Hay que eliminar las causas del conflicto, no a las personas que estamos en medio del mismo

26/06/2008
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Es la frase que acompaña a don Eladio[1], un campesino de 70 años, del municipio de Remedios Antioquia. Quien en los últimos días se encuentra asistiendo al Foro sobre desaparición forzada en Bogotá, para poder entender un poco más esta realidad a la cuál nadie le da una explicación racional.

 

El municipio de Remedios, está en cuidados intensivos porque ya hace algún tiempo sus habitantes, campesinos en general han ido desapareciendo, léase esta palabra con todas sus conceptualizaciones[2]. Es decir, en Colombia según ASFADDES, Asociación de Familiares de Detenidos Desaparecidos, existen 9000 desaparecidos registrados por la organización desde el año de 1982, la cifra llega en los últimos 30 años a 30.000 y la realidad se estima es superior.

 

¿Cuál es el mal que tiene Remedios?

 

El territorio del municipio de Remedios está cruzado del sudoeste al nordeste por la cordillera Central de los Andes antioqueños. La cordillera no alcanza en esta región alturas de gran elevación, pero se ramifica, produciendo un aspecto escarpado. La flora es tan variada y elegante en sus fenómenos, que no es exagerado considerarla como un inmenso herbario, capaz de ocupar las observaciones asiduas de centenares de botánicos, por centenares de años; el reino mineral es opulento, razón por la que el municipio es considerado el emporio del departamento, y la fauna tiene tan variadas especies que completa el cuadro de honor.

La riqueza principal consiste en su prodigiosa variedad de minerales. Hay en la localidad oro, plata, sulfuro de plomo, sulfuro de zinc, óxido y carbonato de hierro; moligdato de plomo, corindones brutos, cuarzo, cal, granito, pórfidos, clorita, feldespato, iridio, etc.

 

Para don Eladio a Remedios la vienen invadiendo las multinacionales que buscan establecer sus macroproyectos y sus agrocombustibles: “A nosotros nos están desapareciendo y desplazando con bloqueos económicos, pero a mi y a muchos (…) de nuestro municipio no nos sacan… por lo menos vivos, lo que queremos tener es nuestra soberanía alimentaria[3]. Es aquí donde están nuestras raíces, y es aquí donde tenemos identidad”.

 

Y como si esto no fuera suficiente en Remedios también están forjando sus nidos las “Águilas Negras”, provenientes en sus inicios de Norte de Santander[4] pero como toda plaga, se han incorporado en el resto del país.

 

Estos grupos que imparten el miedo y la confusión a través de panfletos y marketing viral, logran sus propósitos porque cuentan con la ineficiencia del Estado que una vez más no brinda protección y seguridad a nuestros campesinos.

 

Aquí es cuando surge la pregunta de cómo se mantiene izada la bandera de la seguridad democrática, o mejor esto “si no es Uribe entonces ¿quién? (...) O si no es por Uribe nosotros no tendríamos la vida tan buena que llevamos. Yo realmente discrepo del glosario limitado mediático que nos impone su lenguaje y su agenda, sin permiso de contradecirlo. Y es que para mi fortuna, el oficio de periodista me permite leer los informes oficiales y no oficiales, lo que llamamos en el periodismo confrontar las fuentes.  Para los periodistas, debo aclarar que existen sus excepciones los temas que se denuncian en las regiones son: Amenazas, secuestros, muertes, desapariciones forzadas, miseria, hambre, corrupción, prebendas… son los platos fuertes del día a día, y el futuro parece más incierto que nunca sobre todo ahora que al Presidente Uribe la Sala Penal de la Corte Suprema de Justicia, ha cuestionado la legalidad de la reforma constitucional que permitió la reelección presidencial. Habrá que esperar solo unos días para ver la capacidad estratégica del Presidente y así contestar la siguiente pregunta: ¿Y ahora quien podrá defenderlo? ¿Teodolindo, Sabas, Palacio, José Obdulio…?

 

- Sonia Acelas, Editora,

 

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Corporación Viva la Ciudadanía www.vivalaciudadania.org



[1]  Nombre ficticio para no poner en mayores riesgos la vida de este campesino amenazado por la situación de violencia que atraviesa el municipio de Remedios, Antioquia.

[2] La desaparición forzada se manifiesta de varias maneras como por ejemplo: Los desaparecidos absolutos de quienes nunca se vuelve a tener noticias sobre su paradero y resulta imposible encontrarlos; los desaparecidos aparecidos muertos, son los que después de un tiempo largo o corto, son encontrados muertos y sus cadáveres pueden ser identificados. Generalmente presentan señales de tortura; los desaparecidos aparecidos vivos, son aquellos que después de una detención arbitraria y de su ocultamiento y negación a familiares logran salir con vida de su condición de detenidos bien sea porque logran escapar de sus captores. Se registran de modo excepcional. www.asfaddes.info

[3] La soberanía alimentaria es el derecho de los pueblos a alimentos nutritivos y culturalmente adecuados, accesibles, producidos de forma sostenible y ecológica, y su derecho a decidir su propio sistema alimentario y productivo. Esto pone a aquellos que producen, distribuyen y consumen alimentos en el corazón de los sistemas y políticas alimentarias, por encima de las exigencias de los mercados y de las empresas. Defiende los intereses de, e incluye a, las futuras generaciones. Nos ofrece una estrategia para resistir y desmantelar el comercio libre y corporativo y el régimen alimentario actual, y para encauzar los sistemas alimentarios, agrícolas, pastoriles y de pesca para que pasen a estar gestionados por los productores y productoras locales. La soberanía alimentaria da prioridad a las economías locales y a los mercados locales y nacionales, y otorga el poder a los campesinos y a la agricultura familiar, la pesca artesanal y el pastoreo tradicional, y coloca la producción alimentaria, la distribución y el consumo sobre la base de la sostenibilidad medioambiental, social y económica. La soberanía alimentaria promueve el comercio transparente, que garantiza ingresos dignos para todos los pueblos, y los derechos de los consumidores para controlar su propia alimentación y nutrición. Garantiza que los derechos de acceso y gestión de nuestra tierra, de nuestros territorios, nuestras aguas, nuestras semillas, nuestro ganado y la biodiversidad, estén en manos de aquellos que producimos los alimentos. La soberanía alimentaría supone nuevas relaciones sociales libres de opresión y desigualdades entre los hombres y mujeres, pueblos, grupos raciales, clases sociales y generaciones.

[4] Semana.com

https://www.alainet.org/es/active/24997
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