La Plata, Argentina

Mientras gran parte del mundo -los que pudieron- festejaban el inicio del nuevo año con brindis y fuegos artificiales en el cielo. Allá en Gaza los fuegos en el cielo traían el brindis con la muerte.

Ciudad de La Plata, Argentina, 1 de enero. Son las 00:19 exactamente y el nuevo año, el 2009 ya nació dejando atrás al viejo, al 2008. El ruido de copas que hacen el brindis se puede escuchar en más de una casa. El olor a vino, sidra, champagne se siente el aire. Acá, en esta ciudad del Sur, el cielo resplandeció a la luz de los fuegos artificiales. En varios lugares del mundo, a distintas horas, seguramente pasó algo similar. Dichosos (o no) aquellos que pudieron recibir el nuevo año sanos y salvos.

A muchos kilómetros de aquí, allá a lo lejos en Medio Oriente, en la Franja de Gaza, el cielo también resplandeció. Pero no fueron fuegos de artificio, no. Fueron bombas que matan, sin discriminar a nadie, a nadie. Igualmente, todos palestinos (o la gran mayoría).

En la Ciudad de La Plata, el cielo sonó, retumbó, se iluminó. Los destellos cargaron el cielo con sus luces. Los chiflidos de los fuegos artificiales se expandieron por los cuatro vientos.

El que escribe, no pudo evitar en su mente, pensar que una similar situación (cruel y vaga analogía) estaba sucediendo en esa parte de Palestina.

Seguramente, por más imaginación que uno tenga, los ruidos, los destellos, los retumbes y los chiflidos no son parecidos. Los de allá, los de Gaza, son ruidos de muerte, ruidos de confusión, ruidos de caos y miedo. La luz no anuncia nada nuevo, ningún augurio. No allá, no. Acá quizá si. Suerte para los que están de este lado, ¿no?

Continúan los fuegos, y es casi imposible pensar que cada cohete de artificio que vuela por el cielo, allá es un misil. Acá, los chicos y también los grandes los festejan y se sorprenden. Allá, los chicos y también los grandes lo padecen y se ofuscan.

Misiles de buenos deseos, misiles de malos deseos. Pero mísiles al fin. Y pensar que los cohetes de artificio fueron la base para el desarrollo de los primeros misiles.

Suena una balada de rock “ricotera” en el fondo. La letra parece sentir la misma sensación. Dice:

“Están chiflados y obnubilados ¿qué puede ser? Tan caprichosos y novedosos ¿qué puede ser? Bombas de aquí para allá. Puede ser, es...¡irreal! Ya no estás solo, estamos todos en naufragar…”.

Hace más de una semana que el super-ejército israelí bombardea sin piedad -como tantas otras veces- a sus vecinos en Gaza. Hace más de una semana que nadie hace nada contundente -como tantas otras veces- para detener la matanza.

Que lindo recibir el nuevo año con una agresión militar que lleva la marca de Caín. Empezamos muy bien este 2009, ¿no?

Fuente: Agencia Periodística del MERCOSUR (APM), Facultad de Periodismo y Comunicación Social, Universidad Nacional de la Plata,  Argentina.  

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