¿Quien le teme al Chávez feroz?
28/04/1998
- Opinión
Caracas.- Pareciera que el mismísimo Fidel Castro estuviera bajando de la Sierra Maestra para
-junto a sus barbudos- implementar un cambio total. La escena no tiene lugar en el naciente 1959,
sino en pleno fragor electoral de 1998 y no hablamos de Cuba, es Venezuela el escenario de una
nueva campaña que busca satanizar al ex militar Hugo Chávez, ante el ascenso de su popularidad
pre-electoral.
En este abril, se hizo evidente una posicion compartida desde distintos frentes políticos y
económicos en Venezuela, y especialmente en Caracas, que apuntan, por un lado, a crear el pánico
ante un eventual triunfo del "chavismo", porque se irían las inversiones y se reavivarían los odios
sociales. Mientras que, por otra parte, se descalifica la oferta electoral del teniente militar retirado,
que tiene como ejes el nacionalismo, la honestidad y la preocupación social, y que hasta ahora es el
único candidato que tiene un programa concreto para el gobierno que debe ir de 1999 hasta el
2004.
El gobierno de Estados Unidos dejó sentada su postura -sin cortapisas- al negarle a Chávez una
visa para visitar ese país, donde tenía programadas entrevistas con banqueros y hombres de
negocios, con el argumento de que éste atentó contra la democracia venezolana. Aunque ahora se
acoge al sistema que precisamente intentó derrocar por las armas, los archivos estadounidenses aún
lo tienen reseñado como golpista.
El "vengador"
Chávez, en 1992, tras el intento frustrado de derrocar a Carlos Andrés Pérez de la presidencia, le
dijo a sus hombres que no tomarían el poder "por ahora". Seis años después asciende notablemente
en las encuestas de opinión y pareciera posible un triunfo suyo en las urnas, aunque el "frente
anti-Chávez" tendría a la mano varias maniobras para evitar ese triunfo electoral.
Este mes de abril, a ocho meses de las elecciones generales en Venezuela, ha sido tiempo de
reuniones, comentarios, tertulias y artículos de prensa. Se intenta incidir en la opinión pública y
colocarla en contra del ex-teniente coronel Hugo Chávez, quien el 4 de febrero de 1992 encabezó
una rebelión militar, la cual puso en evidencia la crisis del desgastado sistema democrático, según
analistas y el propio presidente Rafael Caldera, cuando entonces hacía oposición.
Chávez sostiene un discurso nacionalista a favor de los pobres y de revisión de las políticas
neoliberales. Tiene como bandera la convocatoria a una Asamblea Constituyente. Es visto como
"el vengador" por la población, según la firma encuestadora Datanálisis.
Terribles presagios
El respetado historiador y militante socialista Manuel Caballero, lanzó el primer domingo de abril la
voz de alarma, al aseverar, en una leída columna de prensa, que un triunfo de Chávez en las
elecciones del 6 de diciembre daría paso en Venezuela a una "guerra civil".
Según Caballero, quien basó su argumento en la historia del siglo pasado y actual del país, la
opción del ex-militar "no es la promesa del orden a través de una dictadura militar-populista, sino,
por el contrario, el desencadenamiento de una dinámica que desemboca irremediablemente en la
peor forma de desorden: la guerra civil".
La afirmación de Caballero puso en evidencia, en la mayoría de los sectores políticos tradicionales,
"la necesidad política" de evitar un triunfo del ex-militar rebelde para sostener el sistema
venezolano, que data de 1958, cuando huyó el último dictador castrense de este siglo, Marcos
Pérez Jiménez.
La hora de los "outsiders"
Chávez, según coinciden los sondeo, es el único aspirante presidencial que ha ascendido de forma
permanente en los últimos meses. Al tiempo que la otra favorita electoral, la ex-Miss Universo
1981, Irene Sáez, ha descendido marcadamente. Si la votación fuese ahora estaría polarizada entre
estos dos "outsiders", no surgidos de los partidos tradicionales.
El ex-líder de la frustrada rebelión militar se mantiene como independiente, distanciado y crítico de
los partidos políticos del "estatus". Su candidatura la lleva adelante el Movimiento V República
(MVR), amén de recibir un variopinto respaldo de pequeñas agrupaciones, algunas de izquierda,
incluido Patria Para Todos (PPT), una escisión de La Causa Radical (LCR), la cual ahora respalda
a Sáez.
Según el analista Luis García Mora, Chávez es "el auténtico antisistema", entre el abanico de
candidatos que lanzados al ruedo pregonan su independencia de los partidos tradicionales.
El enemigo común
A menos de ocho meses de los comicios, los dos partidos que han compartido el poder durante el
régimen democrático (desde 1958): el socialdemócrata Acción Democrática (AD) y el
socialcristiano COPEI, aún están sin aspirantes definidos, en una situación inédita, doblemente sin
precedentes porque las preferencias pre-electorales se inclinan hacia los "independientes".
Para García Mora, sin embargo, el alza en las encuestas de Chávez podría ser una maniobra
precisamente del frente contra el ex comandante. "Aunque parezca paradójico, la estrategia fue
ayudarlo a subir violentamente en la opinión pública y así no tener que esperar a que eso ocurriera
dos o tres meses antes de las votaciones, cuando casi sería imposible bajarlo", aseveró.
Según este analista, al estar Chávez creciendo en los sondeo y eventualmente colocado por encima
de Sáez, "puede ser convertido en eso que tanto en la guerra como en la política permite unificar
alianzas y limpiar el blanco: la gran amenaza externa, el enemigo común".
Aunque ahora el ex-militar rebelde viste de traje y corbata, escucha a asesores de imagen, tiene un
lenguaje menos agresivo y protagoniza encuentros con sectores económicos y empresariales (no
solo venezolanos), el temor a una presidencia suya parece traspasar la frontera de Venezuela.
"Chávez avanza y nos preocupa mucho", sintetizó -por ejemplo- Eduardo Cabrera, especialista de
la firma estadounidense Merrill Lynch, de visita en Caracas.
Aún a pesar de estos temores y oposición, la "opción Chávez" toma impulso, especialmente capta
adeptos entre la masa de votantes que optaron por la abstención en los últimos comicios (alrededor
del 50 por ciento, pese a la obligatoriedad del voto) y entre los mas pobres.
La fortaleza de Chávez -según el periodista Fanor Díaz- proviene de que afirma lo que otros
omiten: "el tema de la política social".
29-04-98
Venezuela: ?Quien le teme al Chávez feroz?
Andrés Cañizález
Caracas.- Pareciera que el mismísimo Fidel Castro estuviera bajando de la Sierra Maestra para
-junto a sus barbudos- implementar un cambio total. La escena no tiene lugar en el naciente 1959,
sino en pleno fragor electoral de 1998 y no hablamos de Cuba, es Venezuela el escenario de una
nueva campaña que busca satanizar al ex militar Hugo Chávez, ante el ascenso de su popularidad
pre-electoral.
En este abril, se hizo evidente una posicion compartida desde distintos frentes políticos y
económicos en Venezuela, y especialmente en Caracas, que apuntan, por un lado, a crear el pánico
ante un eventual triunfo del "chavismo", porque se irían las inversiones y se reavivarían los odios
sociales. Mientras que, por otra parte, se descalifica la oferta electoral del teniente militar retirado,
que tiene como ejes el nacionalismo, la honestidad y la preocupación social, y que hasta ahora es el
único candidato que tiene un programa concreto para el gobierno que debe ir de 1999 hasta el
2004.
El gobierno de Estados Unidos dejó sentada su postura -sin cortapisas- al negarle a Chávez una
visa para visitar ese país, donde tenía programadas entrevistas con banqueros y hombres de
negocios, con el argumento de que éste atentó contra la democracia venezolana. Aunque ahora se
acoge al sistema que precisamente intentó derrocar por las armas, los archivos estadounidenses aún
lo tienen reseñado como golpista.
El "vengador"
Chávez, en 1992, tras el intento frustrado de derrocar a Carlos Andrés Pérez de la presidencia, le
dijo a sus hombres que no tomarían el poder "por ahora". Seis años después asciende notablemente
en las encuestas de opinión y pareciera posible un triunfo suyo en las urnas, aunque el "frente
anti-Chávez" tendría a la mano varias maniobras para evitar ese triunfo electoral.
Este mes de abril, a ocho meses de las elecciones generales en Venezuela, ha sido tiempo de
reuniones, comentarios, tertulias y artículos de prensa. Se intenta incidir en la opinión pública y
colocarla en contra del ex-teniente coronel Hugo Chávez, quien el 4 de febrero de 1992 encabezó
una rebelión militar, la cual puso en evidencia la crisis del desgastado sistema democrático, según
analistas y el propio presidente Rafael Caldera, cuando entonces hacía oposición.
Chávez sostiene un discurso nacionalista a favor de los pobres y de revisión de las políticas
neoliberales. Tiene como bandera la convocatoria a una Asamblea Constituyente. Es visto como
"el vengador" por la población, según la firma encuestadora Datanálisis.
Terribles presagios
El respetado historiador y militante socialista Manuel Caballero, lanzó el primer domingo de abril la
voz de alarma, al aseverar, en una leída columna de prensa, que un triunfo de Chávez en las
elecciones del 6 de diciembre daría paso en Venezuela a una "guerra civil".
Según Caballero, quien basó su argumento en la historia del siglo pasado y actual del país, la
opción del ex-militar "no es la promesa del orden a través de una dictadura militar-populista, sino,
por el contrario, el desencadenamiento de una dinámica que desemboca irremediablemente en la
peor forma de desorden: la guerra civil".
La afirmación de Caballero puso en evidencia, en la mayoría de los sectores políticos tradicionales,
"la necesidad política" de evitar un triunfo del ex-militar rebelde para sostener el sistema
venezolano, que data de 1958, cuando huyó el último dictador castrense de este siglo, Marcos
Pérez Jiménez.
La hora de los "outsiders"
Chávez, según coinciden los sondeo, es el único aspirante presidencial que ha ascendido de forma
permanente en los últimos meses. Al tiempo que la otra favorita electoral, la ex-Miss Universo
1981, Irene Sáez, ha descendido marcadamente. Si la votación fuese ahora estaría polarizada entre
estos dos "outsiders", no surgidos de los partidos tradicionales.
El ex-líder de la frustrada rebelión militar se mantiene como independiente, distanciado y crítico de
los partidos políticos del "estatus". Su candidatura la lleva adelante el Movimiento V República
(MVR), amén de recibir un variopinto respaldo de pequeñas agrupaciones, algunas de izquierda,
incluido Patria Para Todos (PPT), una escisión de La Causa Radical (LCR), la cual ahora respalda
a Sáez.
Según el analista Luis García Mora, Chávez es "el auténtico antisistema", entre el abanico de
candidatos que lanzados al ruedo pregonan su independencia de los partidos tradicionales.
El enemigo común
A menos de ocho meses de los comicios, los dos partidos que han compartido el poder durante el
régimen democrático (desde 1958): el socialdemócrata Acción Democrática (AD) y el
socialcristiano COPEI, aún están sin aspirantes definidos, en una situación inédita, doblemente sin
precedentes porque las preferencias pre-electorales se inclinan hacia los "independientes".
Para García Mora, sin embargo, el alza en las encuestas de Chávez podría ser una maniobra
precisamente del frente contra el ex comandante. "Aunque parezca paradójico, la estrategia fue
ayudarlo a subir violentamente en la opinión pública y así no tener que esperar a que eso ocurriera
dos o tres meses antes de las votaciones, cuando casi sería imposible bajarlo", aseveró.
Según este analista, al estar Chávez creciendo en los sondeo y eventualmente colocado por encima
de Sáez, "puede ser convertido en eso que tanto en la guerra como en la política permite unificar
alianzas y limpiar el blanco: la gran amenaza externa, el enemigo común".
Aunque ahora el ex-militar rebelde viste de traje y corbata, escucha a asesores de imagen, tiene un
lenguaje menos agresivo y protagoniza encuentros con sectores económicos y empresariales (no
solo venezolanos), el temor a una presidencia suya parece traspasar la frontera de Venezuela.
"Chávez avanza y nos preocupa mucho", sintetizó -por ejemplo- Eduardo Cabrera, especialista de
la firma estadounidense Merrill Lynch, de visita en Caracas.
Aún a pesar de estos temores y oposición, la "opción Chávez" toma impulso, especialmente capta
adeptos entre la masa de votantes que optaron por la abstención en los últimos comicios (alrededor
del 50 por ciento, pese a la obligatoriedad del voto) y entre los mas pobres.
La fortaleza de Chávez -según el periodista Fanor Díaz- proviene de que afirma lo que otros
omiten: "el tema de la política social".
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