No todo lo que brilla es oro
- Opinión
“No todo lo que brilla es oro”, frase muy certera y que recuerdo al observar el trabajo que han venido desarrollando desde hace un tiempo varios jóvenes en los parques de las ciudades, centros comerciales, universidades, centros educativos, mercados, entre otros, solicitando la firma de la población para “acabar con la violencia”, “disminuir el número de diputados”, “para que exista justicia e igualdad”, etc. Con estas firmas se busca dar soporte desde la lógica “democrática liberal” a la propuesta del grupo ProReforma, que tiene como finalidad realizar cambios a la Constitución Política de la República de Guatemala.
Si bien en los últimos días hemos observado la preocupación y la manifestación con mayor firmeza por parte de muchas y muchos guatemaltecos exigiendo que se acabe la violencia, la injusticia, la impunidad, la corrupción, también hemos observado cómo ciertos grupos políticos han tratado de acarrear agua para su molino. Es el caso del grupo ProReforma que está aprovechando esta coyuntura y presionando al Congreso de la República, para que la propuesta que ya entregaron sea aprobada.
El tema no es tanto los artilugios con que hacen política, sino la propuesta que están promoviendo, la que –entre varios aspectos– plantea, a mi criterio, una nueva distribución de cuotas de poder que darían a luz un nuevo modelo político basado en la redefinición del poder legislativo mediante la creación de un Senado y Cámara de Diputados. Lo que no comparto es la forma en que se plantean los roles y funciones del Senado, que además despojan de golpe y porrazo algunas de las atribuciones del poder Ejecutivo y Judicial.
Son más de 70 las reformas propuestas. Por ejemplo, se plantea que “El senado será el encargado de decidir los Ministerios, secretarías que deben de operar, así también las funciones de quienes las representan”. Otra es que “serán los únicos que podrán proponer, crear, reformar leyes”, como también “decidirán qué impuestos deben de operar, o cuál crear específicamente”. En síntesis, la propuesta delega en el Senado la toma de las decisiones más importantes para dirigir al país.
Ahora bien, ¿en qué consiste este Senado? De lo poco claro de esa propuesta se entiende que estará integrado por 45 senadores y 45 suplentes –90 en total– que serán personas entre 50 y 65 años, los que serán electos únicamente por personas de su misma generación. Esto significa que todas y todos los que sean menores de estas edades o mayores, es decir que no pertenezcan a esta generación, no podrán decidir quienes integrarán el Senado. Tampoco especifica si los postulantes serán representativos de las distintas regiones, departamentos, grupos lingüísticos, grupos étnicos; ni qué personas, entidades, colegios de profesionales, etc. los elegirán. Por otro lado, la propuesta establece que un senador puede durar en el cargo hasta 15 años. Si son electos a los 50 años tienen hasta los 65 años para participar en éste, y al cumplir 66 años, podrán ellos mismos proponer a otros personajes que podrían sustituir a los salientes, y de nuevo el grupo generacional comprendido entre los 50 a 65 años será el que pueda elegirlos.
Impresiona la forma antidemocrática de elegir a quienes conformarán el Senado, no sólo por las atribuciones que les están delegando, sino también por la gran cantidad de tiempo que pretenden permanecer en el ejercicio de ese poder. No encuentro argumento alguno que me explique el por qué es tan discrecional esa forma de elección, ni tampoco por qué mantener hasta 15 años a una misma persona en el puesto. A mi modo de ver, se quiere conformar un Senado integrado por personajes urbanos, blancos, ladinos, acaudalados, de buenas familias. Es decir, un Senado desde y para los mismos que siempre han gobernado el país.
Por otro lado, observo que es gente joven la que ha sido utilizada para recoger firmas. Valdría la pena establecer si los señores de ProReforma les explicaron los alcances elitistas, antidemocráticos y aristocráticos de esa propuesta. Y la misma pregunta es válida para la población a la que se le “vendió” esa idea y que firmó sin conocer la totalidad de los cambios que este grupo busca promover.
Es necesario aclarar tales situaciones pues no se puede proceder de esa manera para lograr sus objetivos que, desde mi punto de vista están muy lejanos de acabar con los males que nos aquejan. Más bien, se están creando condiciones para darle vida y fuerza a una forma de organización política desde la cual esos “sabios” podrán hacer y deshacer legislaciones a favor de sus intereses sectoriales.
Por último, considero que una propuesta de cambios a la Constitución Política de la República de Guatemala, debe partir de la discusión de todos los sectores que conformamos la sociedad, y que la misma priorice el bien común, se geste y desarrolle bajo procesos democráticos, transparentes y no excluyentes.
Guatemala, 9 de junio del 2009.
Danilo Rivera
Eje Aglutinador
Asociación para el Avance de las Ciencias Sociales en Guatemala (AVANCSO)
http://www.avancso.org.gt
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