Las medidas de seguridad en estos tiempos
07/07/2013
- Opinión
La decadencia moral de las potencias colonialistas ha llegado a límites en los que nada les importa con tal de mantener su hegemonía en el mundo.
Al ejercer su militancia, el revolucionario debe tener siempre en cuenta las medidas de seguridad. Estas deben ser parte inseparable de su trabajo revolucionario. Sin embargo habrá quienes dirán que vivimos en un tiempo en el que pensar en medidas de seguridad es un tema de ortodoxos trasnochados. A eso respondo que en efecto los tiempos han cambiado y hay espacios de participación democrática en todo el continente, pero la derecha es la misma, su esencia es la misma, sus intereses son los mismos, y sus razones y maneras de actuar no han cambiado.
Los espacios que se han abierto en el continente son fruto del sacrificio de muchos patriotas, y no le han sido regalados a los pueblos. Los pueblos despiertan y la derecha está muy preocupada. El modelo económico que les ha permitido vivir holgadamente, explotando a la masa trabajadora, se desmorona. Tan preocupados están, que como no tienen propuestas claras que hacerle a la población, tratan de adoptar un lenguaje progresista y arrebatarle a los sectores de izquierda sus reivindicaciones y los avances logrados. Pero no sólo buscarán arrebatarle el discurso a la izquierda, su esfuerzo llegará hasta penetrar los aparatos de Estado en los países en donde hay gobiernos progresistas, y crear organismos de aparente función social, que luego serán contestatarios para crear la desestabilización social, Para estos planes de nuevo control del Estado, su trabajo será muy sutil y de zapa; tratarán de ubicar sus peones en puestos de avanzada. También buscaran apropiarse de los medios de comunicación alternativos, porque estos revisten un carácter estratégico en su esfuerzo de regresar a controlar el Estado para su beneficio personal, como antes. Los medios alternativos son peligrosos para ellos porque despiertan conciencias. De ahí que es importante que el militante ejerza la vigilancia revolucionara, y que la población tome conciencia de que debe cuidar los logros alcanzados.
El tiempo en que vivimos es de lucha a muerte entre dos visiones de la sociedad. El militante revolucionario debe tener presente que los combates que se libran pueden ser los decisivos, y preparase para ellos. Estados Unidos para resolver la crisis económica provocada por el modelo económico capitalista está imponiendo la guerra a los pueblos que poseen recursos naturales que ellos necesitan para seguir siendo la potencia hegemónica mundial.
Pero además los Estados Unidos están perdiendo su hegemonía en América Latina y por eso están llevando a cabo una guerra sorda que les permita seguir apropiándose de sus recursos naturales. La guerra no es algo deseable, por los horrores que ésta significa, pero resulta que la guerra siempre le es impuesta a los pueblos, cuando estos luchan para lograr la paz y la justicia social. Para detener esa guerra de rapiña, la población debe conocer las medidas de seguridad, que le permitan sortear los peligros a los que se expone al realizar sus tareas de resistencia y emancipación.
Referente a las medidas de seguridad es bueno leer “Lo que todo revolucionario debe saber sobre la represión”, de Víctor Serge. Se trata de un libro que se puede adquirir fácilmente en cualquier librería, o a través de Internet consultar o bajar su archivo en PDF. Podemos anotar brevemente que el militante revolucionario debe desarrollar su capacidad de observación de todo lo que está a su alrededor, la puntualidad, la compartimentación, la discreción, conocer y poder hacer el chequeo y contrachequeo, saber guardar el anonimato cuando es preciso, recurrir a la mimetización si es necesario y ejercer la vigilancia revolucionaria al interior y al exterior de la organización.
El militante debe saber que al asistir a una manifestación es preciso llevar ropa adecuada, no tan holgada que pueda trabarse en cualquier parte, ni tan apretada que no permita saltar un obstáculo, que una mujer no debe ir en minifalda ni con el pelo largo suelto, que los zapatos deben ser de amarrar y le permitan correr. Que la camisa no debe ser llamativa o de color fluorescente porque se convertirá en un objetivo de puntería para las fuerzas represoras. A una manifestación es mejor asistir junto a otros compañeros, con quienes se fijará un sitio de encuentro después de la actividad, para estar seguros que todos están de nuevo reunidos y nadie falta. Es bueno mantenerse en contacto, por cercanía o mediante el teléfono celular; la constante comunicación con los compañeros es muy importante. En un pequeño bolso o mochila se pueden llevar algunas cosas que sirvan para protegerse, por ejemplo: un casco para cubrirse la cabeza, anteojos, una cachucha o gorra, una botella plástica con agua, una lamparita de bolsillo, un pequeño radio de bolsillo para oír las noticias de lo que acontece, algún bocadillo por si llega el momento de quedar encerrado, una bolsita con bicarbonato de soda que sirve para aliviar la irritación que provocan los gases lacrimógenos; el bicarbonato se pone en un pañuelo empapado con agua, se respira a través de este pañuelo o el mismo sirve para aliviar la irritación en la piel. Se puede llevar ropa de recambio por si la que se lleva puesta se rompe o se mancha, y una pequeña toalla para limpiarse. Cambiarse de ropa al salir del tumulto puede servir para pasar desapercibido. Los cuerpos represivos pueden enviar chorros de agua coloreada para identificar luego a los manifestantes. Si en la concentración se oyen disparos o ráfagas de ametralladora, en lugar de correr o ponerse a pensar sin son balas de goma o petardos, hay que tirarse al suelo y arrastrase hasta algo que sirva de parapeto.
Pero estas medidas, por cierto muy importantes, en estos tiempos no bastan. La militancia revolucionaria exige ahora una formación, aunque sea de base, en las nuevas tecnologías, porque estas son un peligro y un desafió para la seguridad. El militante debe saber cosas elementales como que los teléfonos celulares ahora tienen incorporado un sistema de posicionamiento global (GPS) que permite saber en que sitio se encuentra el teléfono y que un teléfono apagado, no está necesariamente apagado; saber qué es el IP (protocolo de identificación) o saber que los computadores tienen una dirección mac, media access control; en español (control de acceso al medio) y que corresponde únicamente a una máquina conectada al Internet. La dirección MAC de una computadora es única en el mundo, lo que hace posible retrazarla en la red. Este control de acceso al medio ha sido escrito directamente en el disco duro de cada maquina en el momento de fabricación.
El trabajo de inteligencia del ejército colombiano, que llevó a la muerte del guerrillero de las FARC Víctor Julio Suárez Rojas, "Mono Jojoy", ocurrió gracias a estas nuevas tecnologías. Sabiendo el padecimiento de diabetes de Suárez Rojas, y que esto podía producirle llagas en los pies, se detectaron comunicaciones de la guerrilla en las que se pedían botas con características especiales. Se interceptó el suministro y se le instaló un GPS, y éste permitió ubicar al guerrillero para abatirlo en un fulminante ataque aéreo.
Ahora existe una tecnología electrónica y satelital de aviones no tripulados de reconocimiento, intercepción de las comunicaciones, rastreo por GPS, y más. La información así obtenida alimenta las redes de inteligencia de la CIA de Estados Unidos, del Mossad de Israel y del M16 de Inglaterra, y es compartida según convenga con sectores de la ultraderecha local. El imperio graba todas las comunicaciones de teléfono y de computadoras, las clasifica y puede ir a buscarlas a los archivos cuando se necesita saber de la vida y ocupaciones de una determinada persona.
La decadencia moral de las potencias colonialistas ha llegado a límites en los que nada les importa con tal de mantener su hegemonía en el mundo. Esto nos lo confirma una simple mirada de lo que pasa en el mundo, asesinatos de lideres políticos y hombres del pueblo como Monseñor Romero en El Salvador; los asesinatos perpetrados en operaciones encubiertas de científicos iranies; el asesinato de Arafat, llevado a cabo por el Mossad; el espionaje de ciudadanos y hasta de países amigos; el atentado a la vida del presidente de Bolivia Evo Morales, al negarle al piloto del avión presidencial, que sobrevolara el espacio aéreo de Francia, Portugal, Italia y España, a pesar de que el avión necesitaba aterrizar de emergencia por problemas en la lectura de la cantidad de combustible con que contaba la aeronave.
Son capaces de todo con tal de arrastrar a la guerra a los pueblos que luchan por defender su soberanía y recursos naturales. Nos preguntamos, ¿por qué arrastralos a la guerra?, y la macabra respuesta es que el imperio no tiene ningún argumento apegado a la justicia que esgrimir, ni a la verdad, o al buen vivir entre los pueblos. Solamente les queda la matonería de sentirse mejor armados. Esa es la guerra que debemos frenar, haciendo trabajo de educación y organización, agitando consciencias, movilizando grandes sectores de la población, y buscando que estos sectores se den la mano con los pueblos de otras naciones.
Ya nada les importa: Es un hecho público que el presidente de EE.UU. Barack Obama, cuenta con una lista para los asesinatos selectivos de personas que representan un peligro para sus intereses coloniales.
La vigilancia
Es quizás la principal tarea que debe llevar a cabo el militante revolucionario en su anhelo y trabajo de construcción de una nueva y mejor sociedad, y de una mujer y un hombre nuevos, que se supone debe ser cada revolucionario. La vigilancia externa, que sirve para detectar si hay vigilancia del enemigo en locales, saber si no se está siendo seguido al encaminarse a una reunión, si no hay personas o vehículos sospechosos cerca de ciertos sitios, locales, o del lugar donde se vive o trabaja. Pero hay también una vigilancia interna que sirve para velar por el buen funcionamiento de la organización y para cuidar su limpieza, que no hayan elementos del enemigo que se infiltran, o compañeros que se desvían del pensamiento de izquierda, o que caen en actos de corrupción. La vigilancia revolucionaria es una de las tareas que va íntimamente ligada a la militancia revolucionaria. Pero al ejercer la vigilancia revolucionaria hay que tener cuidado de no caer en la difamación, ni en venganzas personales hacia otro militante.
La compartimentación
Compartimentar es separar o dividir en partes una cosa, y para el revolucionario significa dividir, por razones de seguridad, en partes, una información o una tarea, de tal manera, que el enemigo aunque logre interceptar la información o la tarea, no tenga completo conocimiento de que se trata lo que ha logrado interceptar. Esto además de significar una protección para el militante que ha sido detenido o interrogado, es una protección para el logro de la tarea, pues preserva la información y protege a la organización. Por otro lado, cuanto menos se sabe, menos se está expuesto al terror del enemigo. Hay un sabio decir revolucionario: “Nunca quieras saber más de lo que necesitas saber”. Si un militante es capturado e interrogado, recordemos que estará en manos de profesionales del interrogatorio y profesionales de la tortura, y que si se dan cuenta que la persona que tienen en sus manos no puede darles mayor información, no perderán el tiempo con ella y mejor irán a buscar quien sepa más. La compartimentación sirve pues para mantener en secreto ciertas cosas y como protección de la organización y del militante.
Cuando decimos que un mueble tiene un compartimento, nos referimos a un escondrijo que permite ocultar algo en su interior. Si hay que enviar un mensaje o una consigna, y ésta va descompuesta en partes, sólo el destinatario, al recibir las distintas partes sabrá de que se trata, pero cada una de las personas que han llevado una parte del mensaje, o que han guardado el secreto, no sabrán de que se trata.
Aparte de la compartimentación hay la posibilidad de cifrar las cosas o usar la criptografía. Cifrar sería sustituir las letras de un texto por cifras o números, servirse de la criptografía sería sustituir o trastocar los elementos del lenguaje o las letras por símbolos que solamente quien los envía y quien los recibe tiene la clave para hacer comprensible el mensaje. Pero estos son métodos que los especialistas de la comunicación conocen y llegado el momento elaboran el método que van a usar, y nadie más conoce. Ahora también se habla de la criptografía en la informática, por las mismas razones de protección de la información.
Por todo eso no está demás tener siempre presente las medidas de seguridad incluso las más simples pero siempre eficaces, como por ejemplo, llamar a alguien para decirle voy a tal parte y voy a llamar en 30 minutos. Si no te llamo me llamás; si no respondo algo anda mal… Cuántas muertes se hubieran evitado con esta sencilla medida de seguridad. Incluso muertes producto de la delincuencia.
Entonces, ¿es o no es apropiado hablar de medidas de seguridad en estos tiempos?
https://www.alainet.org/es/articulo/77460?language=en
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