el control del virus también está en nuestras manos. La mujer portadora debe apropiarse de su problemática y también de las vías para solucionarlo. Un grupo sensibilizado de mujeres portadoras empieza a abrir camino en esta lucha, lo cual implica trabajar por la prestación de servicios de salud con calidad: atención médica especializada, atención psicológica, derecho a la confidencialidad, etc. * Clara Rodríguez: Presidenta de la Fundación Diálogo Mujer, Colombia * Este documento es parte de La cara Socio-económica del Sida Serie Aportes para el Debate No. 5.
https://www.alainet.org/fr/node/104799?language=es
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