Brasil: Indio quiere apoyo
20/02/2002
- Opinión
Fraternidad y Pueblos Indígenas es el tema de la Campaña de Fraternidad de
este año, promovida por la Conferencia Nacional de Obispos de Brasil (la
CNBB, por sus siglas en portugués). El lema es "Por una tierra sin males".
El manual de campaña estima que, en 1500, vivían aquí cerca de 6 millones
indígenas, distribuidos en más de 900 pueblos de diferentes culturas.
Hoy, la población indígena del país es de 550.438 personas, pertenecientes a
225 pueblos y hablan cerca de 180 idiomas. En el mundo, hay 300 millones de
indios, de los cuales 40 millones en el continente americano.
En Brasil, cerca de 350 mil indios viven en sus territorios, y otros 191 mil
migraron a los centros urbanos. Se calcula que 900 pertenecen a pueblos aún
no contactados. De las 771 tierras indígenas, 68% aún no están
definitivamente demarcadas. En 178 de ellas, el proceso ni siquiera fue
iniciado. Falta al país aprobar un Estatuto de los Pueblos Indígenas, de
modo que ellos tengan sus derechos rigurosamente reconocidos y respetados.
Las escuelas deberían ser las primeras en valorizar la cultura indígena como
un antídoto a nuestra sociedad consumista, que mantiene una relación
utilitaria con la naturaleza y prejuiciosa con los que no se arrodillan ante
del dinero.
La tierra es, para los pueblos indígenas, el espacio vital, sagrado, donde
residen los espíritus ancestrales, y de la cual son extraídos los bienes de
la vida sin perjudicar el equilibrio ecológico. De ella no esperan lucros,
sino bienestar comunitario. Como decía Xicao Xukuru, asesinado en 1998 en
lucha por su territorio, para nosotros la tierra es como nuestra madre. Ella
nos da todo fruto de sobrevivencia, ella debe ser cuidada y preservada a
partir de las piedras, de las aguas y de los bosques.
Es expresiva la influencia indígena en nuestra cultura, de la música a la
lengua, de las danzas a la nutrición, de las creencias a los ritos. Sin
embargo, en estos últimos 500 años ellos han sido víctimas de exterminio, a
través de genocidio, esclavitud, prostitución, destrucción de su
religiosidad, y mediante políticas oficiales que buscan integrarlos a
nuestra sociedad, incapaz de reconocerles el derecho a la diferencia. Sin
embargo, ellos resisten, a pesar de las agresiones de los madereros y
mineros, latifundistas y laboratorios farmacéuticos.
La Iglesia católica es, hoy, consciente de su relación ambigua con los
indios en el pasado. Al lado de defensores, como Anchieta y Vieira, había
misioneros que favorecían la explotación de mano de obra indígena a través
de una catequización equivocada. Ahora, se trata de asegurarles el derecho
a la vida, manteniendo con ellos el diálogo intercultural e inter religioso,
como hacen las hermanas de Foucauld entre los tapirapé, en Araguaia,
reducidos a 50 en 1950. Dos años después llegaron las religiosas, sin
intensión de catequizarlos o imponerles nuevos valores. Querían apenas ser
solidarias. Hoy, la población tapirapé es de 475 personas.
En un encuentro de teología indígena, realizado en 1997 en Bolivia, los
indios propusieron que el misionero cristiano, al llegar a una cultura
indígena, pase por el proceso de inserción; que comprenda y asimile los
valores, la consmovisión y las expresiones religiosas para, así, descubrir
en las culturas la manifestación de Dios. Porque interculturación es
diálogo entre el Evangelio y las espiritualidades indígenas.
Amenazados por las aguas que destruían el mundo -reza la tradición guaraní
apapocuva-, Guiraypoty, que se refugiaba con la mujer sobre el techo de una
casa, entonó el nheengaraí, el canto solemne guaraní. Cuando iban a ser
tragados por las aguas, la casa se movió, giró, flotó, subió.. hasta llegar
a la puerta del cielo, donde se quedaron a vivir. Este lugar se llama Yvy
mara ei (tierra sin males). Ahí las plantas nacen por sí mismas, la
mandioca ya viene transformada en harina y la caza llega muerta a los pies
de los cazadores. Las personas en ese lugar no envejecen, no mueren y ahí
no hay sufrimiento.
Requerimos dar oídos al llamado de Maninha Xukuru-Kariri: "Esperamos que en
un futuro próximo toda la sociedad asuma la cuestión indígena como suya,
como parte de la construcción histórica de este país, historia camuflada con
versiones engañosas, románticas, pero que precisa ser mostrada en su rostro
real. La sociedad requiere asumir la lucha indígena, asimismo como las
otras luchas sociales, de los sin tierra, de los niños de la calle y tantas
otras, como una cuestión de todos" (Porantim 222, p.4).
Es esta solidaridad que la Campaña de la Fraternidad quiere suscitar. Ojalá
que, en este año electoral, programas y candidatos también contemplen la
cuestión indígena. Mantenerse indiferente a ella es una declaración pública
de oportunismo electoral, ya que es inexpresivo el voto de los pueblos de la
selva. Mas ellos son nuestras raíces y viven, cuando tribalizados, valores
que para nosotros todavía son utopías.
* Frei Betto, escritor brasileño, es autor de la novela indigenista "Uala, o
amor" (FTD), entre otros libros
https://www.alainet.org/es/active/1750
Del mismo autor
- Homenaje a Paulo Freire en el centenario de su nacimiento 14/09/2021
- Homenagem a Paulo Freire em seu centenário de nascimento 08/09/2021
- FSM: de espaço aberto a espaço de acção 04/08/2020
- WSF: from an open space to a space for action 04/08/2020
- FSM : d'un espace ouvert à un espace d'action 04/08/2020
- FSM: de espacio abierto a espacio de acción 04/08/2020
- Ética em tempos de pandemia 27/07/2020
- Carta a amigos y amigas del exterior 20/07/2020
- Carta aos amigos e amigas do exterior 20/07/2020
- Direito à alimentação saudável 09/07/2020