Los peces silvestres de ríos y lagunas en nuestro país van sufriendo drásticas reducciones al punto del exterminio por la indiscriminada pesca en tiempos de veda o por la contaminación de los ríos como el patético caso del lago Poopó cuando lustros atrás, sufrió el atentado ecológico sin precedente al ser sus aguas contaminadas por la explotación irracional de la minería que expulsaba sus residuos a las aguas del lago y con este crimen ecológico, familias y cooperativas pesqueras quebrantaron su economía.
En la actualidad las aguas de nuestros ríos siguen siendo el botadero de desechos. Debido a estas causas nuestros atestados mercados experimentan una demanda creciente de este apetecido producto, las pocas granjas piscícolas en producción intensiva que existen están imposibilitadas de abastecer el consumo interno en Bolivia. Esta demanda no está aislada en el concierto de las demás naciones, la demanda del pescado a nivel mundial es alarmante, cada vez más es un privilegio de comensales el saborear una carne fresca de pescado.
Por esta demanda creciente y velando por la seguridad con soberanía alimentaria de nuestro pueblo se está implementando de manera gradual y sistemática el incentivo al desarrollo productivo piscícola, desde el gobierno central, pasando por los departamentales y municipales se va desarrollando proyectos dentro el objetivo de la agenda 2025 para abolir hasta ese año la extrema pobreza y elevar el nivel de vida de nuestro pueblo.
Dentro esta perspectiva, con pasos resueltos y mirada visionaria, se va construyendo el presente, pensando en el futuro, en esta dinámica sostenible de desarrollo productivo se oficializó la entrega de 80 estanques piscícolas en el trópico cochabambino este 28 de diciembre, en la localidad de Tres Pozos - Ucuchi en Ivirgarzama, municipio de Puerto Villarroel con la presencia del Gobernador Edmundo Novillo y sus funcionarios, Celima Torrico y Rubén Paichucama, junto al alcalde de Puerto Villarroel Félix Acostas y dirigentes del sector. El Gobernador Novillo señaló que se apoya a las comunidades y los pequeños productores campesinos porque sólo así se dinamizará la economía familiar, municipal y departamental de Cochabamba, los 80 estanques realizados por la gobernación tuvo un costo de 814.162 bolivianos, a esto se suma el esfuerzo tesonero de los comunarios con el aporte de 768.000 bolivianos como contra parte para la compra de alevines de la especie tambaqui y pacú, el suministro alimenticio de los peces en todo su proceso de desarrollo y el manejo laboral durante el desarrollo del pez.
Esta misma trayectoria piscícola llega a las gélidas aguas de Misicuni con la siembra de 40.000 alevines de trucha arco iris en las 27 lagunas que circundan el lugar, más allá de la monumental obra de la presa, el gobernador expone que este proyecto hídrico no sólo es agua para riego, potable o energía eléctrica, sino para un turismo ecológico, donde se siembre trucha de forma extensiva en las lagunas y al momento de la cosecha, el turista pescador pague por el kilo de pescado capturado. Estas iniciativas de turismo de aventura han sido socializadas con los comunarios, quienes son los sujetos y directos administradores de este proyecto, asimismo el presidente del proyecto Misicuni Jorge Alvarado expresó que se construirán dos ecloserías en el lugar para suministrar y repoblar permanentemente a las lagunas de alevines.
En esta lucha contra la pobreza es como nadar contra la corriente como las truchas briosas de los ríos de la cordillera, pero el tesón y voluntad puede más en esta ardua labor para el vivir bien y por este motivo se va articulando un trabajo coordinado con los municipios, en ese marco el alcalde de Quillacollo Charles Becerra informó que se tiene aprobado el Internado para estudiantes en Misicuni con el apoyo del programa Bolivia Cambia Evo cumple con la finalidad de que no haya deserción escolar en los hijos de los comunarios y el desarrollo sea integral.
Existe experiencia en el país en este rubro de la piscicultura y fijemos nuestra mirada en las aguas de Corani donde décadas atrás se experimentó la producción intensiva de trucha arco iris en cautiverio, trabajo quijotesco de gente pionera y creativa conjugando las técnicas del manejo con el medio ambiente, se hicieron salas de incubación para la eclosión de ovas y manejo de alevines, se construyeron rústicas jaulas flotantes en plena laguna. Estos precursores y amigos emprendedores caben en los dedos de una mano, medianos productores que tuvieron que soportar el costo y la inversión de todo un ciclo de producción sin ninguna protección ni políticas de fomento del estado a este rubro, algunas granjas sucumbieron en esta ardua tarea por establecerse y las pocas que quedaron no fueron abasteciendo el consumo interno de nuestras ciudades. Los medios de comunicación a lo largo de este tiempo registraron con sus notas las inquietudes de este sector, Corani tiene los recursos naturales indispensables para dar el salto cuantitativo como cualitativo en esta actividad con miras a la exportación, pero nos falta pasar de la propuesta a la práctica. Con un sensato apoyo gubernamental estoy seguro que estos postergados moradores de las riberas que sólo subsisten en la actualidad con la producción de la papa una vez al año, tendrían un futuro mejor si son atendidos con proyectos serios en piscicultura.
Para hacer más ilustrativa esta nota en el último lustro la economía de países como la de Noruega a basado su crecimiento económico en la producción piscícola intensiva del salmón y la trucha, de una producción de 8.600 Tm en 1981, llegó a producir 565.000 Tm de este producto el 2004, volúmenes enormes que le ponen en el sitial de líder mundial e indiscutible en este rubro, seguido sorprendentemente de nuestro vecino país de Chile que tuvo el repunte ascendente estos años convirtiéndose en el segundo productor de salmones y trucha a escala mundial con una producción de 349.329 Tm en el 2004. (Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación 2007). Pero esto no es suficiente, la demanda es cada vez más creciente de este producto y el mundo del consumo necesita más proveedores.
Sin ser pretencioso ni recurrir a los números o a las exportaciones, me sentiría tranquilo si por lo menos lográramos abastecer el mercado interno boliviano, de llegar a todos los hogares con un producto fresco, de alto valor nutritivo y sobre todo accesible a la economía de nuestro pueblo.
Corani tanto como el lago Titicaca son nuestros reservorios estratégicos para este rubro y están ahí sin ser atendidas cuando paradójicamente las condiciones objetivas del mercado están dadas, es una tarea pendiente que debemos de asumir dentro el desarrollo productivo del país.