Lo leí

20/04/2014
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Quien haya leído a Gabriel García Márquez, el monstruo de las letras españolas por eso mismo igualado solo con Miguel de Cervantes Saavedra, corrobora de que a pesar de que el insigne colombiano-mexicano, en entrevistas, haya asegurado que dejó el periodismo para dedicarse de lleno a la literatura, en verdad nunca se apartó del absorbente oficio, más que formalmente.
 
El periodismo lo traía en la sangre; nosotros siempre hemos sostenido que nacemos con él, que vivimos por él y para él, no nos es dable rechazarlo o marginarnos del mismo, es como, o mejor dicho, es una droga que nos hace adictos a él.
 
Por eso mismo el propio García Márquez afirmó que “el periodismo es el mejor oficio del mundo”. "Gabo", como lo llamaban sus familiares y amigos, también confesó que dejó la carrera de Derecho y sin estudios previos se dedicó al periodismo para finalmente llegar a ser uno de los grandes maestros formales en el mundo. ¡Vaya paradoja¡ además crea la Fundación un Nuevo Periodismo Latinoamericano, con sede en Cartagena de Indias, Colombia, donde se imparten e impartió clases de periodismo.
 
Toda su gran obra está influenciada por el periodismo, la magia de su talento le hizo ser el más grande cronista de las letras españolas, y la crónica es el género por excelencia del periodismo.
 
Gabriel García Márquez, nació y murió periodista, y decimos murió, por respetar aquella su respuesta a la pregunta obligada por haber obtenido el Nobel de Literatura: ¿sí había entrado a la inmortalidad? No, nada de eso –contestó-, “inmortales los cangrejos, lo que perduran son las obras”.
 
¡Y qué obras¡ Al cierre de nuestra entrega diaria el pasado jueves, al enterarnos como todos consternados por su muerte física, escribimos en el epígrafe: A Gabriel García Márquez, ilustre entre los ilustres, colombiano y mexicano, ciudadano del mundo. Apenas hace unos tres meses volví a saborear su obra magna; en verdad se necesitan "Cien Años de Soledad" para comprenderla en toda su grandeza. "Gabo", ya vive en el éter eterno. Nos unimos al sentimiento de su familia y amigos.
 
Narrativa llevada a la perfección en sus novelas, producto de su periodismo que circulaba en sus venas, se incuba en su corazón y lo paría de su mente privilegiada.
 
Periodista en todos sentidos, comprometido con las causas y los movimientos sociales de Latinoamérica, de ahí parte su amistad con el héroe de Sierra Maestra, Fidel Castro Ruz y su Revolución, por eso mismo al igual que el creador de Macondo estamos fichados. Alguien muy inteligente en los tiempos prolegómenos, en el propio 68 y después en la etapa de la Guerra Sucia, fue espiado pero jamás detenido.
 
Y otra característica de los informadores, fue un consumado amante de la tertulia, fumó, gustó de los vinos y licores y del buen comer. Cantaba y bailaba, y seguramente por su amor a la poesía, con esa voz calmada y de magnífica dicción, es posible que declamara. Supo hacer amigos y nunca habló mal de nadie y no permitió que se hablara mal de nadie. Esta es nuestra identificación plena.
 
Nunca traté personalmente a Gabriel García Márquez, nunca se dio la oportunidad de que algún amigo común nos presentara, mea culpa, tampoco lo busqué, omisión o pecado que lamento como ser humano y periodista, sin embargo, no es disculpa, lo leí y lo seguiré leyendo a este portento de la literatura que nació periodista y murió periodista, y que vive a partir de este jueves, con su característica sonrisa y con su don de saberse amigo y hacer amigos en el éter infinito y eterno. Salud.
 
- Teodoro Rentería Arróyave es periodista y escritor mexicano, www.felap.info, www.ciap-felap.org, www.fapermex.mx, y www.clubprimeraplana.com.mx
 
https://www.alainet.org/es/articulo/84892
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