Conversaciones de la Habana: avizoran una mejor sociedad

23/12/2013
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Este año 2013 se dio un salto cualitativo en la posibilidad de doblar la página del conflicto interno armado y poder iniciar, con la participación de todos los colombianos la construcción de una sociedad más incluyente, donde el acceso a los derechos básicos para todos sea una realidad y no solo una intención y una democracia más participativa y donde las decisiones reflejen mejor los intereses de las mayorías.
 
Al inicio del año tuvimos la mayor andanada de los enemigos de la solución política negociada con la intención de lograr hacer fracasar las conversaciones de La Habana, pero poco a poco se fueron dando cuenta que la mayoría de los colombianos apoyaban la terminación concertada del conflicto interno armado y ahora temen es sufrir una debacle electoral, porque los colombianos en 2014 en las urnas van a apoyar mayoritariamente a las fuerzas políticas que están claramente a favor de la paz negociada, sean o no parte de la coalición de gobierno que apoya al Presidente Santos.
 
Algunos de estos opositores han tratado de escudarse en las víctimas y a tratar de tener una vocería que es dudoso que la tengan y acuñaron un nuevo caballito de batalla diciendo nosotros sí estamos a favor de la paz, pero “estamos a favor de una paz sin impunidad” y claro que todos estamos a favor de que haya verdad acerca de todo lo ocurrido en este medio siglo de enfrentamiento armado, justicia –sólo que justicia no es, ni ha sido, solamente sinónimo de cárcel, hay modalidades diversas de hacer justicia-, reparación a las víctimas y reconciliación. Y estamos seguros que una fórmula que equilibradamente combine lo anterior se terminará imponiendo y la amplia mayoría de los colombianos la apoyaremos.
 
Si bien no conocemos la totalidad de los acuerdos alcanzados, porque como lo han reiterado en los comunicados conjuntos, el principio fundamental es que “nada está acordado hasta que todo no esté acordado”, sí podemos vislumbrar en los Comunicados Conjuntos de las dos Delegaciones parte de los acuerdos logrados y sus alcances.
 
En relación con el tema de Desarrollo Agrario Integral (Enfoque Territorial) señalan en el Comunicado Conjunto sobre el tema del 26 de Mayo de 2013: “Lo que hemos convenido en este acuerdo será el inicio de trasformaciones radicales de la realidad rural y agraria de Colombia con equidad y democracia. Está centrado en la gente, el pequeño productor, el acceso y distribución de tierras, la lucha contra la pobreza, el estímulo a la producción agropecuaria y la reactivación de la economía del campo”.
 
“Busca que el mayor número de habitantes del campo sin tierra o con tierra insuficiente, puedan acceder a ella, mediante la creación de un Fondo de Tierras para la Paz”.
 
“El acuerdo busca que se reviertan los efectos del conflicto y que se restituyan lasVíctimas del despojo y del desplazamiento forzado”.
 
“Incluye la formación y actualización de la información rural para la actualización del respectivo catastro, buscando seguridad jurídica y mejor y más eficiente información”.
 
“Pensando en las futuras generaciones de colombianos, el acuerdo delimita la frontera agrícola, protegiendo las áreas de especial interés ambiental”.
 
“Buscando un campo con protección social, erradicar el hambre a través de un sistema de alimentación y nutrición”.
 
Lo anterior da cuenta, por sí solo, de los alcances que se buscan adelantar en la fase de implementación de los mismos, tener a la gente como centro, que las víctimas del despojo sean resarcidas, que los campesinos accedan a la tierra para producir, avanzar en construir un catastro rural que junto con la titulación, cree una nueva realidad de la propiedad y de los justos títulos; se delimita la frontera agrícola y especialmente buscar la protección social de los pobladores del campo y el estímulo a la producción de alimentos. Una verdadera transformación de la realidad rural.
 
En relación con el tema de Participación Política y Social, es claro que los acuerdos se dirigen a crear las condiciones para mejorar la calidad de la democracia colombiana, estimular la participación social y política y desarrollar cambios normativos en el Código Electoral, en las reglas del juego para la oposición, y algo muy importante, promover una cultura política democrática que tanto le falta a nuestra sociedad, entre otros. Quisiera destacar estos apartes del Comunicado Conjunto del 6 de Noviembre de 2013: “Lo que hemos convenido, en su desarrollo, profundiza y robustece nuestra democracia, ampliando los derechos y garantías para el ejercicio de la oposición, al igual que espacios de participación política y ciudadana. Promueve el pluralismo y la inclusión política, la participación y la transparencia en los procesos electorales y el robustecimiento de una cultura política democrática”.
 
“Constituye una apertura democrática en el marco del fin conflicto”.
 
“Se impulsará igualmente una legislación de garantías y promoción de la participación ciudadana democrática y de otras actividades que puedan realizar las organizaciones sociales, con base en los lineamientos establecidos en este acuerdo y escuchando las propuestas de los voceros de los movimientos sociales en otro evento de carácter nacional”.
 
“Así mismo, se acordó establecer medidas para garantizar y promover una cultura de reconciliación, convivencia, tolerancia y no estigmatización lo que implica un lenguaje y comportamiento de respeto por las ideas, tanto de los opositores políticos como de las organizaciones sociales y de derechos humanos”.
 
“Para tal efecto, se prevé el establecimiento de Consejos para la Reconciliación y la Convivencia…”
 
No hay duda, que de lo que se puede deducir de estos comunicados conjuntos, los Acuerdos de La Habana van a abrir una extraordinaria posibilidad de cambios y transformaciones en la sociedad colombiana, pero cambios y transformaciones que vamos a poder realizar dentro de la institucionalidad, aunque seguramente modificando a ésta.
 
En relación con el tema de las “Drogas Ilícitas y las políticas para su superación”si bien surgen en el debate posiciones extremas, unas que señalan que allí no se puede hacer nada porque el fenómeno del narcotráfico trasciende el ámbito de los actores nacionales, incluido el Estado y otras que, en una perspectiva maximalista hablan, por ejemplo de una ‘Colombia sin coca’ o la ‘legalización de la droga’. Y como casi siempre sucede, muy seguramente las soluciones no se sitúan cerca de ninguno de estos extremos. Lo que sí podemos recalcar es que hay un margen de construcción de acuerdos que de una parte disminuyan el área de cultivos de coca y promuevan opciones de desarrollo rural para regiones campesinas, igualmente para lograr políticas diferenciadas en el tratamiento penal para las distintas fases del negocio del narcotráfico.
 
Claro que esto no significa cambios radicales en la política global contra el problema de las drogas ilícitas, pero sí pueden contribuir estos acuerdos a enviar un mensaje a la comunidad internacional de la necesidad de avanzar en el análisis y replanteamiento de las políticas globales para enfrentar este problema que afecta a la comunidad internacional; cambios que van a llegar más temprano que tarde.
 
Los colombianos podemos decir que este año logramos que las dos Delegaciones, la del Gobierno del Presidente Santos y la de las FARC-EP, avanzarán sustancialmente en la construcción de un acuerdo para ponerle punto final al conflicto armado interno y que si bien todavía queda un camino complejo por recorrer y que se requiere que a la mayor brevedad posible se formalice la Mesa de Conversaciones con el Ejército de Liberación Nacional, es probable que el 2014 sea el año de la firma de la paz definitiva con la insurgencia guerrillera y el punto de partida para iniciar, con el aporte de todos, sin exclusiones, aún de los que hoy se oponen, a construir la paz, que no es otra cosa que una mejor sociedad y una democracia cada vez menos formal y más real.
 
Pero un requisito fundamental y ese es el aporte de todos los ciudadanos, debemos darle un claro apoyo político a estas Conversaciones y a los Acuerdos que allí se llegue y debemos todos, de una manera pedagógica, cada vez buscar más compatriotas amigos para la paz –porque muchos colombianos siguen confundidos, dubitativos o posiblemente mal informados. Así los Acuerdos y el esfuerzo invertido por todos se torna irreversible.
 
Un buen fin de año para todos los lectores del Semanario Caja de Herramientas y una buena dosis de optimismo para un 2014 que pinta bien para nuestro país.
 
Alejo Vargas Velásquez
Profesor Titular Universidad Nacional, Coordinador Grupo de Investigación en Seguridad y Defensa
 
Fuente: Semanario Virtual Caja de Herramientas Nº 382
Semana del 20 al 26 de diciembre de 2013
Corporación Viva la Ciudadanía
https://www.alainet.org/es/articulo/81935?language=es
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