Parodias populares de la derecha

07/02/2012
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Los movimientos sociales, con denominaciones diferentes según el lugar y su momento; no siempre fueron revolucionarios en su perspectiva histórica, sino que se asumieron posturas “revolucionarias” que trasuntaron, la mayoría de las veces, en proyectos de la misma clase dominante y explotadora que fuera derrotada circunstancialmente, para peor; con el concurso de los propios explotados.
Ello se dio, sencillamente porque no hubo, o se adoleció de un Órgano Conductor de Masas que consolide el Proyecto Estratégico de los Explotados. Esta fue una falencia histórica notoria, por ejemplo; en la Revolución Francesa de 1789 (de carácter externo) y en la Revolución de 1952 en Bolivia (de carácter interno); por indicar sólo estos dos casos. Y ocurre lo mismo en la actual coyuntura, con diferentes actores y en tiempos que obedecen a circunstancia que han tomado dimensiones no sólo nacionales y continentales, sino mundiales. Una muestra de lo que afirmamos, es la creciente ola de movilizaciones de “descontentos” en los países “desarrollados” que se encuentran enfangados en una de las peores crisis de su historia. Se trata de movimientos sin conducción política, que fácilmente pueden ser seducidos por la derecha en la estructura del capitalismo salvaje.
La Revolución de Abril de 1952, con los explotados en armas y un Programa Revolucionario en medio,quedaron huérfanos y se truncó en el desemboque final; por falta de conducción política y la irresponsabilidad histórica de los partidos de “izquierda” de entonces, el PIR (que se extravió en la derecha) y el POR (que aún continua haciendo fuerza común con la oligarquía y el imperialismo). Permitiendo así, que dicha responsabilidad lo “asumiera” el partido que postulaba la alianza de “clases”, MNR; a la cabeza de Víctor Paz Estenssoro, pero no en la perspectiva de las masas insurrectas, porque no era el instrumento idóneo y honesto para el Proceso Revolucionario iniciado. Aun así, derrotada la clase dominante minero-feudal,  de las propias entrañas del MNR y de los actores revolucionarios nacieron los que en el futuro, en dictadura (Hugo Bánzer Suárez con el apoyo del MNR y la FSB) o en democracia (con los gobiernos neoliberales), servirían a los intereses de la clase dominante y el imperialismo. La historia así lo demuestra nítidamente.
Descrito así, escuetamente algunos indicadores de la historia, nos hacen ver la imperiosa necesidad de lograr un Órgano Conductor de Masas y un Programa Revolucionario claramente identificado con los pobres y los trabajadores, sólo para avanzar en la emancipación nacional; que puede ser una tarea tan “sencilla” en su estudio, en su diseño; pero, muy compleja y problemática en su implementación. Es eso lo que podemos apreciar en la actual coyuntura. Un gobierno con un Programa Revolucionario en democracia, de Liberación Nacional; sin un Instrumento Político que aglutine a las masas en su perspectiva histórica. Una debilidad incuestionable que urge enmendarla.
La oligarquía y el imperialismo norteamericano, al igual que la derecha, los trotskistas y los revolucionarios de salón, saben de las falencias en la conducción políticas del nuevo tipo de Estado Plurinacional con Autonomías. Estos, la  derecha y sus involucrados, saben que el Proceso de Cambios avanza y que pueden truncarlo por esa vía. Por ello la derecha, vigente en su estructura histórica, con sus medios y desde donde se encuentran desperdigados, atacan hasta el convencimiento de que el gobierno de Evo Morales Ayma y Álvaro García Linera se “dedican más a hacer política” que a hacer gestión para que “avance” la economía del país. Cuando ocurre exactamente todo lo contrario, en materia de desarrollo económico y social estamos mucho mejor que antes, camino a la liberación nacional, no en los términos que uno lo desearía, cierto, como que es cierto que los vende patrias (MNR, MIR, ADN, NFR, ahora escudados en otras siglas) propongan el milagro de hacer mejor las cosas; lo que no hay, es trabajo político ni ideológico, por ello es que no se le puede hacerle frente a la derecha contundentemente, peor, parece que fuera lo que menos les interesa. Están en peligro las políticas de cambio estructural ante el asecho de la derecha por eclipsarla en su favor.
Más pronto que tarde, Evo Morales Ayma y sus colaboradores más confiables (no llunkus), tendrían que redoblar esfuerzos para organizar, estructurar un Órgano Conductor de Masas; en base a un Programa claramente identificado con los pobres y los trabajadores (su sustento político natural) y una Política de Alianzas en base a principios (que le cierre el paso a la derecha). De lo contrario estaremos condenados a correr el riesgo de que el actual proceso de cambios que  nos legaron los movimientos sociales, en especial, el del “Heroico Octubre del 2003”,  quede trunco, para contento de la oligarquía enquistada en las transnacionales y el imperialismo. Las masas están hoy por hoy desorientadas, viviendo los resultados de un proceso de cambios que no lo asumen como suyo, fragilidad política e ideológica que debería ser subsanada de manera urgente para serrarle el paso a la derecha en sus “parodias populares”. La clase que no toma consciencia de sí y para sí, termina contribuyendo con los intereses de la clase antagónica, para que así sea, siempre existieron sátrapas, testaferros y serviles inescrupulosos que pululan en la impunidad.
La fragilidad estructural e ideológica del MAS se expresa en las debilidades del gobierno que en determinados momentos irradia incertidumbre, respecto al manejo del aparato del Estado. Veamos sólo algunos ejemplos, de los más notorios; el caso Catler-Santos Ramírez, o los disidentes como Filemón Escobar, Román Loayza, Alejandro Almaraz, Iván Contreras, Patzi y otros; o sectores que también se identificaban con el gobierno, como la COB (cuya conducta debe ser reivindicada), la CIDOB (en manos de la derecha), la CONAMAQ (con el “gobierno”, la derecha y la embajada Norteamericana); o la pugna interna de quienes están más preocupados por sus intereses intestinos en los gobiernos locales y regionales, que por el avance del proceso de cambios del cual han tomado consciencia muy pocos. Estos aspectos son los que la derecha los está aprovechando de la mejor manera en sus propósitos de dividir el país o producir un magnicidio. Por ello es que impulsan “parodias populares” agresivas y extremistas, para justificar lo injustificable de lo que pretenden los militantes de los partidos vende patrias (MNR, MIR, ADN, NFR y otros menores) digitados desde la Embajada Norteamericana.
La derecha carece de un liderazgo visible y de un programa ofertable,pero tiene un entramado político partidario envidiable que no lo tiene el MAS, y que dentro del caldo de cultivo que emana del gobierno, ésta “trabaja” incesantemente para truncar el proceso de cambios en la estrategia de dividir Bolivia o producir un magnicidio muy bien diseñado. De éste último tenemos indicadores frescos con Irak, Afganistán y Libia, encubiertas en hechos y resultados por los medios que han hecho de la mentira el mejor instrumento para fabricar guerras fratricidas.
En un  Estado de Derecho, cualesquiera que fueran las particularidades de su desarrollo, siempre tendrán un componente mayoritario y otro minoritario. Lo paradójico está en que, históricamente, siendo mayoría la clase explotada,  ha permitido que le ganen los explotadores con sus votos en las urnas. Es eso lo que sucedió antes, y en la etapa neoliberal de 1985 al 2005. Hoy eso ha cambiado sustancialmente. El poder de la consciencia del pueblo expresado en las urnas es lo que ha permitido –después de la Constituyente y el referéndum para aprobar la nueva Constitución Política del Estado-  la implementación del nuevo tipo de Estado con autonomías, que no es otra cosa que la recuperación o reconstrucción del capitalismo de Estado en nuevas condiciones, que intenta sustituir las importaciones e incrementar la exportaciones con valor agregado. Después de haber sido destruido por los gobiernos neoliberales. Pero esta situación no es de carácter indefinido en las actuales condiciones del manejo del aparato del Estado. Necesitan refuerzos. Una tarea insoslayable de todos inexcusablemente.
Por estas y otras sencillas razones, es importante reiterar, la urgente necesidad de emprender la construcción de un órgano conductor de masas, de acuerdo a una política de alianzas coherente con la realidad por la cual estamos atravesando. O la derecha terminará ganándonos en la iniciativa para lo grande. Los resultados en las elecciones para Gobernador del Departamento de Chuquisa (derecha unida ganó con disidentes del MAS y dividida perdió entre apetitos personales) y en las últimas  elecciones para Alcalde de Sucre (sólo logrando su unidad horas antes hizo que ganara la derecha) son los mejores indicadores de lo que afirmamos. La incipiente estructura del MAS no va respondiendo a las exigencias de la historia de los últimos tiempos.
Lo que pasó entre mineros en Huanuni, entre productores del agro (campesinos) en Caranavi, lo que pasa entre Potosí y Oruro en tema de límites, o lo que pasa entre Chuquisaca y Tarija en la definición de campos hidrocarburíferos. Y lo que pasó y pasa con el TIPNIS entre quienes quieren el desarrollo y los que lo niegan; dejan al descubierto de cuanta capacidad ostenta la derecha y la influencia del imperialismo, y aún queda latente el conflicto para definir los campos hidrocarburíferos entre Chuquisaca y Santa Cruz; cuyas consecuencias no dejan de preocupar, si merodea la división del país o el magnicidio digitado desde fuera.
Por lo que se ve, los sátrapas y testaferros, a través de los “comités cívicos”, que siempre abogaron en favor de las transnacionales, arguyendo seguridad jurídica y respeto a los contratos leoninos en materia de hidrocarburos. Ellos  estuvieron en la línea divisionista del país y en  la conjura contra el actual proceso de cambios. Porque lo que tenía que resolverse en la línea que les unía, hoy les confronta tocando lo más sensible de las regiones. Y un pueblo inerme,  conducido políticamente, reaccionaría bien y eclipsarían con facilidad a los “cívicos” y a la derecha, quienes no supieron defender lo que hoy reclaman con “parodias populares” extremos en su impotencia de ser opción, que por fortuna se van desinflando rápida y “fácilmente”.
Todos quienes nos identificamos con la problemática de los pobres y los trabajadores y soñamos con un proceso revolucionario; estamos en la sagrada misión de hacerles conocer que los verdaderos enemigos de clase son la oligarquía, el imperialismo, los trotskistas, los revolucionarios de salón y los disidentes del MAS. Y convencerles de que el proceso de cambios es de ellos y para ellos. O chau al proceso que tardaría lustros en volver si no multiplicamos esfuerzos para profundizarlo.
Sucre, 4 de febrero de 2012
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