Derecha venezolana financia paramilitarismo
- Opinión
La desesperación de la derecha nacional e internacional arrecia cada día y arremete con furia contra el pueblo venezolano, ya no les basta con el desmadre económico ocasionado sino que impulsan un terrorismo financiero por el portal electrónico Dólar Today, todo lo malo se lo quieren atribuir al gobierno venezolano.
La derecha apátrida, especuladora y de doble moral, quiere, a toda costa, la conducción del gobierno y son capaces de vender su alma al diablo por controlar las arcas de la nación y aplicar el modelo neoliberal que ha fracasado a nivel mundial, cuyo objeto es generar presión en los gobiernos para que no inviertan en sus pueblos, tal como se evidencia en España, Grecia, Puerto Rico, entre otros.
No conforme con esto mantienen en zozobra y jaque la vida del pueblo a través de la infiltración de grupos paramilitares en el territorio nacional, grupos financiados por la élite económica y que se han venido incorporando en nuestra patria desde hace décadas, con el fin de amedrentar, acorralar, aniquilar y cambiar de forma obligada el rumbo de nuestra población, y de que nuestro país ceda su soberanía, independencia y territorialidad. Además, cabe agregar que la derecha se declarar apátrida frente al conflicto con Guyana.
Su demencia se desató con el golpe de Estado de 2002 y sin dar tregua y descanso impulsaron el Acuerdo Nacional para la Transición, lo cual generó saldos negativos a nuestro país, el asesinato selectivo de revolucionarios y revolucionarias, militares, estudiantes, policías, la quema de instituciones hospitalarias, universidades, el secuestro y odio contra la población simpatizantes del gobierno con la imposición de las guarimbas y paramilitarismo. Sin embargo, éste último recibió un duro golpe a partir de la estrategia promovida por las fuerzas de seguridad del Estado con la activación de la Operación de Liberación y Protección del Pueblo (OLP).
Con la activación de la OLP, en 72 horas se realizó un trabajo de inteligencia en la Cota 905 que generó como saldo varias personas detenidas entre ellos paramilitares, carros recuperados, motocicletas de alta cilindrada, granadas fragmentarias, armas cortas y largas, entre otras. Algunos medios de comunicación, para limpiar la imagen de los paracos y mercenarios, indicaron en sus medios de desinformación que se trataba del hampa común y de colectivos armados.
De igual forma, la ONG Provea salió en defensa de estos sicarios, expresando que “el operativo de seguridad, realizado por el Gobierno en las últimas horas, sugiere un uso excesivo de la fuerza y el empleo indiscriminado de medios letales por parte de la fuerza pública”, no reconociendo con ello la proporcionalidad en legítima defensa y en pro de los derechos humanos del pueblo trabajador y honesto que todos los días madruga para llevar el pan a sus hogares, estando a merced de la delincuencia organizada. Muy bien decía Eduardo Galeano: el mundo se divide, sobre todo, entre indignos e indignados, y ya sabrá cada quien de qué lado quiere o puede estar.
Entonces preguntamos, ¿dónde estaba ésta organización cuando los paramilitares financiados por élites económicas mataron a más de 200 campesinos?; ¿en qué parte se encontraban cuando grupos terroristas atentaron contra una marcha de la fuerza trabajadora de Guayana?; ¿dónde estaban cuando los guarimberos asesinaron a 43 personas? ¿Qué hacían cuando en la finca Daktari de Robert Alonso, se concentraron los paramilitares? ¿Qué actividades impulsaron para impedir los actos vandálicos de dos bandas paramilitares situadas en los estados Táchira, Mérida y recientemente en el municipio Sucre del estado Miranda?
¿Será qué la vida de estos paramilitares y bandas que no respetan autoridad, valen más que el pueblo honesto y trabajador? Lo importante en este asunto es hacer lo que dice el diputado Freddy Bernal, de no colocar color político al tema de la criminalidad. Este es un problema que ataca a todos los venezolanos por igual, sin distinciones de ningún tipo, por lo tanto, lo bueno sería apoyar al presidente Nicolás Maduro en la cruzada contra el hampa.
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