Francisco: Sorpresa en la escena internacional

20/03/2014
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Artículo publicado en la Revista América Latina en Movimiento No. 492:  Francisco y los signos de los tiempos 10/06/2014
La exhortación apostólica Evangelii Gaudium y lo expresado por el Papa Francisco en algunas declaraciones, así como la ya famosa entrevista con el diario italiano La Stampa, todo esto ha tenido una amplia cobertura en los medios de prensa y en los portales Internet de Estados Unidos, Canadá, Australia, Francia y demás países europeos, y por supuesto en Latinoamérica.
 
El impacto ha sido enorme, como puede verse en los numerosos artículos, y no exclusivamente en las secciones dedicadas a las cuestiones de ética y religión, pero también en el retorno de católicos a las iglesias y la constante afluencia de feligreses al Vaticano para ver y escuchar al obispo de Roma, como Francisco se define.  Que el mensaje del Papa está llegando adonde él quiere se verifica en los sondeos, como el de CNN/ORC (24-12-2013) en EE.UU., según el cual el 88 por ciento de los estadounidenses aprueba la manera cómo Francisco está actuando en tanto que pontífice de la Iglesia católica, y que casi 2/3 están de acuerdo con el Papa cuando denuncia “los efectos del capitalismo y la liberalización de los mercados sobre los pobres”.  En Francia, según un sondeo de la firma BVA, el 85 por ciento de la población “tiene una buena opinión” del Papa, y llega al 94 por ciento entre los católicos, al 88 por ciento entre los creyentes de otras religiones, y al 75 por ciento entre los ateos.
 
Artículos, análisis y opiniones en diarios estadounidenses, como el New York Times, el Washington Post o The Christian Science Monitor, y sus equivalentes en países europeos, en Australia o Canadá, vienen reflejando en los últimos meses esa mezcla de sorpresa y esperanza que entre los católicos y cristianos suscita la personalidad del nuevo Papa, su manera de actuar y, sobre todo, el que su mensaje viene acompañado de “un programa radical de ‘conversión’ para toda la Iglesia, del papado a las simples parroquias”, como escribe Jean-Claude Leclerc, analista de ética y religión del diario Le Devoir de Montreal (Le surprenant programme du pape François, 30-12-2013).
 
El espacio no da para resumir las numerosas reacciones positivas frente a la denuncia del Papa sobre los estragos sociales que causa el neoliberalismo, desde el periodista de izquierda Robert Scheer (Truthdig.com) hasta el economista Robert Reich, ex Secretario de Trabajo de la Administración Clinton, pero todo esto explica el que la revista Times lo haya declarado “el personaje del año” 2013.
 
La contraparte de esta popularidad del Papa y de su mensaje social también explica la reacción y los ataques frontales de los “ultracapitalistas”, término con el cual designo a los seguidores del economista Friedrich Hayek, principal ideólogo del neoliberalismo que se propone implantar a escala universal un capitalismo puro, sin la más mínima injerencia del Estado y no contaminado por influencias sociopolíticas, sean “fabianas”, keynesianas, socialistas o socialcristianas.
 
Los ultracapitalistas al ataque
 
La principal línea de ataque de los ultracapitalistas es tratar de invalidar tanto al Papa como a su mensaje de denuncia del sistema neoliberal que está provocando tanto la disolución social como la exclusión económica(1). 
 
El primer ataque que tuvo repercusión mundial fue lanzado por Rush Limbaugh, un comentarista de extrema derecha del imperio mediático de Rupert Murdoch en EE.UU., cuando, entre muchas otras barbaridades, dijo que “lo que sale de la boca del Papa es justamente puro marxismo”, y que el “capitalismo desenfrenado (al que se refiere el Papa) no existe en parte alguna.  Es un término que los socialistas utilizan para describir a EE.UU.  Desenfrenado, desregulado” (www.rushlimbaugh.com, 27-11-2013).
 
Su colega Bill O’Reilly, también de Fox News, se unió al ataque y proporcionó argumentos (si podemos llamarlos así) que inmediatamente fueron retomados por políticos y “analistas” de los “think thank” neoliberales: “el Papa Francisco dijo que la desigualdad de ingresos es inmoral…Yo no sé si Jesús estará de acuerdo con eso” () “este tipo viene de Argentina.  Y en Argentina tienen un capitalismo de compinches (crony capitalism).  No tienen un verdadero sistema de libre empresa”(2).
 
Este argumento lo retoma el politólogo canadiense Mark Milke, del Fraser Institute de Vancouver, Canadá, un importante centro de difusión de las políticas neoliberales: Cuando el Papa Francisco incluso afirma que existe una ‘dictadura impersonal de la economía’, que él compara a una ‘tiranía’, (o que) la llamada economía del chorreo (trickle-down) revela una ‘cruda e ingenua confianza en las bondades de quienes controlan el poder económico’, aun cuando “no haga esa distinción () su crítica se aplica mejor al capitalismo de compinches que al capitalismo competitivo.  El primero es más prevaleciente en su país de origen, Argentina, lo que quizás explique su presente preocupación” (Troy Media, Calgary, Alberta, 20-12-2013).
 
Lo mismo repitieron el Representante Paul Ryan, de la derecha en el Partido Republicano, y Arthur Brooks, directivo del American Enterprise Institute, para quienes “en lugares como Argentina, lo que ellos llaman libre empresa es una combinación de socialismo y de capitalismo entre compinches”.
 
Brooks, que se dice “católico practicante” y es sin dudas un ferviente creyente en el “destino manifiesto” de EE.UU., considera que “tomada en su conjunto la exhortación es buena, correcta y maravillosa.  Pero limitada en su entendimiento de la economía en el contexto estadounidense”, y no siendo economista ni estadounidense, el Papa Francisco no entiende a los católicos ni a la economía estadounidenses, que tienen ante los pobres la responsabilidad moral de diseminar en todo el mundo la palabra de la verdadera libre empresa, para cumplir con los objetivos del Santo Padre, que son buenos objetivos (CNBC y huffingtonpost.com, 31-12-1013).
 
Una argumentación similar la proporcionó Jean-Yves Naudet, profesor de economía en la Universidad Aix-Marsella y presidente de la Asociación de Economistas Católicos, en un “análisis” para que los católicos puedan “descifrar” la exhortación apostólica (Journal La Croix, 13-12-2013),
 
Naudet subraya que “en su exhortación, el Papa se expresa ante todo como pastor, y no como un economista” y que cuando habla de la opción preferencial por los pobres, de la pobreza o del dinero, “retoma los temas clásicos que figuran en el pensamiento de la Iglesia o del Evangelio” y se basa en el “compendio de la doctrina social de la Iglesia”, y subraya que Francisco sigue la senda de Benedicto XVI y de Juan Pablo II, y que éste último tuvo la reputación “de ser el más anti-Estado de los Papas: habiendo condenado los excesos del Estado del bienestar.
 
Este economista afirma seguidamente que él no tiene “el sentimiento de que Francisco introduce una ruptura de fondo en relación con el discurso económico de la Iglesia” (sic), añadiendo que en tanto que economistayo tendría la tendencia a decir que ciertas formas del Estado del bienestar muy avanzado promueven la exclusión, a la inversa de la economía de mercado.  Pero el Papa no entra en esos razonamientos económicos.
 
Eh voilà la argumentación que desde las dos costas del Atlántico será servida al mundo por los ultracapitalistas: Primero, porque es argentino el Papa no puede tener la menor idea de lo que es el “capitalismo de libre empresa”, a pesar de que su país fue tierra de experimentación del neoliberalismo a partir de 1976 y hasta el 2001, como todos sabemos y señala el economista argentino Aldo Ferrer (3); Segundo, como además no es economista, el Papa no sabe de lo que está hablando.
 
¿Por qué todos estos ataques? John Cassidy escribe en la revista New Yorker que lo que Francisco dice en la Exhortación apostólica “es algo incendiario, especialmente en un país como EE.UU., donde los ataques morales al (sistema) de mercado son raros en el discurso corriente.  Incluso los tribunos de Ocupemos Wall Street raramente alcanzaron los hitos retóricos del Nuevo Papa” (Pope’s Challenge to Global Capitalism, 4-12-20013).
 
La caldera social está caliente y hay miedo de las críticas que provengan de un personaje tan popular como el Papa Francisco, y es por eso que los defensores del ultracapitalismo están confeccionando la narrativa, que como vemos no contiene un sólo argumento válido, para defender al sistema neoliberal.
 
La máquina del imperio para desinformar, desorientar y desestabilizar a los pueblos siempre ha funcionado así.
 
Alberto Rabilotta, periodista argentino – canadiense, escribe desde Montreal, Canadá.
 
1.- Un segundo frente de ataque comenzó cuando el Papa Francisco le envió una carta (04-09-2013) al presidente ruso Vladimir Putin con motivo de la Cumbre del G20 en San Petersburgo, exhortando a que ese grupo de naciones impulse una reforma profunda del sistema financiero internacional para construir “un mundo más justo y fraternal”, y a que se ponga fin a las guerras, comenzando por la intervención en Siria, y se encuentren “vías para superar las posiciones conflictivas y dejar de lado la vana búsqueda de una solución militar”, y en su lugar “buscar, con valor y determinación, una solución pacífica a través del diálogo y la negociación entre las partes”.
 
El corresponsal de CBS en Londres, Mark Phillips, atacó al Papa por “haberse puesto al lado” de Putin y contra el Presidente Barack Obama en el “debate sobre los ataques militares en Siria” (newsbusters.org, 6-9-2013).  Esta carta del Papa, de la cual la prensa sólo dio a conocer dos o tres frases, merecería un análisis particular, así como la decisión de la Academia Pontifical de convocar para el 13 de enero de 2014 una conferencia internacional en el Vaticano, con representación diplomática de Siria, Rusia, EE.UU. y otros países, para “promover un cese de fuego en Siria, la protección de los expuestos cristianos y un gobierno unificado de transición” (The Tablet, 30-12-2013)
 
2.- NdE: Las negritas en las citas son del autor del artículo.
 
3.- La Construcción del Estado neoliberal en la Argentina, Aldo Ferrer, 2012.
 
https://www.alainet.org/es/articulo/84144
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