Lopéz Obrador en la ONU: de la seguridad de los Estados a la seguridad de los pueblos

Cuando el presidente mexicano propone el “Plan Mundial de Fraternidad y Bienestar”, lo que hace es retomar el concepto de "seguridad humana" de las propias Naciones Unidas, entendido éste como “libertad del miedo y libertad de la necesidad”.

11/11/2021
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Cobijado y recibido entusiastamente por decenas de migrantes mexicanos en Nueva York, el presidente Andrés Manuel López Obrador presidió la sesión del Consejo de Seguridad de la ONU el pasado martes 9 de octubre. 
 
 

Con el discurso de su presidente, México recupera con creces la posición de liderazgo intelectual y moral en el llamado “concierto de las Naciones” que tuvo cuando propuso el principio de “No intervención y respeto a la libre autodeterminación de los pueblos” y cuando fue el gran promotor de los acuerdos de paz en Centroamérica en los años ochentas y noventas. Muy distante de los lamentables “Cenas y te vas” de Vicente Fox a Fidel Castro, en Monterrey o de la posición totalmente subordinada a los intereses de los Estados Unidos, cuando éste trató de imponer el Area de Libre Comercio de las Américas, en Mar de Plata, en 2005, lo que le valió a México un inútil conflicto político con la República Bolivariana de Venezuela. 
 
 

López Obrador planteó una propuesta que le da la vuelta, mejor dicho, le da el verdadero sentido al Consejo de Seguridad de la ONU. Éste siempre ha trabajado bajo el concepto de Seguridad Nacional o de Seguridad Hemisférica, es decir, centrándose en la de seguridad de los Estados o los bloques de éstos y no de los pueblos. 
 
 

Cuando López Obrador propone el “Plan Mundial de Fraternidad y Bienestar” lo que hace es retomar el concepto de Seguridad Humana, de la ONU, entendida como “Libertad del miedo, libertad de la necesidad” (Freedom from fear, freedom from want), pero agrega un matiz importante: para estar libres de miedo, para tener paz verdadera, tenemos que asegurar que la gente esté libre de la necesidad, de la exclusión, de la pobreza. El que no haya personas en extrema pobreza es la mejor garantía para que haya paz en este planeta. Este debe ser el verdadero objetivo del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, no el de evitar conflictos entre los bloques de intereses de las naciones hegemónicas. 
 
 

Así lo expuso: “la solución de fondo para vivir libres de temores, de riesgos, violencia, es acabar con el desempleo, favorecer la incorporación de los jóvenes al trabajo y al estudio, evitar la desintegración familiar, la descomposición social y la pérdida de valores culturales, morales, espirituales 
 

 

El Plan Mundial de Fraternidad y Bienestar no es una ocurrencia o idea loca. Está basado en la experiencia de los programas sociales de México y también está respaldado por experiencias como la “Bolsa Familia” que implementaron los gobiernos de Luis Ignacio Da Silva, Lula, y Dilma Rousseff, en Brasil. 
 
 

Es una propuesta viable que se basa en la integración de un fondo mundial de un billón de dólares para atender a 750 millones de personas en extrema pobreza en todo el planeta. El fondo se formaría a partir de las contribuciones del 4% de los ingresos de las personas más ricas del mundo y de las 100 corporaciones más importantes del planeta, así como con aportaciones equivalentes al 0.2% del PIB de los países que conforman el Grupo de los 20, incluido México. Los encargados de censar a la población que percibe menos de dos dólares al mes serían el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional. La ministración de los recursos se haría de manera directa a los beneficiarios, sin intermediaciones de ninguna clase. 
 
 

El plan, que constituiría el cimiento de un verdadero Estado Mundial de Bienestar, recibió de inmediato el beneplácito del Secretario General de la ONU, Antonio Gutierres, y hasta ahora se le han adherido 47 naciones. Viene a constituir una propuesta audaz a la vez que viable para sacar a la ONU del letargo en que ha caído, según el presidente López Obrador y empezar a construir una comunidad planetaria responsable socialmente en los hechos. 
 
 

Si las naciones del sur global se suman a este plan, si se manifiestan para que los países del G20, las grandes corporaciones y los más ricos del planeta contribuyan a este gran fondo, la ONU habrá elegido la audacia. Buen camino.

https://www.alainet.org/es/articulo/214340
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