El déficit público de EE.UU. y sus efectos globales en el 2021

Mientras la prensa internacional se desgañita sobre las empresas de bienes raíces chinas, el problema de los niveles de deuda pública, inflación y tasa de interés negativa de EE.UU. pasan desapercibidos.

14/10/2021
  • Español
  • English
  • Français
  • Deutsch
  • Português
  • Opinión
eeuu.jpg
-A +A

Dos eventos en septiembre 2021 marcaron la economía mundial: el anuncio de la quiebra de Evergrande, un conglomerado chino con interés inmobiliarios gigantes; y la reunión del Comité Federal de Mercado Abierto de EE.UU. (FOMC) de la Reserva Federal (FED), que debía decidir sobre si alzar o no la tasa de interés. Veremos las complicaciones de ambos y su impacto sobre América latina.

 

A finales del pasado septiembre, el conglomerado chino Envergande, y dos empresas de bienes raíces chinas grandes (Fantasia y Sinic Hildings) dejaron de pagar intereses sobre su deuda. Esa situación se identificó, por momentos, con el posible inicio de una cadena de impago internacional y detonante de una nueva crisis financiera (ver más). El impacto financiero fue mayor en las bolsas estadounidenses que en las asiáticas y europeas. La razón es que el mercado financiero estadounidense está cada vez más volátil por el problema estructural, de falta de rendimientos privados productivos, del déficit fiscal y del sector externo de dicho país.

 

Cuando el gobierno chino reestructure a los conglomerados inmobiliarios, habrán muy bajas posibilidades de contagio al sistema financiero internacional, como tuvo la quiebra de Lehman Brothers en el 2008, dado que la apertura internacional del sistema financiero chino es muy estrecha. El Banco Popular de China es posible que limite el daño únicamente a los acreedores externos, a los que no pagará primero, que llegan apenas a $20,000 millones de dólares de $300,000 millones del total de la deuda; la mayor parte es con la banca pública de China. Cabe recordar que el problema se generó por la nueva regulación de desapalancamiento en los niveles de endeudamiento de las inmobiliarias, en función de los niveles de activos, de capital y de efectivo. Con esto, el gobierno chino busca reducir la financiarización del mercado inmobiliario.

 

Para América Latina esto es un problema, debido a que la desaceleración de las actividades inmobiliaria afectará el ritmo de importaciones de insumo. China es el principal importador de materias primas para la construcción: hierro (66%), aluminio (69%) y cobre (52%). La contracción de sus importaciones impactará negativamente sobre precios, el volumen del comercio mundial y las exportaciones de México, Panamá, Colombia, Chile y Perú, exportadores de dichos metales.

 

En este marco internacional, la decisión de la última reunión del FOMC de la FED, del 23 de septiembre 2021, fue no subir la tasa de interés de los Fondos Federales y mantenerla en el rango de 0 a 0.25%, que en términos reales es -5.05%. También se anunció una próxima reducción del ritmo de compras de activos financieros para alzar la tasa de interés de largo plazo. Todo esto afectará adversamente los precios de las materias primas.

 

El efecto sobre la contención de la crisis económica ha funcionado, con consecuencias severas en la inflación, dado el nivel de deuda pública alcanzado. La inflación ha subido por el problema del embotellamiento de la producción de bienes finales, las sequías y el exceso de oferta monetaria. El tema es si pueden continuar con esta represión financiera con una tasa de interés tan negativa que distorsiona todos los mercados y alimenta la inflación o si ya deben de regresar a tasas reales positivas y a qué ritmo debe darse ese retorno. La segunda década del siglo XXI es el periodo cuando la tasa de interés ha sido más negativa, y por más tiempo, en la historia estadounidense desde que se registran datos.

 

La situación financiera del gobierno estadounidense levanta más alarmas que la quiebra de cualquier conglomerado inmobiliario. El segundo cuatrimestre del 2020, la proporción deuda pública/PIB alcanzó el récord de 135%. Entre 2011 y 2020, el ritmo promedio de crecimiento de la deuda pública fue de 6.7%, mientras el del PIB fue de menos de la mitad, 3.2%. De ahí que el Ejecutivo busque incrementar el límite de deuda pública en el Congreso de EE.UU. En todo caso, endeudarse a un ritmo el doble que el crecimiento del PIB y que sirva en gran parte para importar sin contrapartida productiva interna, indica problemas productivos estructurales mayores que deben atenderse.

 

Mientras la prensa internacional se desgañita sobre las empresas de bienes raíces chinas, cuya deuda es con la banca pública china, el problema de los niveles de deuda pública, inflación y tasa de interés negativa de EE.UU. pasan desapercibidos. La reunión de setiembre del FOMC fue muy importante para determinar que en un plazo breve las tasas de interés de corto plazo comenzarán a subir y anunciar que las de largo plazo ya lo hacen. Hay mucho camino que recorrer para pasar de tasas negativas de a tasas positivas, de al menos 1%, y regresar a la normalidad. El punto central es que cuando eso pase, el peso en el presupuesto federal será de más de 6.75% del PIB y se reflejará en el crecimiento económico. Mientras tanto las bolsas continúan sus festejos sobre una economía real evanescente y análisis incompletos sobre los bienes raíces de China. Es en este marco que se da la recuperación mundial de la economía post COVID.

 

FUENTE: http://www.obela.org/analisis/eldeficit-publico-de-estados-unidos-y-sus-efectos-globales-en-el-2021

 

https://www.alainet.org/es/articulo/214086?language=en
Suscribirse a America Latina en Movimiento - RSS