El origen de las “cotillas”

23/07/2014
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Regañonas, mandonas, despilfarradoras, chivatas, putas…Y cotillas. Son adjetivos que a menudo han sido reservados a las mujeres. El motivo: ponerles freno para que no se pasen de la raya y acaparen demasiado poder, así como degradar su identidad social.
 
Pero esto no es nuevo. La literatura europea de los siglos XVI y XVII es testigo de la campaña de criminalización social de las mujeres de aquella época; así como la física: las prostitutas eran fueteadas, las adúlteras condenadas a muerte y las que tenían “la lengua larga”, paseadas por las calles con una correa y un bozal en la cabeza. Por no hablar de la caza de brujas. Pero esta demonización de la mujer sólo fue lo que acompañó la campaña ideológica que ayudó a la devaluación de las mujeres como trabajadoras (justificando así la apropiación del trabajo por parte del hombre), la privación de su autonomía y la criminalización de su control sobre la reproducción. Es así como se construyó un nuevo modelo de feminidad: la mujer obediente, reservada, sufrida, ahorradora, pasiva y casta.
 
Las vías para conseguirlo fueron muy diversas: desde su infantilización legal hasta su expulsión de los puestos de trabajo asalariado, o hasta de las calles. En Inglaterra, las mujeres tenían que apartarse de las ventanas, no visitar a sus padres con demasiada frecuencia después de casadas; ni tampoco a las amigas. Tal y como subraya la feminista Silvia Federici, este hecho dejó huella sobre la lengua. Y es que la palabra inglesa gossip, que antes significaba “amigo/amiga”, adoptó connotaciones negativas hasta mutar al significado que tiene hoy: “cotilleo”.
 
Mireia Chavarria (@miretxebarria) es militante de En lluita / En lucha
 
Artículo publicado en la sección Literata del Periódico En lucha Diari En lluita
 
 
https://www.alainet.org/fr/node/101892
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