Hace pocas semanas, los comités cívicos de los departamentos de Tarija, Santa Cruz, Beni, Pando y Cochabamba convocaron a un “paro cívico” en esos departamentos con el fin de presionar al gobierno nacional para que Sucre sea reconocida como “capital plena” de Bolivia en la Asamblea Constituyente.

En dicho paro, convocado personalmente por el presidente del Comité Pro Santa Cruz,. Branco Marinkovic, a través de todos los medios de comunicación corporativos, se conoció que los trabajadores la fábrica de aceite comestible “Rico” fueron obligados a trabajar por su patrón.

Y resultó que ese patrón era... Branco Marinkovic, quien parecía convencido en el momento de convocar a dicho paro.

Más allá del debate acerca de la pertinencia de dicho paro y sus exigencias, impulsadas por grupos de poder económico radicados en el centro de la ciudad de Santa Cruz de la Sierra, existen varias dificultades a la vista en convocatorias como las del paro de referencia.

Primero, está claro que nadie quiere hacer un paro por pura gana; se paraliza una actividad productiva, con el perjuicio que eso significa, porque existen razones fundamentadas que justifican una medida extrema como un paro.

Segundo, si se convoca aun paro, obviamente se lo hace convencido de la medida y ello implica atenerse a las consecuencias de la medida adoptada. Si se paraliza, no se juega por detrás. Eso es lo que aparentemente ha hecho el Presidente del Comité Pro Santa Cruz, al convocar al paro y al obligar a sus trabajadores a... no acatar el paro.

Tercero. La fábrica de aceite “Rico”, que seguramente da trabajo (directo e indirecto) a cientos de familias en Santa cruz y en todo el país, parece la más perjudicada por la medida convocada por Marinkovic. Dirigentes de la no menos importante ciudad de El Alto, donde el consumo de aceite comestible es elevado, anunciaron un original boicot al consumo de aceite Rico, porque esa industria tiene un patrón poco coherente con su discurso.

Cuarto. El caso “Aceite Rico” parece una más en la larga lista de equivocaciones de los dirigentes cívicos, si tomamos en cuenta el “Proyecto de Estatuto Autonómico” que pintó de cuerpo entero a esos dirigentes, o el terror mediático que se impone en algunas ciudades del oriente de Bolivia.

Por ello, quizá sea hora de develar las verdaderas intenciones de algunos dirigentes que, a nombre de la “cruceñidad” hablan una cosa pero hacen otra.

Luego... no saben explicar su incoherencia.

- ANC – Agencia de Noticias Chaco-Amazonía