La agresión israelí al Líbano, la ONU y las potencias
El gran juego macabro
09/08/2006
- Opinión
El tiempo sigue su curso y la ofensiva israelí no se detiene. Las ambigüedades y las conveniencias, de Israel, Estados Unidos y las demás potencias juegan un rol central en este conflicto.
En un lujoso edificio de Nueva York, sentados en cómodos sillones los representantes del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas (ONU) continúan debatiendo una solución a este hecho catastrófico. Mientras tanto, el ejército hebreo, continúa con los bombardeos y se prepara para una invasión a gran escala en el territorio libanés.
La decisión de ampliar la ofensiva se aprobó ayer con nueve ministros a favor y tres en contra. El Gabinete de Seguridad de Israel autorizó a sus tropas llegar hasta el río Litani, 30 kilómetros en el interior de territorio libanés.
El ministro de Industria, Comercio y Trabajo del Ejecutivo israelí, Eli Yishai afirmó que su ejército no comenzará la ampliación de la ofensiva aprobada hasta dentro de dos o tres días para permitir al Consejo de Seguridad de la ONU continuar con sus debates para aprobar una resolución que ordene al alto el fuego. A su vez, Yishai declaró que la operación durará unos 30 días.
Pero las palabras esbozadas por el ministro hebreo no condicen con la realidad.
Una columna de tanques y vehículos blindados israelíes entró en ayer por la tarde en el sur del Líbano protegida por la cobertura artillera y bombardeos, según dijeron testigos.
Según fuentes, el avance de los blindados tuvo lugar horas después que el gabinete de seguridad israelí aprobara ampliar su ofensiva terrestre en el Líbano a fin de asestar más golpes a Hezbollah (Partido de Dios) y lograr victorias rápidas antes de que sea decretada una tregua.
Bajo este marco, se informó que la secretaria de Estado estadounidense Condoleezza Rice y el primer ministro israelí, Ehud Olmert hablaron por teléfono por media hora. Según las autoridades israelíes, Olmert dijo a los ministros a su regreso que la ofensiva irá acompañada por una iniciativa diplomática, basada en una propuesta de tregua franco-estadounidense que considerará las condiciones del Líbano, dijo uno de los participantes.
Desde el otro lado, el secretario general del grupo chiíta Hesbollah, Hasán Nasralá, dijo ayer que su organización acepta el despliegue de soldados del ejército libanés en el sur del país y criticó el borrador de resolución que discute la ONU porque beneficia a Israel.
"El gobierno dice y decide sobre la defensa de la patria y la seguridad. Si todas las partes ven que el despliegue del ejército libanés en el sur ayuda a una salida y hace que cese la agresión, nosotros lo aceptamos pese a que tememos por (la seguridad de) el ejército libanés", explicó Nasralá en un discurso emitido por la cadena Al Manar, portavoz del Partido de Dios.
Seguidamente Nasralá se refirió al programa presentado en la ONU: "Francia y Estados Unidos presentaron ese borrador en respuesta al plan de siete puntos (presentado por el primer ministro libanés, Fuad Siniora). Pero es injusto porque da a los israelíes lo que no han logrado en el campo de batalla", además subrayó que "las resoluciones del Consejo de Seguridad no han supuesto ninguna crítica a las masacres del enemigo sionista".
En el seno de la ONU y en el mundo, las distintas potencias también efectúan su juego.
Disfrutando de sus vacaciones en su rancho de Texas, el presidente de Estados Unidos, George W. Bush, rechazó la iniciativa libanesa apoyada por la Liga Árabe de un "cese de fuego inmediato y sin condiciones". El primer ministro libanés pidió el retiro de las tropas israelíes de su territorio, pero Bush se pronunció en contra de esa propuesta.
El mandatario estadounidense dijo, según sus planes para la región, que "Cuando las fuerzas libanesas e internacionales estén estacionadas (en el sur del Líbano), entonces se retirarán las fuerzas armadas israelíes".
Bush abogó por una rápida aprobación de las resoluciones de la ONU, en alusión a la propuesta franco-estadounidense que hoy comenzará a analizar el Consejo de Seguridad, pero que fue rechazada por el gobierno libanés y contó con el rechazo de la Liga Árabe y Rusia.
"Es tiempo de que ataquemos las raíces del problema", aseguró, y volvió a acusar a Siria e Irán de apoyar a la milicia chiíta. "Siria e Irán financian y patrocinan las actividades de Hezbollah, que busca generar caos y frenar el avance de la democracia con el terrorismo", argumentó.
La lectura es clara. Bush y sus halcones de Washington y Tel Aviv, en sus planes de reorganizar Medio Oriente, buscan la confrontación con estos dos países principales obstáculos para sus cometidos.
Por su parte, Francia anunció ayer que presentará una resolución propia ante el Consejo de Seguridad si no se llega a un acuerdo con Estados Unidos sobre las enmiendas pedidas por el Líbano.
El presidente francés, Jacques Chirac, pidió a Washington que acepte cambios en el proyecto de resolución de alto el fuego que debate el Consejo de Seguridad para poner fin al conflicto en el Líbano. Chirac pide que se tengan en cuenta algunas de las reivindicaciones libanesas en la redacción de la resolución porque sería “inmoral” renunciar a conseguir un alto el fuego.
Cabe recordar que el proyecto franco-estadounidense incluye una petición de "alto el fuego inmediato", pero no pide la retirada del ejército israelí y sí el desarme de Hezbollah.
Es bueno tener en cuenta el rol jugado por Francia en esta situación. Si bien la postura de Chirac tiende a tener connotaciones en torno a la política interna de su país, debido a los bajos índices de popularidad. Un éxito en la situación en el Líbano podría repuntar su imagen con un éxito internacional.
No se puede negar que Paris ha tenido serias diferencias con Washington dentro del Consejo, teniendo como ultimo antecedente la negativa francesa a la invasión estadounidense a Iraq en 2003.
En ese sentido, varios analistas concuerdan que el país galo puede desempeñar un rol fundamental en esta crisis. Francia es la antigua potencia colonial en Líbano y se declara "amiga del mundo árabe". Además es la única potencia Occidental que cimentado contactos con los gobiernos árabes de todo tipo.
Estados Unidos, por su parte, está políticamente debilitado y su ejército empantanado en Iraq. Es por eso que el presidente francés también destacó el papel decisivo de Irán en cualquiera solución para el conflicto del Medio Oriente, en especial del actual del Líbano.
Tras una reunión urgente con su canciller y su ministro de Defensa, el jefe de Estado galo se refirió a la nación islámica como una importante potencia regional a la cual hay que consultar sobre los asuntos de la zona.
El despertar francés en el tablero internacional es por demás sugerente, y se puede observar que la Unión Europea (UE) muy debilitada en su política exterior en los últimos tiempos, pretende volver a la escena internacional.
Es así que la diplomacia francesa actúa en ese sentido, contando además con un fuerte respaldo dentro de la UE. Muchos líderes europeos reniegan contra Estados Unidos, al que se culpa de no haber hecho avanzar el proceso de paz entre israelíes y palestinos, clave para la estabilidad de la región.
Además, según conjeturan de distintas voces, la mayoría de los países árabes también verían con buenos ojos una mayor implicación de los europeos en la región.
De forma privada se afirma que Francia estaría dispuesta a contribuir con 5.000 soldados a una fuerza multinacional de unos 15.000 uniformados que se desplegaría en el sur del Líbano.
Sin embargo la solución no pasa por ahí, sino mas bien por preguntarse sobre la cuestión de fondo. Una fuerza multinacional, sea comandada por la ONU, Francia o Estados Unidos, ¿sería la solución al conflicto?
Realizando una análisis mas profundo, la respuesta sería que no. ¿Por qué?
Porque la historia demuestra que una fuerza multinacional en el Líbano, hasta el momento, nunca obtuvo resultados. Sin ir mas lejos el último ejército de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) que llegó a ese país tuvo que abandonar su misión tras ser embestido por atacantes suicidas.
De similar manera, contingentes militares franceses, italianos y británicos se fueron sin éxito alguno en el pasado.
Entonces, esta fuerza multinacional, pretendida principalmente por Washington y Tel Aviv (para seguir con el trabajo sucio sin que ellos sufran tantas bajas) ¿A quienes realmente conviene?
Sin duda que a los libaneses no, porque en primer lugar no se les consultó acerca de quienes tendrían que integrar esa fuerza. Además, según los hechos, ese ejército no acudiría para protegerlos, sino que se instalaría para ayudar a israelíes y estadounidenses a dar nueva forma a Medio Oriente.
Asimismo existen dos cuestiones muy importantes. Por un lado, los pocos resultados concretos del poderío militar israelí en su aventura contra el Líbano. Ya que muchos analistas sostenían antes del conflicto que el ejercito hebreo no tenía rivales en la región. Cuestión desacertada, ya que una milicia chiíta esta dando una férrea resistencia en una suerte de guerra de guerrillas.
Por otro lado, la cuestión más importante es el objetivo Irán. Al ejecutar la ofensiva contra Hezbollah, Israel pretende incentivar a Washington a reanudar sus planes de ataques militares hacia el país persa en torno a la cuestión nuclear.
Es sabido que el Partido de Dios es el primer frente de contraataque de Teherán en un enfrentamiento con Tel Aviv. Entonces, si Israel demuestra que pretende derrotar a Hezbollah, Estados Unidos tendría que hacerlo con Irán.
En este sentido, la fuerza multinacional que se pretende, dejaría con las manos libres a los “sioncons” para apuntar sus cañones hacia el país persa.
La matanza de casi 60 civiles en Qana que tanto conmocionó al mundo quedó impune y sumergida en el pasado, pasando a ser un hecho más del “terrorismo de Estado” que esta cometiendo Israel.
El gran juego macabro esta en marcha, cada parte mueve sus fichas según sus conveniencias. La Europa decaída pretende reflotar en el escenario internacional, la inerte ONU pretende sobrevivir, y en última instancia todos funcionamos como cómplices para las políticas imperialistas de Estados Unidos e Israel.
Fuente: Agencia Periodística del MERCOSUR (APM), Mar del Plata / Argentina
http://www.prensamercosur.com.ar
https://www.alainet.org/es/articulo/116526
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