Apuntes contra la guerra
04/05/2004
- Opinión
1.- La amenaza lanzada por el Departamento de Estado
norteamericano sobre la posibilidad de que en el continente
americano, como ya ocurrió en el europeo, aparezcan más países, y
la posición del Jefe del Comando Sur del ejército norteamericano,
General James T. Hill, en relación al "populismo radical" como
virus peligroso a ser erradicado, son los indicadores más
significativos de que la guerra es la estrategia del dueño del
circo de la oposición al gobierno del Presidente Chávez.
No debería sorprender a nadie. Entre otros, Noam Chomsky y
James Petras, académicos estadounidenses internacionalmente
reconocidos, tienen meses advirtiéndolo, como quien avisa del
golpe que fragua el monstruo que se conoce muy bien.
Para un sector de la oposición al gobierno del presidente
Chávez, el pueblo venezolano ya llegó donde nunca debió llegar,
ya traspasó los límites a los que jamás debió acercarse, ya tiene
la conciencia que jamás debió tener, y eso no se quita con
elecciones. Eso se quita con una derrota en una guerra. Eso se
quita en una década pinochetiana que castigue el atrevimiento de
haber roto el bloqueo económico a la hermana República de Cuba,
que castigue la contumaz resistencia al ALCA, pero sobretodo que
castigue la rebeldía necesaria para haber puesto a Bolívar a
cabalgar otra vez por el territorio de la patria grande que
siempre profetizó.
Ese sector de la oposición considera cumplido el papel de
enmarañador ambiental que le dieron al proyecto de fraude del
Referendo Revocatorio, oportunamente frustrado por el CNE, y ya se
siente en posesión de una baza de guerra.
Es bueno estar alerta puesto que, tratándose del ejército
norteamericano, son las avisadas las guerras que sí matan
soldados.
2.- El discurso del Presidente Chávez del 13 de abril de 2004
desde el palacio de Miraflores, en conmemoración del segundo
aniversario del contragolpe victorioso del pueblo y la Fuerza
Armada que lo restituyó en el poder el 13 de abril de 2002,
contiene significativas claves de rumbo, de sentido, que a mi
juicio constituyen un punto de inflexión de su gobierno en cuanto
a la posición frente al gobierno de los Estados Unidos de
América, y en cuanto al rumbo a seguir en Venezuela. En sus
palabras, el presidente Chávez insertó al proceso venezolano en el
contexto global de enfrentamiento al neoliberalismo armado
representado por el gobierno norteamericano, reabrió la pregunta
sobre quiénes somos y hacia dónde vamos en los términos de
construcción de patria planteados por Bolívar en el último lustro
de su vida, o sea, cuando estos términos ya eran claramente
antiimperialistas, y finalizó su intervención planteándose la
superación del capitalismo.
Algunos podrían pensar que el Presidente pareciera estar
comprando compulsivamente todos los boletos para la rifa de una
invasión. Otros análisis podrían afirmar que con unas
declaraciones tan abiertas, lo que está haciendo es advertirla
para conjurarla. En todo caso, en estos días de abril de 2004
transitamos el momento de mayor confrontación al gobierno
norteamericano de todas nuestra historia republicana, y,
sorprendentemente, el momento de confrontación más álgido
inmediato anterior nos lleva derecho a Bolívar.
3.- Ese movimiento nacional hacia la educación planteado por el
conjunto de las misiones Robinson, Ribas y Sucre, ese movimiento
nacional hacia la salud expresado en la Misión Barrio Adentro, ese
llamado a la producción de otro país posible en otro mundo
posible, que está expresado en la Misión Vuelvan Caras, esa
recuperación de la actividad ciudadana expresada en los Comités de
Tierra Urbanos, en las Mesas Técnicas de Agua en los diversos
Consejos Comunitarios que a lo largo y ancho del país aluden a un
pueblo participante y protagónico, esa sensación de que PDVSA ya
no está dentro de una campana de vidrio, que se puede tocar, que
es nuestra, esa experiencia colectiva adquirida en el
enfrentamiento victorioso a los intentos de Golpe de Estado de
abril de 2002 y diciembre 2002-febrero 2003, ese salto en el nivel
de conciencia sobre nosotros mismos como pueblo, como historia de
enfrentamiento a la opresión y a la injusticia, como noción de
rumbo hacia otro futuro distinto al que nos depara el
neoliberalismo, en una palabra, todo ese despertar sólo puede
impedirse en forma violenta.
Como los derechos conquistados en la Constitución Nacional
Bolivariana no pueden ser negociados, es necesario cercenarlos.
Ese programa de gobierno que contempla arrebatarle al pueblo todos
sus avances, todas sus victorias precisa, necesita, sólo es
posible mediante una guerra.
4.- Demoliendo la imagen de tiranía que la oposición pretende
construir sobre lo que es Venezuela, la campaña electoral de
gobernadores y alcaldes se despliega vigorosamente en todo el
país. Las libertades democráticas se exhiben y las personas ponen
los afiches de sus diferentes candidatos en las puertas de sus
casas.
El proceso por el Referendo Revocatorio está supeditado al
proceso de reparos que lo determinará en uno u otro sentido. El
Consejo Nacional Electoral ya preservó el interés nacional de
impedir que se utilice al poder electoral para cometer fraudes.
Si no nos contamos en el Referendo Revocatorio, porque tras el
proceso de reparos a la oposición no le alcanzan las firmas
verdaderas recogidas, entonces nos contamos de todas formas en las
elecciones regionales de septiembre de 2004, pero en todo caso el
2004 es un año electoral, y a tan escasos centímetros de una
invasión de marines vía Plan Colombia, que de regreso de su
aventura pretendan dejar en el Zulia un Kuwait en castigo por la
insubordinación a la autoridad imperial, nadie creería que en
verdad se estén escogiendo alcaldes y gobernadores. Se está
votando a favor o en contra de Chávez y del proceso revolucionario
bolivariano.
5.- Debemos tener bien precisada a la estrategia de la guerra. Hay
que efectuarle un marcaje cerrado para que no le lleguen balones.
Hoy refunfuña entre los que dicen que la Coordinadora Democrática
negoció los reparos por debajo de la sentencia de la Sala
Electoral, como si la cosa fuera un precio, como si las
irregularidades detectadas en las firmas no las hubiesen admitido
también los observadores internacionales, la OEA y el Centro
Carter.
Debemos analizar y sopesar la amenaza planteada por el
Pentágono en toda su extensión. Como lo planteó el Ministro de
Educación, Aristóbulo Istúriz, en su intervención del domingo 25
de abril de 2004 en el Municipio San Francisco del Estado Zulia,
hace rato que nuestra lucha dejó de ser con el personal del circo:
Nuestro enfrentamiento es con los dueños.
Nos han dicho por todo el cañón, los que se caracterizan por
no dar puntada sin hilo, que habrá más países en el continente
americano, y que de "populismo radical" nada.
Es bueno que se muestren tal como son. Eso permite hoy
entender a plenitud el origen verdadero de países como Kuwait, que
hasta el año de 1961, cuando al imperialismo británico le convino
que aquel arrebatón petrolero que le hicieron al territorio iraquí
se volviera país independiente, fue motivo de litigio y reclamo
por parte de Iraq, quien sólo lo reconoció en 1963, cuando ya el
mal de la balcanización artificial de las fronteras estaba hecho.
Que el Departamento de Estado norteamericano recurra de nuevo
al mecanismo de la producción artificial de fronteras y la
promoción de guerras intestinas entre pueblos hermanos, tal y como
está pautado en el Plan Colombia, nos debe llevar a revisar los
antecedentes. Ese método no es nuevo. En el pasado fue utilizado
con éxito.
El país que nació como resultado de la guerra de Independencia
se llamó Colombia, ojo, no Gran Colombia, como miente la historia
oficial, sino Colombia a secas o en todo caso Colombia la Grande.
Incluía lo que hoy es Ecuador, Colombia y Venezuela, pero con una
visión de que el país definitivo todavía estaba por constituirse.
Al gobierno de los Estados Unidos le molestaba en grado sumo
el talante parejero con el que Bolívar se refería a ellos, le
irritaba profundamente su proyecto de país con fronteras aún por
descubrir y consiguió a tres traidores para abortar ese proceso.
Fueron ellos Juan José Flores, venezolano radicado en Quito,
Francisco de Paula Santander, neogranadino, y José Antonio Páez,
venezolano. Con el apoyo de esos tres generales de las guerras de
independencia, la Doctrina Monroe desmembró el sueño de Bolívar
hasta que produjo los cinco países que, según aprendimos en
primaria, habían sido liberados por su espada: Venezuela, Colombia
(Nueva Granada), Ecuador, Perú y Bolivia.
Panamá no existía cuando eso. Era territorio colombiano hasta
que en 1903, como parte de la decisión de meterse a la
construcción del canal transoceánico en ciernes, el imperialismo
norteamericano inventó a Panamá y le organizó una independencia
de lo más patriótica respecto de la Colombia de ese entonces, que
después de haber sido la República de la Nueva Granada, desde 1830
a 1863, se volvió a poner en ese año último el nombre de Colombia.
Como vemos, la jugada la han ensayado varias veces y nunca les
ha salido mal. Pero puede ser que los tiempos estén cambiando, y
que esta vez les salga el tiro por la culata y en vez de más
países quedemos menos: El de ellos y la América Latina, o Las
Indias como fue llamado alguna vez.
https://www.alainet.org/es/active/6074
Del mismo autor
- Carta abierta a la oposición venezolana 04/12/2013
- Contra la Guerra Civil 10/05/2013
- Contra el Bicentenario 30/08/2011
- El otro diálogo 02/02/2011
- Golpes decembrinos 26/12/2005
- Primeras lecturas del Referendo Revocatorio 26/08/2004
- Apuntes para ganar el Referendo 22/06/2004
- Apuntes contra la guerra 04/05/2004
- El dilema de la oposición 06/03/2004
- ¿Tecnicismos? 19/02/2004