Jovenel Moïse, presidente de facto de Haití, fue asesinado por hombres armados no identificados, a la 1 de la madrugada del 7 de julio en su domicilio. Su esposa y primera dama de Haití, Martine Moïse, también resultó herida en el atentado y ha sido hospitalizada. La noticia fue anunciada por el primer ministro Claude Joseph a través de un comunicado oficial a primera hora del 7 de julio. En una rueda de prensa, Joseph declaró el estado de emergencia y convocó a un consejo extraordinario de ministros.

Según el comunicado, los asaltantes no han sido identificados pero se sospecha que son hispanohablantes. El comunicado oficial pide a la población que mantenga la calma y declara que la Policía Nacional y el Ejército velarán por la seguridad de la nación.

La matanza se produce en un momento de rápido aumento de la inestabilidad y la inseguridad en el país. Hace unos días, el gobierno de Moïse anunció que el referéndum constitucional previsto para el 29 de junio se aplazaba hasta el 26 de septiembre, fecha en la que se celebrarán las elecciones legislativas y presidenciales. El referéndum en sí había sido recibido con un amplio rechazo por parte de todos los sectores de la sociedad haitiana, desde la Conferencia Episcopal hasta los movimientos sociales y los partidos políticos de izquierda, ya que violaba directamente la institucionalidad democrática de 1987.

Moïse, del partido Tet Kale, tuvo un controvertido mandato marcado por numerosos ataques a las instituciones haitianas. Se aferró al poder a pesar de que su mandato había terminado el 7 de febrero de 2021. Tras su decisión de continuar como presidente estallaron masivas protestas y su gobierno fue calificado de dictadura.

Además, el parlamento de Haití, dominado por los partidos de la oposición, fue suspendido en enero de 2020 después de que Moïse pospusiera repetidamente las elecciones legislativas. Los jueces que se oponían a las acciones de Moïse fueron destituidos y reemplazados por seguidores del gobierno.

En su gobierno también aumentó la inseguridad. Según la Red Nacional para la Defensa de los Derechos Humanos en Haití (RNDDH), en los últimos tres años se produjeron 12 masacres a manos de grupos armados ilegales y, en las últimas semanas, más de diez mil personas fueron desplazadas de los barrios pobres y obreros de Puerto Príncipe debido al aumento de la violencia. El 30 de junio fueron asesinadas 15 personas, entre ellas la activista feminista Antoinette Duclaire y el periodista Diego Charles.

Por el momento, no hay información concluyente sobre quién podría estar detrás del asesinato de Jovenel Moïse, y los analistas han declarado que, debido a la creciente inestabilidad y a la oposición generalizada, es difícil señalar a una sola fuerza. Los analistas han señalado que el asesinato probablemente profundizará la crisis actual en Haití. (Traducción ALAI)

07 de julio de 2021