Mujeres contra el ALCA
30/10/2002
- Opinión
Aspecto destacado de las Jornadas Continentales de Resistencia al ALCA,
desarrolladas en Quito a fines de octubre en paralelo a la reunión
ministerial, fue la participación de las mujeres. Presencia no sólo numérica,
sino de protagonismo propio y propuestas, que indica crecimiento político,
afirmación en el terreno de la economía, en los procesos que buscan una
globalización alternativa. Pero todavía pesa la brecha entre participación y
visibilidad. Así, las mesas directivas, las primeras filas, las "fotos" de
eventos como la multitudinaria marcha del día 31, se llenaron de rostros
masculinos, sin hacer justicia al liderazgo ni al sostenido trabajo de las
mujeres para que los procesos, actos y movilizaciones se produzcan.
Los medios apenas aprovecharon la importante presencia de mujeres provenientes
de muchos países del continente, de variados espacios socioculturales y
distintas generaciones, portadoras de experiencias y puntos de vista de gran
utilidad para informar y para formar opinión pública. Para sólo citar
ejemplos, estuvieron entre nosotros líderes de la Marcha Mundial de las
Mujeres, Vía Campesina, Movimiento Sin Tierra, Red Latinoamericana Mujeres
Transformando la Economía, Alianza Social Continental. Y muchas otras:
académicas, indígenas, campesinas, estudiantes universitarias.
Enfoque desde las mujeres
Pero, ?qué tiene de específico el enfoque de las mujeres sobre este tema? Lo
primero y general: han subrayado el interés como ciudadanas y como actoras
económicas para construir alternativas de desarrollo autónomo, soberano y
democrático de la región, visto como inseparable de sus reivindicaciones de
igualdad de género, de justicia económica, de ejercicio de derechos económicos
y sociales.
Es evidente que de la ubicación y roles diferenciados en la producción y en la
reproducción derivan implicaciones, riesgos concretos del modelo económico y
de los acuerdos comerciales correspondientes. La experiencia indica que las
condiciones de vida de la mayoría de mujeres no han mejorado en una economía
que convierte todo en mercancía, pero que mantiene y hasta acentúa la entrega
de trabajo gratuito para el cuidado humano y comunitario (alimentación, salud,
educación, etc.), que tiende a generalizar modalidades laborales precarias
para las mujeres, como la "maquila", donde un 80% de la fuerza laboral es
femenina.
Temas estratégicos como la alimentación son movilizadores. La iniciativa de
toma simbólica de un local de Mc Donald´s -transnacional de comida "chatarra"-
fue concebida y ejecutada por organizaciones ecuatorianas de mujeres populares
del campo y la ciudad, para expresar sus preocupaciones sobre los riesgos del
ALCA: se desplazará la producción nacional de alimentos, tornándonos más
dependientes de los productos importados, más vulnerables como productoras y
consumidoras; se agudizarán problemas de abastecimiento, calidad y precios; se
generalizará el uso de semillas transgénicas y el sometimiento a un paquete
tecnológico perverso, de impredecibles consecuencias para la salud y el
ambiente; se patentarán y pasaran a manos privadas semillas, agua, tierra,
biodiversidad, expropiando el patrimonio desarrollado durante siglos
especialmente con el trabajo y saberes de las mujeres.
Las redes continentales y regionales de mujeres presentes en Quito emitieron
un Manifiesto ante la Reunión Ministerial, en el que se pide a los gobiernos
detener las negociaciones y más bien acordar el avance de una verdadera
integración. Identifican efectos para las mujeres en aspectos de producción,
trabajo, salud y educación, agricultura, y otros.
En conjunto, son reflexiones y acciones que convergen en la búsqueda de un
nuevo orden mundial, asunto que moviliza cada vez más a la sociedad en todas
partes, ante la evidencia de la actual insostenibilidad económica, social y
ambiental. Se extiende la conciencia de que son inaplazables redefiniciones y
acuerdos sobre cómo seguir viviendo en este planeta, cómo superar, de veras,
injusticias y exclusiones, lo que conduce a cambios también inaplazables en
los modos de organizar la producción, de distribuir, de concebir el bienestar.
Y como eje de esos cambios se valoran principios que las mujeres hemos
practicado y enarbolado: altruismo, solidaridad, reciprocidad, colaboración.
Aunque pasó la semana de novedad, que genera noticia e interés mediático, no
debería desaprovecharse la riqueza de análisis y experiencias expuestos o
difundidos en esos días, que pueden servirnos no sólo para entender el ALCA,
sino para ampliar nuestra mirada hacia los temas que ahora mismo movilizan al
mundo, y frente a los cuales las mujeres tenemos cada vez más la presencia y
la palabra.
* Magdalena León T., Remte Ecuador
https://www.alainet.org/es/articulo/106660
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