Chile

Absurda negativa a Hernán Uribe

Salvador del Río

21/08/2012

Opinión

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Hernán Uribe, el periodista a quien el gobierno de su país niega la revalidación de su pasaporte, califica de kafkiano el hecho que hasta ahora le impide viajar a Caracas para asistir al Congreso de la Federación Latinoamericana de Periodistas, de la que es fundador y en la que en los últimos años ha presidido la Comisión Investigadora de Atentados a Periodistas.

Pero la calificación de kafkiano, lugar común para referirse a lo absurdo, se queda corta frente a lo escandaloso de esa negativa del gobierno de Chile, que viola los derechos ciudadanos y humanos de un periodista que a sus ochenta y ocho años reúne una trayectoria en la que hay desde el encarcelamiento por delitos de opinión hasta el exilio durante la dictadura de Augusto Pinochet y su persistencia en el ejercicio de la profesión con la verdad como norma indeclinable.

La historia del rechazo a revalidar el pasaporte de Hernán Uribe se remonta a seis décadas, según el periodista mismo lo refiere en espera de que el gobierno del presidente Sebastián Piñera rectifique la respuesta del Registro Civil –órgano que otorga pasaportes a los ciudadanos de ese país--, limitada a un lacónico “rechazado” en la solicitud del periodista.

En 1961 Hernán Uribe dirigía el periódico Democracia, en una de cuyas ediciones apareció un artículo firmado con pseudónimo que el gobierno de Gabriel González Videla consideró injurioso para el presidente de la República. De acuerdo con una ley de supuesta defensa de la democracia, bautizada entonces como “ley maldita” que declaró proscrito al Partido Comunista y envió al exilio al poeta Pablo Neruda, el director de la publicación fue sentenciado a una pena de 44 días de prisión por haberse negado a revelar el verdadero nombre del autor del artículo.

Hernán Uribe cumplió la sentencia. Hoy, el periodista enfrenta el rechazo a la revalidación de su pasaporte, vencido en mayo pasado, una negativa sin mayor explicación por parte del Registro Civil de Chile pero que se atribuye a ese remoto antecedente. En esas seis décadas desde el episodio de la sentencia, Hernán Uribe ha viajado a muchos países, aunque en la última revalidación de su pasaporte, hace cinco años, tuvo que esperar una orden superior para que se le concediera.

Hernán Uribe vivió en México el exilio en los años posteriores al golpe de Estado que causó la muerte del presidente Salvador Allende. En 1976 fue uno de los fundadores de la Federación Latinoamericana de Periodistas, en un acto que tuvo lugar en la ciudad de México. De retorno a su país, continuó una labor periodística que la persecución y el exilio no interrumpieron. Una trayectoria que la propia FELAP decidió reconocer con un homenaje a Hernán Uribe, junto con el periodista cubano Ernesto Vera, durante el Congreso en la ciudad de Caracas.

Venganza a ultranza por parte de un gobierno, el de Sebastián Piñera, que cobra supuestas culpas de un pasado remoto, ceguera burocrática, podrían ser los motivos del rechazo a revalidar el pasaporte de Uribe. Pero en el fondo de la historia, que trasciende la anécdota de lo kafkiano, subyace una hipótesis inquietante: se niega el permiso para viajar a un periodista que va a una reunión de periodistas comprometidos con la democracia y la libertad de expresión, como es la FELAP, que tiene lugar en la Venezuela Bolivariana, cuna de la Revolución que defiende la libertad.

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