Más archimillonarios y más pobres

06/03/2013
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A los familiares y partidarios del presidente Hugo Rafael Chávez Frías.
 
Mientras uno de cada cinco mexicanos vive con hambre, es decir: no pueden adquirir lo indispensable para tener una alimentación adecuada; en tanto el número de pobres creció en 3.1 millones de personas, 15 de los dueños de México engalanan la lista de los mil 426 más ricos del mundo, de ellos cinco magnates aztecas aparecen por primera vez, y para lo cual es requisito indispensable de la revista Forbes poseer más de mil millones de dólares, aunque excluyó a Joaquín Guzmán Loera después de que apareció en el listado durante tres años consecutivos, “porque sus activos son difíciles de calcular”. ¿Y antes no lo fueron?
 
Los mil 426 dueños de la aldea –encabezados por Carlos Slim por cuarto año consecutivo– identificados por el exclusivísimo listado, mientras a otros multimillonarios los mantienen en el anonimato sin mediar explicación convincente, acumulan una fortuna sin precedente de 5.4 billones de dólares en comparación con los 4.6 billones de hace un año, lo que equivale al 7 por ciento del producto interno bruto mundial.
 
La edición número 27 de la clasificación de la revista estadunidense registra el mayor incremento en el número de multimillonarios en un año, en tanto que millones de búlgaros, españoles, griegos, italianos y portugueses pagan con el recorte draconiano del gasto social, las prestaciones y los salarios, incluso con la pérdida del empleo y de la casa, la socialización de las pérdidas del gran capital que, como es bien sabido, no tiene patria.
 
Para mayores señas está el español Amancio Ortega, dueño de las fábricas de ropa que producen la marca Zara, con trabajo realizado por menores de edad y sin ninguna protección en Bangladesh. O los 122 chinos, producto del “socialismo de mercado” dirigido por el Partido Comunista.
 
Volvamos a la economía 14 de la aldea global de acuerdo a su producto interno bruto, pero en la posición número 81 si la valoración se realiza a partir del poder de compra de sus habitantes, de acuerdo con los indicadores de desarrollo 2012, elaborados por el Banco Mundial.
 
Aquí, solamente dos de cada 10 mexicanos no son considerados pobres y tampoco sujetos a alguna carencia relacionada con la vivienda, la educación, la salud y el acceso a la seguridad social, si nos atenemos al informe de noviembre de 2012 del Consejo Nacional para la Evaluación de la Política de Desarrollo Social. El resto, ocho de cada 10, se ubica en un abanico que va desde la falta de alguno de los satisfactores básicos hasta no disponer de los medios para alimentarse (pobreza extrema).
 
El capitalismo salvaje en su especificidad mexicana (1982-2013), porque obviamente es mundial, resultó muy eficaz para producir potentados, pero más eficiente aún para producir en serie y en serio pobres, y más todavía pobres extremos, miserables, aunque no sea políticamente correcto denominarlos con la última e histórica expresión desde antes de los tiempos del gran Víctor Hugo. (Es recomendable volver a disfrutar la espléndida serie francesa por Canal 22, los domingos a las 19:30 horas).
 
Naturalmente que ya está en marcha la Cruzada Nacional contra el Hambre que en una primera etapa atenderá a 7.4 millones de personas de 400 municipios del país que carecen de ingresos para alimentarse adecuadamente por la pérdida del poder adquisitivo de los salarios e ingresos, y la duplicación del costo de la canasta alimentaria en los últimos siete años.
 
Pero mientras el modelo y las políticas económicas se reproduzcan como en las últimas décadas, no habrá programas que arreglen sus crecientes destrozos sociales.
 
 
 
https://www.alainet.org/es/articulo/74237
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