Elecciones en Venezuela: ¿Quién gana el 6D?

25/10/2015
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Nadie duda que hoy en Venezuela la mayoría la constituimos quienes nos sentimos insatisfechos con la situación actual. Yo formo parte de ese país que padece los problemas, pero que aporta su esfuerzo, reflexiones, propuestas y acciones concretas, para superar las causas del malestar y enrumbarnos hacia una sociedad de esperanzas y realizaciones.

 

Todas las encuestas reflejan esta realidad evidente a simple olfato, lo que ha llevado a sectores opositores a darse por ganadores en las elecciones parlamentarias del próximo 6 de diciembre.

 

En mi pueblo se decía “al ganado lo llaman vaca”, para ilustrar la actitud de quien se anuncia triunfador en un juego –de dominó, por ejemplo- que aún está en desarrollo. En beisbol se diría: el juego termina con el out 27, y en futbol, “la pelota es redonda” y “al que no hace le hacen”.

 

Siguiendo en el ámbito deportivo, en un juego decisivo, no gana necesariamente el equipo que tenga más público, reciba más aplausos, urras, vivas, olés. Gana el que hace más goles o más carreras.

 

Es muy probable que el equipo ganador haya estado mejor preparado, más organizado, mejor dirigido, y con una estrategia de juego más acertada.

 

En lo electoral concreto que nos ocupa, si analizamos al ras los dos bandos en pugna, observamos que el conjunto opositor es una caimanera improvisada, muchos de cuyos jugadores fueron llamados a última hora, y no se notan acoplados, todo lo contrario, se ven dispersos, sin un mando único, sin capitán o manager, donde pareciera que coexisten varios equipos con aspiraciones encontradas.

 

De nuestro lado todos esos problemas están ampliamente superados. Unidos en torno a la jefatura de Nicolás Maduro, el PSUV junto al Polo Patriótico, conformamos una organización portentosa, aceitada en múltiples consultas y ensayos, disciplinada, fusionada con movimientos sociales de fuerte arraigo ideológico, y muy clara de la trascendencia del encuentro del 6D, para conservar la titularidad como campeón.

 

La contienda pareciera confrontar la retaliación contra el honor. La derecha difunde odios y resentimientos, con peligrosos devaneos fascistas, negándose a reconocer al árbitro y a firmar un acuerdo de respeto al resultado. Parece que las “barras bravas” tuviesen secuestrada a la fanaticada opositora decente, y que la matriz de opinión busca ser pretexto del uso de la violencia.

 

La rabia nunca ha sido aliada de la victoria.

 

La plantilla chavista nos lanzaremos al terreno con una medalla ardiente tatuada en el pecho con fuego patrio: el amor por nuestra causa, nuestro líder fundador y su legado. El adversario no debe desestimar la inspiración espiritual de nuestro equipo. La historia está repleta de proezas emanadas de la pasión en la entrega.

 

El equipo contrario que se siente favorito, confunde la mayoría inconforme con su clientela; craso error, ignoran que el chavismo es en esencia una crítica a la injusticia y la corrupción, que rechaza todo lo que afecte al pueblo, por eso somos parte integral de ese sentimiento cuestionador que ronda la coyuntura.

 

La diferencia entre el malestar rencoroso de la derecha y nuestra inconformidad, es que ellos se proponen destruir la Revolución Bolivariana e imponernos un modelo (salida) que entregará el país a intereses extranjeros imperialistas; y eso es lo que más nos une y fortalece a los chavistas, porque nunca permitiremos una recolonización de la patria.

 

La democracia bolivariana ganará el 6D, y, con nuestra capacidad autocrítica, relanzaremos con nuevos bríos el plan socialista de una Venezuela soberana, productiva y feliz.

https://www.alainet.org/es/articulo/173239
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