Una de las particularidades del capitalismo es haber hecho pedazos la malla de protección socio-económica para los recién nacidos, niños, jóvenes, adultos y familias caídas en desgracia. Desde hace varios siglos son personas e instituciones filantrópicas que vienen remplazando a los mecanismos de la economía, con mucho esfuerzo y sin gran resultado. La pobreza, el desempleo y la marginalidad corroen las sociedades tanto del Norte como del Sur. Conscientes de este problema, estudiosos del problema tratan de restablecer uno de estos mecanismos de la economía. Se trata de la Remuneración  de Existencia.

Es una remuneración por el hecho de existir. Una remuneración universal, desde el nacimiento hasta la muerte, y sin condición ni contrapartida alguna. Es el reconocimiento de la sociedad a sus hijos, vengan de donde vengan. Y alrededor de esta idea se está generando un movimiento que toma cuerpo en Europa y en el Mundo.

En Paris he tenido la oportunidad de conversar largamente con el profesor de universidad, Dr. YolandBresson[1], fundador de A.I.R.E. (Asociación por la instalación de la Remuneración de Existencia) y co-fundador de B.I.E.N. (la Red de la Remuneración de Base europeo). Asimismo, fui invitado a participar en el Coloquio[2] “Un RevenupourExister” que se desarrolló el 31 de marzo en la ciudad de Montreuil, en donde el profesor Bresson fue uno de los expositores.

Le Revenud’Existence tiene esencialmente cuatro características. Es incondicional, igual para todos, y acumulable con otros tipos de remuneración[3]. De estas características se desprende una cuarta que marca un hito en la historia reciente de la Humanidad. La Remuneración de Existencia no exige una contrapartida como, por ejemplo, el trabajo realizado. Es decir, disocia la producción de la remuneración. Y, con ello, se sienta el precedente, teórico y práctico, de que una cosa es producir y otra, muy diferente, repartir. Un postulado que la teoría económica deberá tomarlo en consideración para aprehender mejor la realidad en la cual vivimos.

Los años 80 del siglo pasado fue el crisol de un mismo sentimiento, y a partir de disciplinas científicas diferentes. Los estudiosos no se conocían los unos a los otros. Yoland Bresson, economista francés, propone la Remuneración de Existencia;Philippe Van Parijs, belga, especialista de filosofía, propone la Remuneración Universal; Claus Offee, sociólogo alemán, avanza la idea de la Remuneración de Base; Keith Roberts, inglesa, especialista de la seguridad social, concluye en la necesidad de una Remuneración Ciudadana.[4]

La Remuneración de Existencia, que toma diferentes nombres según las particularidades de cada proposición, actualmente no es solamente un planteamiento teórico, sino que también es ya una realidad concreta, como en Canadá y Brasil. De ahí que, la preocupación presente es, sobre todo, definir el tipo de su financiamiento. Las proposiciones mayoritariamente se fundan en un financiamiento proveniente del presupuesto público nacional y, en algunos casos, como la del Canadá, se sustenta en un impuesto a las grandes utilidades de las empresas petroleras.

Algo más, muy recientemente, el profesor YolandBresson ha cuantificado el aporte de las generaciones pasadas en el resultado de la actividad económica presente. Estima que el 15% del producto bruto interno de Francia proviene de esta fuente. Entonces, concluye, el primer zócalo de la Remuneración de Existencia debe apoyarse en esta fuente de financiamiento que pertenece a la Humanidad y a ninguno en particular.

En mi tesis de doctorado del 2004, reflexionando sobre el origen y la solución de la pobreza y del desempleo, propuse una nueva alternativa para el financiamiento de la Remuneración de Base. Esta proposición, en la actualidad, toma la forma de una economía de mercado a dos sectores. El sector 2 debe ser creado desde cero, y sus empresas deben manejar  los rubros más importantes de la economía del país. Y lo que es más significativo aún, las empresas de dicho sector contienen el germen de la nueva economía y sociedad. “Para hacer evolucionar un sistema complejo, nos dice el profesor Bresson, la ciencia muestra que es necesario actuar a nivel de los genes fundadores; es decir, en lo más básico. Y la Remuneración de Existencia es el gene fundador, porque él corta la relación empleo/remuneración”.[5]

Los principios básicos de las empresas del sector 2, que propongo, desde su creación, deben contar con una autonomía económica, financiera y administrativa con relación al Gobierno; y sus utilidades, en su totalidad, deben ser distribuidas entre todas las personas, sin distinción de edad, sexo u otro, y en partes iguales. Estamos hablando de la Remuneración de Base de cada una de las personas. Y para que este tipo de remuneración sea factible, dichas empresas deben ser financiadas integralmente por el país, no por el presupuesto público nacional. Es el nacimiento de las empresas-país, palanca del crecimiento y punto central en la solución de las grandes desigualdades socio-económicas. Estamos hablando del gene de la nueva economía y sociedad.

Paris, 2 de abril del 2012