Defendamos nuestro derecho como pueblo a vivir mejor
29/04/2003
- Opinión
El sistema de dominación neo-liberal pregona como soporte
"científico", una adefesio doctrinal, en el cual se presentan
relacionadas de cualquier manera, y a veces incompletas o
deformadas, ideas expresadas en el pasado por grandes
pensadores.
No es éste el lugar para tratar sus profundas inconsistencias.
Sin embargo, haremos un breve comentario a la más comentada: el
papel del mercado, definido por ello como único motor efectivo
en la consecución de un bienestar social creciente, sacando a
flote, a cada momento, la conocida frase de Adam Smith, que
expresa:
"El particular emplea su capital de forma que le produzca el
mayor valor posible. Al hacerlo así, generalmente no trata de
favorecer el interés público ni sabe en cuanto lo favorece; lo
único que busca es su propia seguridad, su propio beneficio. Y
en ello hay una mano invisible que le lleva a servir a un fin
que no estaba en sus intenciones. Al buscar su propio interés,
el particular MUCHAS VECES favorece el de la
sociedad..."(mayúsculas nuestras)
O lo que es lo mismo, no siempre "la mano invisible" del
mercado favorecerá a la sociedad.
Lo que realmente queda establecido en esa frase es que el
objetivo no es el libre mercado como valor absoluto, sino que
lo es el beneficio social, y que puede ser determinante la
acción de la sociedad para hacer que SIEMPRE salga favorecida
por el mercado.
¿Pero de qué sociedad estamos hablando? Cuando Smith habla de
favorecer a la sociedad, está refiriéndose a una sociedad
cerrada, en donde oferentes y demandantes sean parte de ellas,
de tal forma que las pérdidas de un sector son asimiladas por
otro. Por ejemplo, si una empresa cierra ante la competencia,
los puestos de trabajo perdidos serán absorbidos por esa misma
competencia en la misma sociedad.
En el plan de dominación neoliberal no es así. Si una empresa
local cierra ante la competencia externa, los puestos de
trabajo que se pierden serán generados en los países de las
empresas competidoras. También los impuestos, las inversiones,
las ganancias de capital, etc.
Es decir, pasamos de una competencia entre firmas a una
competencia entre países. Aquellas poblaciones de las naciones
con empresas ganadoras vivirán mejor que las poblaciones de las
naciones con empresas perdedoras. La podemos llamar la
propuesta anti-Smith.
Los puntos anteriores explican claramente que las grandes
potencias lo que realmente persiguen, con las medidas que
tratan de imponer con la excusa de instaurar un sistema de
libre mercado, como la trans-nacionalización de empresas
llamada privatización; las leyes de derecho de autor; la doble
tributación; el ALCA; etc. es fijar reglas y condiciones que
les garanticen el dominio de sus empresas para siempre, y por
supuesto, nuestra pobreza, también para siempre. Porque claro,
contra enemigos mortales del libre mercado como los monopolios
y la parcialidad de los medios de comunicación, no proponen
nada efectivo..
Por supuesto que la solución no radica en implementar medidas
como la sobre protección de empresas locales, que conlleva
necesariamente la ineficiencia, al desaparecer el estímulo de
la competencia, sino corregir lo que la "mano invisible" del
mercado no aporte. El principal deber de nuestros dirigentes,
es el defender nuestro derecho como pueblo a vivir mejor. Para
cumplir con ello, deben comenzar por no seguir dejándose
engatusar por esos importados charlatanes baratos de feria,
disfrazados de científicos.
https://www.alainet.org/es/articulo/107429
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