Teorías de la conspiración
- Opinión
Uno de los componentes de la Híper Industria Cultural en la actualidad, es la difusión masiva de las llamadas “Teorías de la Conspiración”. Internet ha hecho posible subir a la red todo tipo de materiales, tales como: vídeos, fotografías, documentos oficiales, libros y artículos sobre los temas más diversos. Las “Teorías de la Conspiración” parten de una hipótesis más que verosímil: Los poderes fácticos en el mundo entero esconden y manipulan la información. Una hipótesis que encuentra asidero en casos como Assange o Snowden, entre los más conocidos.
Pareciera, en efecto, que las noticias de los grandes medios solo constituyen la punta de un Iceberg que oculta un estercolero maloliente, verdaderas alcantarillas del mundo contemporáneo. Las “Teorías de la Conspiración” poseen la virtud de instalar “la sospecha” allí donde la propaganda oficial de políticos, gobiernos y la publicidad de las grandes corporaciones globales quisieran más bien la fácil domesticación y el embrutecimiento de las masas. Esta desconfianza radical posee la fuerza de plantear buenas preguntas: ¿Quiénes y por qué asesinaron a JFK? ¿Es el mundo gobernado por una elite capitalista que nos lleva al desastre? ¿Es Internet un gran sistema de vigilancia mundial? ¿Existen seres extraterrestres?
Si bien las interrogantes resultan provocativas, no siempre las respuestas están a la altura. La red ha sido saturada por planteamientos extravagantes, más fruto de una imaginación delirante que de antecedentes concretos. Es cierto que la mayoría de los gobiernos del mundo se mueven en el universo amoral de fuerzas e intereses, lo que los asemeja más de lo quisieran a verdaderos “Gansters del Poder”, pero colegir de ello que todos están concertados para esclavizar a la humanidad es llevar las cosas demasiado lejos.
La pregunta por la existencia de vida inteligente no humana más allá de nuestro pequeño planeta es una cuestión legítima y de interés científico. De hecho, pareciera que todas las religiones del planeta aluden de manera oblicua a tal posibilidad y la ciencia la considera altamente probable. Pero de allí a convertir toda la mitología de la humanidad en un antecedente de alienígenas ancestrales, es perder toda perspectiva científica y antropológica, es dejarse llevar más por la imaginación que por los crudos hechos y pruebas.
En el sórdido y opaco mundo de los grandes medios de información que cubren todo el planeta, es buena la presencia de los “teóricos de la conspiración”, verdadero contra texto de la actualidad, lugar de sospecha y denuncia. Sin embargo, ante la enorme cantidad de “teóricos”, se impone un sano escepticismo capaz de discriminar lo verosímil del dislate, la denuncia genuina de lo propiamente paranoide.
- Álvaro Cuadra es Investigador y docente de la Escuela Latinoamericana de Postgrados. ELAP. Universidad ARCIS
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