Silenciosos e históricos 25 años de la CIDOB

03/10/2007
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Santa Cruz

Este 3 de octubre se cumplieron los 25 años de fundación de la Confederación de Pueblo Indígenas del Oriente Boliviano-CIDOB, que representa a 34 pueblos de la amazonía y del chaco, y cuya sede central está en la ciudad de Santa Cruz de la Sierra.

La ocasión es propicia para hacer un balance de las luchas de los pueblos originarios del oriente de Bolivia.

Primero, la CIDOB ha logrado consolidar una identidad propia dentro de las luchas sociales del pueblo boliviano, en varios aspectos: Educativo, reivindicativo y de propuestas para transformar el Estado boliviano.

En ese marco, es destacable el aporte de reivindicación de la historia, especialmente de los pueblos amazónicos, por medio de los Consejos Educativos en los departamentos de Santa Cruz, Beni, Tarija y Pando. Este avance es más que notable y el aporte es invalorable. No lo hizo el Estado ni la Iglesia; o ambos lo hicieron de manera excesivamente parcial y superficial.

En el plano reivindicativo, no hay lugar a dudas si afirmamos que así como los chaqueños deben agradecerles a los alteños por los crecientes recursos que obtienen por la explotación y exportación del gas, los bolivianos debemos agradecer a los pueblos originarios de la amazonía la convocatoria y funcionamiento de la Asamblea Constituyente.

Fueron los pueblos indígenas de la amazonía los que lanzaron el primer reclamo por medio de kilométricas caminatas desde Beni o Santa Cruz hasta la ciudad de La Paz, en medio de una incredulidad, casi indiferencia y desprecio, de los poderes públicos, de la prensa o de los “ilustres” abogados y sus instituciones.

Finalmente, es destacable la propuesta de nueva Constitución Política del Estado, construida junto a otras organizaciones sociales, del área urbana y rural de Bolivia aglutinadas en el Pacto de Unidad, y que representan a la inmensa e indudable mayoría nacional.

Por tanto, más allá de la indiferencia (y abierto desprecio) de la prensa capitalina cruceña, de las agresiones de la Unión Juvenil Cruceñista y su impune accionar, como ocurrió a tarde de aquel 17 de octubre de 2003, en plena plaza 24 de septiembre, o la agresión del constituyente Fernando Morales al Presidente de la CIDOB, en Sucre, o los constantes insultos (frontales y encubiertos), la realidad es una sola: El avance de las organizaciones indígenas y sociales, del oriente de Bolivia, en su empoderamiento, es innegable y ya despertó la esperada reacción de los grupos de poder.

Esos grupos de poder muestran creciente nerviosismo. Sienten que se les ha tocado su interés por lograr una mejor distribución de los ingresos del Estado.

Los indígenas del oriente de Bolivia ya tienen su peso político específico.

Fuente: Agencia Nacional de Noticias Chaco-Amazonía–ANC (Bolivia)
https://www.alainet.org/es/active/20012
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