Con la despedida de RCTV sale ganando el venezolano común

10/04/2007
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  • Opinión
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Tengo el privilegio de haber estado sentado frente a una pantalla de televisión en los mismos momentos en los que el "Canal de Bárcenas" ofrecía sus primeras trasmisiones blanquinegras. Durante mucho tiempo fue mi canal preferido. Hasta que llegó un momento, hace por lo menos veinte años...! o sea, mucho antes de este "proceso", en el que, por razones éticas y de salud mental y espiritual y aprovechando la posibilidad de la televisión por cable decidí sustraerme de aquella siembra de violencia, racismo, sexismo y humor chabacano y embrutecedor.

Reconozco con sincera objetividad que el canal en cuestión, ha hecho aportes indudablemente valiosos al país. En lo cultural, en lo deportivo, en lo noticioso, lo expansivo, no así en lo político donde llevan ocho años jugando con absoluta "libertad de expresión" a la conspiración y al desprecio descarado a las opciones de las mayorías. Desgraciadamente el balance no les favorece en lo más mínimo. Su ejecutoría no se ha caracterizado precisamente por haber promovido la siembra de valores tan dramáticamente urgentes para el venezolano como son la sobreestimación de lo público sobre lo privado, la responsabilidad social, la solidaridad con las mayorías empobrecidas, la defensa meridiana de la honestidad, la superación del consumismo tramposo y materialista, la igualdad racial y tantas otras cosas que son lo mínimo que se puede esperar de un medio de comunicación social nacional que penetra por 24 horas el mismo corazón de nuestros hogares. Sin contar los atropellos que RCTV orquestó contra personajes como Renny Otolina, Tito Martínez, Guillermo González, Kiko Mendive, Víctor Cámara, etc, que hoy tratan de presentar plañideramente al país como parte de sus "símbolos". Habría que recordar las tácticas poco nobles que se usaron cuando el cambio de nombre de Radio Caracas Televisión a RCTV. Lo que pasa es que hay mucho "jovencito" por ahí hablando neciamente de cosas de las que no sabe materialmente nada.

Quien sí debería saber de estas cosas es la jerarquía católica que en otros tiempos era capaz de anteponer la lucha por una televisión formativa al apoyo mediático interesado que mendiga a esos canales.

Por eso, en otros tiempos, el usuario común estaba más protegido porque en alguna que otra ocasión la Conferencia Episcopal y otras instituciones católicas, desenmascaraban los daños que esos canales infringen a la personalidad del venezolano.

Todos estos daños los conocen los obispos católicos y lo conoce también esa suerte de nueva "avanzadilla" católica neoliberal que no deja de regalarnos con madrugonazos en los que arbitrariamente asumen la representatividad de todos nosotros para solidarizarse con la estrategia neoliberal. Según esa nueva avanzadilla católica neoliberal lo que hasta hace poco ellos mismos condenaban como atrocidades mediáticas del capitalismo ahora parece que son solo inocuos daños colaterales siempre preferibles al "totalitarismo comeniños que nos está destruyendo y que lleva ya ocho años "acabando" con la libertad de expresión ...!

Este es el único país del mundo en el que voceros de la jerarquía episcopal en una actuación por lo menos curiosa salió a protestar contra una ley seca con la que las autoridades tratan de frenar el desangramiento que nuestra sociedad sufre a causa del abuso en el consumo del licor en las carreteras. Hasta los "borrachitos" deben haber quedado estupefactos por ese apoyo tan sorpresivo e inédito de la "cúpula" episcopal. Hay que ver a lo que lleva una irritabilidad digna de mejores causas.

La Televisión que queremos no va a nacer por el hecho de que el 28 de Mayo la señal de RCTV se recupere para el país. Tienen que darse muchos pasos para que conozcamos una televisión que combine lo ameno con lo formativo, o sea, que no tenga que apelar a la "solidaridad revolucionaria" para que haya que tragarse las horas de improvisación, repetitividad cansona y ociosidad que nos brinda la televisión "oficial". Necesitamos una televisión que combine la coherencia ideológica con la apertura a todas las manifestaciones del pensamiento humano, que equilibre la libertad de expresión con el estar protegido de los abusos hipócritas que se cometen en nombre de esa libertad, una televisión que se gane la credibilidad a fuerza del sincero respeto a los otros, que apueste por la dignificación de la presencia del pobre en los medios que hasta ahora solo son noticia como elementos problemáticos y amenazas antisociales.

Va a faltar aún tiempo para que eso llegue, pero no deja de ser un alivio el que podamos presenciar cómo los sectores que han atropellado tan impunemente la conciencia nacional tengan que asumir que, "por lo que se ve", se va haciendo irreversible el declive de su prepotencia y el avance de una alternativa que, duélale a quien le duela, no va a ser muy fácil de desarticular. O abren los ojos o el carro de la historia los dejará en la orilla. Porque la cosa no es tan simplona como medirse entre "chavismo o antichavismo" sino que hay que medirse entre actitudes muy serias como son por ejemplo, la alcahuetería complaciente con la ya conocida propuesta neoliberal generadora de "más de lo mismo" o apostar riesgosamente por una posibilidad imperfecta pero noble, sincera y factible de redención de los pobres. La cosa no es tan sencilla y emocional.

- Miguel Matos, Sacerdote jesuita.
https://www.alainet.org/es/articulo/120498
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