Medioambiente

Rumbos nuevos impostergables

Es más que tiempo de tomar en serio la prioridad, ahora absoluta, de relacionarnos amigablemente entre nosotros y con la naturaleza, viviendo y trabajando por la fraternidad, la repartición equitativa de los bienes y el cuidado de la naturaleza.

10/06/2021
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“Ni la vacuna nos puede salvar si no cambiamos nuestro modo de relacionarnos entre todos los humanos y con todo lo creado”. La frase es clara… y la autora sigue insistiendo: “Si no cambiamos, vendrán virus peores que podrán acabar con la vida en nuestro planeta… Este virus existía desde hace miles de millones de años; estaba durmiendo en la naturaleza, sin hacerle daño. Pero al haber el ser humano destrozado el ecosistema, éste se despierta y se multiplica desordenadamente invadiendo nuestro hábitat por haberle nosotros quitado el suyo.” La autora no hace más que retomar las advertencias que nos comunican los científicos desde 15 años… Este virus ha venido para quedarse más allá de todas las vacunas que no pueden desaparecerlo sino que se limitan a reducir sus mortales consecuencias.

 

Es más que tiempo de tomar en serio la prioridad, ahora absoluta, de relacionarnos amigablemente entre nosotros y con la naturaleza, viviendo y trabajando por la fraternidad, la repartición equitativa de los bienes y el cuidado de la naturaleza. Tiene que terminar este sistema capitalista de muerte… tal como acaba de decirlo el presidente de la Fundación Ford, Darren Walker, que “insta a cambiar el capitalismo en EE.UU. o enfrentarse a la desesperanza y el fin de la sociedad”. ¡Más claro no canta el gallo! La Fundación Ford es una organización benéfica norteamericana que financia programas para promover la democracia, reducir la pobreza e impulsar el desarrollo humano.

 

¿Nos habremos acostumbrado a leer noticias tan horrorosas como la siguiente?... porque ¿quién no ha comido y sigue comiendo productos suizos de Nestlé? Escribe el periódico norte americano Financial Times: “Nestlé admite que la mayoría de sus productos no son saludables… ¡Sólo el 37% de los alimentos y bebidas producidos por Nestlé lograron una calificación superior a 3,5 puntos en un sistema de calificación australiano con un puntaje máximo de 5 estrellas”! Y no hablamos de la Cocacola y otras bebidas gaseosas que son todas dañinas.

 

La locura no es sólo de los gobiernos ni de las multinacionales… Es de todos nosotros y nosotras, que somos los consumidores. Los gobiernos y las multinacionales cambian si cambiamos nosotros y nosotras. ¿Cuántas gentes en nuestras familias tendrán que morir hasta que lo entendamos?

 

Tenemos que cambiar nuestra manera de pensar porque, tal vez sin darnos cuenta, hemos caído en la propuesta capitalista: "Generar dinero lo más rápido y en la mayor cantidad posible". Lastimosamente en Ecuador hemos elegido un gobierno capitalista que va a favorecer los intereses de la clase pudiente. Necesitamos despertar como ciudadanos y descubrir nuestra capacidad de cambiar y de poner en marcha otro sistema social sin pensar que otros nos van a salvar: “No carecemos de líderes, nos falta ser ciudadanos… personas individuales que piensen con su propia cabeza… Sin ciudadanos no tenemos posibilidad alguna de fundar una democracia… Sin ciudadanos tenemos guerras y líderes. No necesitamos líderes… Nos hace falta la fuerza plural que proviene de hombres y mujeres conscientes de sus derechos y habituados a la ayuda mutua. Necesitamos más política y menos políticos”.

 

Al nivel eclesial el papa Francisco insiste en la propuesta de una Iglesia en manos de todos los bautizados: menos clero y más laicos. Ya al final de este año el papa ha convocado una ‘Asamblea Eclesial de América Latina y El Caribe’. Nos invita a aportar juntos soluciones a los gritos de la naturaleza y de los pobres mediante una múltiple conversión: personal, social, ambiental y estructural. Las anteriores reuniones latinoamericanas eran Conferencias Episcopales, es decir reuniones sólo de obispos los cuales terminaban entregándonos un documento que resumía sus reflexiones y nos daba orientaciones. Es un cambio estructural de la Iglesia católica ya que hasta aquí quienes ‘mandaban’ eran el papa, los obispos y los sacerdotes. La pandemia ha revelado la debilidad de la organización parroquial y diocesano cuando los bautizados no están involucrados ni en las decisiones ni en la responsabilidad de las actividades pastorales y sociales. El papa llama este nuevo proceso con la palabra “sinodalidad” que significa ‘caminar juntos con igualdad e igual responsabilidad’. Se trata de un volver a las prácticas de Jesús y de las primeras comunidades cristianas: Jesús era laico, y no sacerdote; en estas primeras comunidades todos eran laicos incluso las y los que presidían la fracción del pan o eucaristía.

 

Tanto en la sociedad como en la Iglesia estamos llamados a un cambio radical en nuestra manera personal de vivir, en nuestra convivencia social con una nueva manera de organizarnos y al nivel religioso con volver a las raíces de nuestra fe y de nuestras iglesias. Tenemos que despertar a nuestra capacidad individual y política, y aprender de la cosmovisión indígena y de la cultura negra que han conservado una relación vital con la naturaleza y una práctica comunitaria que el sistema capitalista nos ha hecho perder. Decidámonos a construir un humanismo abierto a la naturaleza y a la trascendencia porque es nuestra misión sin delegar a nadie, tanto en lo religioso como en lo político, nuestra capacidad de construir una sociedad armoniosa y un planeta reconciliado entre humanos y naturaleza. Estamos en el tiempo propicio de emprender nuevo rumbos.

 

 

https://www.alainet.org/es/articulo/212601?language=es
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