La CELAC en La Habana: una Cumbre nuestroamericana

12/02/2014
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La II Cumbre de la   Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) refleja el momento histórico en el orden político, cultural, social y económico que se vive en la región[1]. Es resultado y a la vez expresión de un proceso de desarrollo de los mecanismos de concertación política, así como de los esfuerzos de integración que se despliegan en la misma. 
 
 
Los antecedentes contemporáneos del surgimiento de la CELAC[2] han sido situados en la década de los años 80 del siglo XX, en los que de cara a las políticas agresivas y beligerantes de Ronald Reagan, se generaron múltiples contradicciones entre los países de América Latina y el Caribe y los Estados Unidos. La necesidad de realizar concertaciones para enfrentar dichos problemas deriva en el surgimiento del Grupo de los 8, que se convirtió posteriormente, como se sabe, en el Grupo de Río.
 
Los años finales de la década del 90 de dicho siglo, y los iniciales del XXI, marcados por el despliegue de gobiernos progresistas y de izquierda en la región, sirvieron de marco a la configuración de un nuevo mapa político, que condiciona la creación de la CELAC.
 
La característica más sobresaliente de la CELAC es que agrupa a todas las naciones del subcontinente, sin la participación de los Estados Unidos y Canadá. El no incluir ni a Canadá ni a Estados Unidos, a diferencia de la Organización de los Estados Americanos (OEA), anteriormente el principal foro político interamericano, hace que la CELAC destaque como uno de los contrapesos obvios a Washington.[3] Cuestión que se exacerbó con la presidencia pro-tempore de Cuba en el año 2013, un desafío mayor.
 
La II Cumbre ha reflejado los avances en el proceso de consolidación de la unidad regional, desde los principios expresados en su documento final para fortalecer el espacio político de diálogo efectivo: el reconocimiento de la diversidad, junto a la identificación de desafíos, objetivos comunes y los pisos de convergencia que permitan avanzar en el proceso de integración de la región[4].
 
El establecimiento de 83 acuerdos, muchos de ellos impensables décadas atrás, contrasta con las expectativas que existían sobre el papel que tendría la CELAC, desde la propuesta chilena, solamente como un foro de debate. Y que al decir de Atilio Borón quedaría como: “un ámbito de amables e intrascendentes pláticas de gobernantes, diplomáticos y expertos que ni por asomo pondría en cuestión la dominación imperialista en Latinoamérica y el Caribe”[5].
 
En la obtención de tales logros se ha reconocido la incidencia de Cuba en la presidencia pro-tempore, especialmente en el proceso de institucionalización del mecanismo. Sin embargo, de cara al futuro, valdría la pena considerar las posibles implicaciones de los resultados electorales en Costa Rica, quien asumirá el próximo mandato[6].
 
La II Cumbre de la CELAC dejó claro que los países latinoamericanos, aún en su natural diversidad de intereses, reconocen en el mecanismo un espacio de proyección que puede servir, más que a la integración regional, a sus políticas nacionales. Lo cual marca un hito en el cambio de la naturaleza de los procesos de integración y concertación política en el continente.
 
La presencia de 31 jefes de Estado en la mencionada Cumbre contrasta con el fiasco de la pasada Cumbre Iberoamericana, donde estuvieron ausentes los representantes de 12 de los 22 países convocados[7].
 
En tal sentido se destacó la amplia presencia de jefes de Estado en una reunión en cuya agenda ocuparon un lugar destacado los temas de la paz, la seguridad, el desarrollo sostenible y los derechos humanos[8], los cuales fueron tratados desde la perspectiva de la liberación, no como sostén de las políticas tradicionales de injerencia imperial.
 
La cualidad antes referida se refuerza en la Declaración de la Habana, cuando se insta al desarrollo de procesos políticos, económicos y sociales que condicionen sociedades más inclusivas, donde las prácticas democráticas conecten los procesos de desarrollo humano y social. Donde el incentivo a la economía incluya el desarrollo productivo y el estrechamiento del comercio, pero en unidad indisoluble con una más equitativa distribución de la riqueza, tanto a nivel nacional como regional[9].
 
Una forma de potenciar el proceso de inclusión, o de ampliar el margen de las prácticas democráticas, se revela a través del reconocimiento de las raíces y el papel de nuevos actores en los procesos de desarrollo. Del papel de los pueblos indígenas y comunidades locales en el proceso de desarrollo económico, social y ambiental.[10]
 
En la Declaración de La Habana se recogen principios básicos que son de consenso en la región, y que muestran una proyección común en aras de trascender la visión del desarrollo subsumido totalmente por la lógica del capital. La capacidad potencial de pasar de la lógica de la economía, a lo lógica del desarrollo humano y social, se hace patente a través del enunciado del desarrollo sostenible, con énfasis en la inclusión social y la defensa medioambiental; en el tratamiento especial y diferenciado a los países menos beneficiados económicamente; en el énfasis en que las personas deben ser el centro de las relaciones, y donde los países desarrollados cumplan compromisos que hasta ahora no se han cumplido[11].
 
Entre los avances más importantes que mostró la Cumbre se destaca[12] que en América Latina y el Caribe se está construyendo un sujeto político con coincidencias fuertes. Algo impensado hace unos años atrás, cuando a América Latina y el Caribe se le veía por su cultura, por su naturaleza, pero no por su postura política.
 
La Declaración de La Habana reafirma la voluntad común de América Latina y el Caribe de ser una sola voz en los aspectos más estratégicos para la región. La necesidad de perfeccionar la coordinación y la cooperación de los miembros de la CELAC en el marco de los organismos internacionales[13], de establecer acciones que permitan prevenir, y en caso necesario, afrontar coordinadamente los efectos de la crisis internacional[14], de erradicar la pobreza y el hambre[15], entre otros, destacan como las vías y objetivos acordados que lo demuestran.
 
En la Cumbre se expresaron, además, coincidencias sobre la orientación de las políticas en aras de fundamentar los procesos de desarrollo socioeconómico de la región. La CELAC se potencia como “la sombrilla” de pilares sólidos como el ALBA, UNASUR, MERCOSUR; representa la unidad regional de posiciones respecto a China, Rusia[16]; y la base potencial para la futura constitución de un “bloque económico”.
 
Los propósitos, recogidos en la Declaración de la Habana, constituyen una muestra de lo planteado[17]. Entre ellos se destacan los siguientes: promover el principio del derecho soberano de los Estados de disponer de sus recursos naturales y utilizarlos como una importante fuente para financiar el desarrollo económico, la justicia social y el bienestar de los pueblos[18]; potenciar la cooperación e integración financiera regional[19];  construir sinergias en áreas como la energía, infraestructura, el comercio intrarregional, la producción de alimentos, las industrias intermedias, las inversiones y el financiamiento; impulsar políticas económicas que favorezcan la productividad y el desarrollo sostenible, de trabajar por fortalecer el orden económico mundial en beneficio de nuestros países, de fomentar la complementariedad, la cooperación y la solidaridad[20].
 
Respecto al tratamiento de estos temas se ha señalado que la II Cumbre de la CELAC destacó por mostrar una armonía sin precedentes, que por primera vez condiciona la posibilidad real de que los acuerdos en materia socioeconómica realmente se cumplan, porque existe un mapa político más favorable para ello[21].
 
Muchos de los acuerdos marcan la cualidad política que está asumiendo el proceso de concertación. Ese es el caso de los referidos a la expresión de profundo pesar por el fallecimiento de Hugo Chávez Frías, a que las Malvinas dejaran de ser una reivindicación de Argentina, para ser una reivindicación de la región[22]; el apoyo al proceso para lograr los acuerdos de Paz en Colombia[23], la preocupación por la grave situación humanitaria y de seguridad en la República Árabe Siria[24] y contra de la inclusión de Cuba en la lista de países terroristas[25], publicada por el departamento de Estado de los Estados Unidos. Se trata de un proceso que se propone rescatar los ideales y sueños de los libertadores y próceres nuestroamericanos[26].
 
En relación a este último acuerdo, se destaca la importancia de la cumbre para Cuba. Como un paso definitivo a favor de la legitimidad del gobierno, de sus procesos socio-económicos y políticos, y para profundizar el proceso de su reinserción, que empezó cuando en el año 2009 la Asamblea de la Organización de Estados Americanos (OEA) reunida en Honduras revocó “sin condiciones” la decisión que tomó en 1962 de suspender a La Habana por el acercamiento de la naciente revolución a la hoy desaparecida Unión Soviética.
 
La reciente Cumbre de la CELAC puso en evidencia cómo la política de Estados Unidos hacia Cuba distanció al gigante norteamericano del resto del continente[27]. Los grandes medios estadounidenses apenas se refirieron al magno evento de la CELAC, ¿será que no es importante un encuentro entre presidentes latinoamericanos y caribeños? O que realmente se pretendió silenciar este evento por la misma razón que lo ocultan: su importancia.
 
La CELAC en La Habana constituyó un desafío contra hegemónico también a los medios transnacionales. ¡Que incomodidad para los grandes medios estadounidenses referirse a la visible legitimidad de la Revolución Cubana y la proclamación de la región como una zona de paz, que implica la no intervención directa o indirecta en los asuntos internos de otros países y el derecho inalienable de cada país de escoger su sistema político, económico y cultural!. Esto último hace alusión directa a las prácticas injerencistas históricas de Estados Unidos en la región, eso es mucho para los medios estadounidenses.  
 
Mientras analistas internacionales destacaban la importancia de la II Cumbre de la CELAC, el gobierno de los Estados Unidos apuntó con cinismo que esa institución “traicionó” el compromiso del continente americano con la democracia al “abrazar el sistema de partido único en Cuba”, y urgió a los países miembros a demostrar su apoyo a la libertad de asamblea y de expresión.
 
La derecha cubano-americana en Miami tachó de “bochornoso acto de complicidad” con el régimen “castrista” la II Cumbre de la CELAC celebrada en La Habana. El encuentro fue calificado por Antonio Díaz Sánchez, miembro del consejo coordinador del Movimiento Cristiano de Liberación (MCL),como viciado por la “arenga ideológica” e incapaz de trazar una “hoja de ruta hacia la esperanza”. Como un “bochornoso acto de complicidad con la tiranía castrista por parte de la casi totalidad de los mandatarios latinoamericanos”.[28]
 
Tales reacciones pudieran considerarse como argumentos a favor de la significación de la Cumbre para la autonomía y los procesos de desarrollo futuro del continente. Cuestiones que se reflejan particularmente en su declaración final, consagrando la región como “zona de paz”, y comprometiéndose a profundizar la integración regional, con el respeto “inalienable de cada Estado a escoger su sistema político, económico, social y cultural”.
 
En tal sentido, se ha concluido que la II Cumbre de la CELAC constituye un paso más en la liberación progresiva de América respecto al tutelaje injerencista de los Estados Unidos, en tanto remarcó el concepto de la pluralidad, lo que se contrapone a la idea de que el sistema capitalista es la única forma legítima de gobierno, a partir de su entendido de democracia representativa. “La invocación a la democracia ha sido pretexto de los Estados Unidos para invadir América Latina, por ello es tan importante la reconceptualización que hacen los presidentes de la región a lo que entienden unitariamente por democracia, que incluye la visión comunitaria, participativa, y van dejando a un lado la representativa de corte burgués. Nada de lo que ocurre en la CELAC es de corte burócrata, sino que es desde una mirada política” [29].
 
En esta última dirección, desde Russia Today se destaca que el foro no solo condenó el embargo a la isla caribeña, sino que también aprobó una serie de documentos que desafían las políticas de Estados Unidos en la región. Entre otros acuerdos, quedó estipulada la declaración que confirma que América Latina y el Caribe es una zona de paz, libre de armas nucleares[30]. Acuerdos de suma importancia, teniendo en cuenta un contexto general en el que Estados Unidos y el Reino Unido envían sistemáticamente a la región submarinos atómicos con carga completa, y que Estados Unidos tiene unas 77 bases militares desplegadas en el continente. Además, los participantes de la cumbre aprobaron la creación del foro CELAC-China, lo que testimonia la importancia que asume el rival económico de EE.UU. en América.[31]
 
El desarrollo del patrón contrahegemónico en la Cumbre se mostró, además, en los acuerdos que contra atacan la tendencia, propiciada por los Tratados de Libre Comercio, de potenciar la institucionalidad de las empresas transnacionales frente a los Estados, y la diversificación de las formas de expropiación de los recursos de la región incluyendo la explotación de la biodiversidad.
 
En tal sentido se destacan los acuerdos que patentizan la necesidad de: que la inversión extranjera directa contribuya efectivamente a los procesos de desarrollo de los países de la región, sin imposición de condicionalidades, con respeto de su soberanía, y en concordancia con sus planes y programas de desarrollo[32]; así como los que hacen alusión a la necesidad de tomar medidas para proteger los derechos sobre los conocimientos tradicionales y ancestrales de los pueblos indígenas y tribales, así como de las comunidades locales, incluyendo la promoción de la participación justa y equitativa en los beneficios que se deriven de su utilización[33].
 
Algunos analistas consideran que la solidez de la CELAC obliga a Estados Unidos a cambiar su política regional. Y que este país debe dejar en olvido su complejo de patrón y cambiar su política.[34]
 
La II Cumbre de la CELAC ha demostrado que la capacidad de los Estados Unidos de mantener su hegemonía sobre la región, es inversamente proporcional a la capacidad de los países de América Latina y el Caribe de unirse en aras de potenciar políticas comunes para su desarrollo.         
 
Los hechos son una muestra, tal como señala Roberto Regalado, de que el panamericanismo ha fracasado. Y de que el viejo esquema de debate en el que las naciones imperiales solo venían a chequear que se estuviera cumpliendo lo por ellos previsto y de acuerdo a sus intereses, se ha revertido.
 
La fuerte coincidencia presente en los acuerdos de la Declaración de La Habana, le da una gran autoridad política y moral a la región para cambiar un mundo imprevisible y con una globalización desbocada. Que América Latina se presente con esta fortaleza, es algo muy trascendental en términos estratégicos[35], que destaca el potencial de este mecanismo para propiciar una mejor inserción de la región nivel internacional, como un actor político fuerte en este contexto.
 
Desde estas potencialidades, la contribución que se plantea el mecanismo al desarrollo de un nuevo orden internacional, en el ámbito político, se fundamenta en el fortalecimiento progresivo de la integración regional, y en la redistribución de la participación de los países de América Latina y el Caribe en la toma de decisiones, a través de su participación en los organismos internacionales. 
 
La reforma integral del Sistema de Naciones Unidas, particularmente en lo concerniente a la democratización de las instancias decisorias internacionales[36]; la necesidad de una distribución geográfica equitativa en el sistema de Naciones Unidas, enfatizando en la necesidad de que América Latina y el Caribe incremente cuantitativa y cualitativamente su presencia en puestos clave de las Naciones Unidas y otros organismos internacionales[37]; el avance en la diversificación y el fortalecimiento de la relaciones de la región con actores estratégicos del contexto internacional como la Unión Europea[38] y China[39]; así como el compromiso a apoyar a Bolivia en su labor en la presidencia del Grupo de los 77 y China durante el año 2014, a fin de que redunde a favor de los intereses de la América Latina y el Caribe[40]; constituyen elementos claves a fin de profundizar la acción de América Latina y el Caribe en los procesos de integración regional e internacional, en el marco de las relaciones Sur-Sur.
 
La posibilidad de cumplir los acuerdos, que en sentido general se tomaron en la Cumbre, plantea varios desafíos, según apuntan analistas[41]. La correlación de fuerzas hay que mantenerla, y no solo desde los gobiernos, sino también desde el pueblo. Se necesita que los presidentes tengan un gabinete especial que se ocupe de la integración. Que haya una inteligencia que esté dedicada a pensar políticas compartidas.
 
En esta última dirección se agrega que para dar un salto cualitativo a la CELAC se necesita dilucidar cómo colocar los recursos en clave comunitaria regional. Cómo se aumenta el poco comercio interregional que existe hoy. Cómo se construyen cadenas propias. Cómo se crea una arquitectura financiera propia. “Todos los países deben cambiar su matriz productiva, y la CELAC debe ponernos ante la complementariedad, con un comercio sin ánimo neoliberal. Cada uno de los países sabe hacer bien alguna cosa, y eso hay que ponerlo en función de la comunidad. Pensamos hoy en estrategias de desarrollo nacional y hay que pensar en un desarrollo continental”[42].
 
La CELAC se consolida en breve tiempo. Mucho se ha avanzado desde la idea inicial de crear una comunidad de naciones al margen y a contracorriente del imperio estadounidense. Esto demuestra que la capacidad de dominación estadounidense sobre la región depende en buena medida, de la resistencia y contra hegemonía de los países de Nuestra América.
 
Tal como escribió Atilio Borrón: “No es un milagro, pero casi”. Y como a continuación precisaba, “decimos milagro porque ¿quién habría podido imaginar, hace apenas cinco años, que el sueño bolivariano de Hugo Chávez (sueño fundado en un impecable diagnóstico de la geopolítica mundial) por construir un organismo regional sin la presencia de Estados Unidos y Canadá rendiría sus frutos?”[43]. Sirvan los resultados de esta II Cumbre como merecido tributo a Hugo Chávez, a su lucha por América Latina y por los pueblos del mundo que han estado históricamente en una posición de subordinación y sojuzgamiento.   
 
La Habana, 10 de Febrero de 2014.
 
Yazmin Bárbara Vázquez Ortiz
 
Willian Espronceda Rodríguez
 
 


[1]Análisis de Roberto Regalado en la Mesa Redonda: La CELAC abre nuevos caminos. Por Yailin Orta Rivera. Publicado el 29 Enero 2014 en http://mesaredonda.cubadebate.cu/mesa-redonda/2014/01/29/la-celac-abre-nuevos-caminos/
 
[2]Según los análisis del politólogo Roberto Regalado Álvarez, en Mesa Redonda: II Cumbre de la CELAC: Nuestra América en Cuba, por Yailin Orta Rivera Publicado el 27 Enero 2014 en http://mesaredonda.cubadebate.cu/mesa-redonda/2014/01/27/ii-cumbre-de-la-celac-nuestra-america-en-cuba/
 
[4]Ver Declaración de la Habana. II Cumbre de la CELAC. La Habana, Cuba. 28 y 29 de enero de 2014. Tabloide. Pág. 2.
 
[5]Atilio Borón. “CELAC, cita en la Habana”. Publicado el 27-01-2014 en: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=179971.
 
[6]Ver Atilio Borón: CELAC: No es un milagro, pero casi. | Jueves, 30/01/2014 en http://www.aporrea.org/ideologia/a180980.html Consultado el 7 de febrero de 2014-02-07
[7]El pleno de mandatarios en La Habana eclipsa a otros foros http://internacional.elpais.com/internacional/2014/01/28/actualidad/1390...
[8] Dijo a Russia Today el experto en política internacional Carlos Portales.
 
[9]Ver Declaración de la Habana. II Cumbre de la CELAC. La Habana, Cuba. 28 y 29 de enero de 2014. Tabloide. Pág. 2.
 
[10]Ver Acuerdo 16 en la Declaración de la Habana. II Cumbre de la CELAC. La Habana, Cuba. 28 y 29 de enero de 2014. Tabloide. Pág. 3.
 
[11] Análisis de Antonio Romero en la Mesa Redonda: La CELAC abre nuevos caminos. Por Yailin Orta Rivera. Publicado el 29 Enero 2014 en http://mesaredonda.cubadebate.cu/mesa-redonda/2014/01/29/la-celac-abre-nuevos-caminos/ 
 
[12]Ver análisis de Carlos Chacho Álvarez, secretario ejecutivo de ALADI en la Mesa Redonda: La CELAC abre nuevos caminos. Por Yailin Orta Rivera. Publicado el 29 Enero 2014 en http://mesaredonda.cubadebate.cu/mesa-redonda/2014/01/29/la-celac-abre-nuevos-caminos/
[13]Ver Acuerdo 2 en la Declaración de la Habana. II Cumbre de la CELAC. La Habana, Cuba. 28 y 29 de enero de 2014. Tabloide. Pág. 2.
 
[14]Ver Acuerdo 4 en la Declaración de la Habana. II Cumbre de la CELAC. La Habana, Cuba. 28 y 29 de enero de 2014. Tabloide. Pág. 2.
 
[15]Ver Acuerdo 10 en la Declaración de la Habana. II Cumbre de la CELAC. La Habana, Cuba. 28 y 29 de enero de 2014. Tabloide. Pág. 2.
 
[16]Ver Acuerdo 75 en la Declaración de la Habana. II Cumbre de la CELAC. La Habana, Cuba. 28 y 29 de enero de 2014. Tabloide. Pág. 7.
 
[17]Ver Acuerdo 5 en la Declaración de la Habana. II Cumbre de la CELAC. La Habana, Cuba. 28 y 29 de enero de 2014. Tabloide. Pág. 2.
 
[18]Ver Acuerdo 51 en la Declaración de la Habana. II Cumbre de la CELAC. La Habana, Cuba. 28 y 29 de enero de 2014. Tabloide. Pág. 5.
 
[19]Ver Acuerdo 48 en la Declaración de la Habana. II Cumbre de la CELAC. La Habana, Cuba. 28 y 29 de enero de 2014. Tabloide. Pág. 5.
 
[20]Ver Acuerdo 10 en la Declaración de la Habana. II Cumbre de la CELAC. La Habana, Cuba. 28 y 29 de enero de 2014. Tabloide. Pág. 2.
 
[21] Ver análisis de Carlos Chacho Álvarez, secretario ejecutivo de ALADI la Mesa Redonda: La CELAC abre nuevos caminos. Por Yailin Orta Rivera. Publicado el 29 Enero 2014 en http://mesaredonda.cubadebate.cu/mesa-redonda/2014/01/29/la-celac-abre-nuevos-caminos/
 
[22]Ver Acuerdo 50 en la Declaración de la Habana. II Cumbre de la CELAC. La Habana, Cuba. 28 y 29 de enero de 2014. Tabloide. Pág. 5.
 
[23]Ver Acuerdo 56 en la Declaración de la Habana. II Cumbre de la CELAC. La Habana, Cuba. 28 y 29 de enero de 2014. Tabloide. Pág. 6.
 
[24]Ver Acuerdo 67 en la Declaración de la Habana. II Cumbre de la CELAC. La Habana, Cuba. 28 y 29 de enero de 2014. Tabloide. Pág. 6.
 
[25]Ver Acuerdo 41 en la Declaración de la Habana. II Cumbre de la CELAC. La Habana, Cuba. 28 y 29 de enero de 2014. Tabloide. Pág. 5.
 
[26]Ver Acuerdo 4 en la Declaración de la Habana. II Cumbre de la CELAC. La Habana, Cuba. 28 y 29 de enero de 2014. Tabloide. Pág. 2.
 
[27]Política hacia Cuba distanció a EEUU del resto del continente. En EL UNIVERSAL. Sábado 1 de febrero de 2014. 
 
[28] CELAC fue un ‘bochornoso acto de complicidad’ con castrismo, según el exilio. Publicado en http://www.elnuevoherald.com/2014/01/30/1668223/celac-fue-un-bochornoso-acto-de.html#storylink=cpy
 
[29]Roberto Regalado en La agenda común de la CELAC. 30 Enero 2014. Por Yailin Orta Rivera, especial para la Mesa Redonda. Publicado en http://mesaredonda.cubadebate.cu/mesa-redonda/2014/01/30/la-agenda-comun-de-la-celac/
 
[30]Ver Acuerdos 53, 68 y 71, 72 en la Declaración de la Habana. II Cumbre de la CELAC. La Habana, Cuba. 28 y 29 de enero de 2014. Tabloide. Págs. 6 y 7.
 
[32]Ver Acuerdo 46 en la Declaración de la Habana. II Cumbre de la CELAC. La Habana, Cuba. 28 y 29 de enero de 2014. Tabloide. Pág. 5.
 
[33]Ver Acuerdo 59 en la Declaración de la Habana. II Cumbre de la CELAC. La Habana, Cuba. 28 y 29 de enero de 2014. Tabloide. Pág. 6.
 
[34] "Solidez de la CELAC obliga a EE.UU. a cambiar su política regional"30-01-14. En http://actualidad.rt.com/actualidad/view/118309-vivo-cumbre-celac-cuba
 
[35]Ver análisis de Carlos Chacho Álvarez, secretario ejecutivo de ALADI en la Mesa Redonda: La CELAC abre nuevos caminos. Por Yailin Orta Rivera. Publicado el 29 Enero 2014 en http://mesaredonda.cubadebate.cu/mesa-redonda/2014/01/29/la-celac-abre-nuevos-caminos/
 
[36]Ver Acuerdo 64 en la Declaración de la Habana. II Cumbre de la CELAC. La Habana, Cuba. 28 y 29 de enero de 2014. Tabloide. Pág. 6.
 
[37]Ver Acuerdo 63 en la Declaración de la Habana. II Cumbre de la CELAC. La Habana, Cuba. 28 y 29 de enero de 2014. Tabloide. Pág. 6.
 
[38]Ver Acuerdo 78 en la Declaración de la Habana. II Cumbre de la CELAC. La Habana, Cuba. 28 y 29 de enero de 2014. Tabloide. Pág. 6.
 
[39]Ver Acuerdo 75 en la Declaración de la Habana. II Cumbre de la CELAC. La Habana, Cuba. 28 y 29 de enero de 2014. Tabloide. Pág. 6.
 
[40]Ver Acuerdo 62 en la Declaración de la Habana. II Cumbre de la CELAC. La Habana, Cuba. 28 y 29 de enero de 2014. Tabloide. Pág. 6.
 
[41]Ver análisis de Roberto Regalado y Carlos Chacho Álvarez, secretario ejecutivo de ALADI en la Mesa Redonda: La CELAC abre nuevos caminos. Por Yailin Orta Rivera. Publicado el 29 Enero 2014 en http://mesaredonda.cubadebate.cu/mesa-redonda/2014/01/29/la-celac-abre-nuevos-caminos/
 
[42]Ver análisis de Carlos Chacho Álvarez, secretario ejecutivo de ALADI en la Mesa Redonda: La CELAC abre nuevos caminos. Por Yailin Orta Rivera. Publicado el 29 Enero 2014 en http://mesaredonda.cubadebate.cu/mesa-redonda/2014/01/29/la-celac-abre-nuevos-caminos/
 
[43] Ver Atilio Borón: CELAC: No es un milagro, pero casi. | Jueves, 30/01/2014 en http://www.aporrea.org/ideologia/a180980.html Consultado el 7 de febrero de 2014-02-07
https://www.alainet.org/es/articulo/83108
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