Asesinada por familiares y confidentes de Jair Bolsonaro el 14/3/2018

Marielle Franco sigue viva como símbolo de resistencia y esperanza

Este crimen contra la humanidad fue mandado desde las más altas cúpulas del Estado para exterminar a una líder fuerte, prometedora, poderosa e integra para el reemplazo de uno de los regímenes asesinos más corruptos del mundo.

18/03/2021
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Marielle Franco era una mujer joven, vibrante, negra y lesbiana de la favela. Era concejala de la ciudad de Río y activista de los derechos humanos, implicada en una gama transversal de asuntos tales la pobreza y la desigualdad, la privación de los principales medios de vida para los sin tierra y los sin techo, la violencia contra las mujeres y el feminicidio, la discriminación racial, la exclusión social y económica y las agresiones letales contra las comunidades negras y racializadas, las políticas de exterminio de los pueblos indígenas y los ataques, a menudo mortales, contra la comunidad LGBTQ.

 

El 14 de marzo de 2018, Marielle Franco fue abatida a tiros cuando regresaba a su casa después de un animado acto de solidaridad con jóvenes negras. Su vehículo fue golpeado por 13 disparos; su conductor, Anderson Gomes, también fue asesinado. Se silenció otra voz fuerte de la justicia y heredera natural de Lula. Este crimen contra la humanidad no fue un asesinato al azar. Fue mandado desde las más altas cúpulas del Estado para exterminar a una líder fuerte, prometedora, poderosa e integra para el reemplazo de uno de los regímenes asesinos más corruptos del mundo. El exterminio por parte de Bolsonaro de una buena parte de los pueblos indígenas que quedan en Brasil, su aniquilación de grandes franjas de la Amazonia, su uso deliberado del COVID-19 como guadaña contra las masas y su aprobación (y recompensa) de las ejecuciones extrajudiciales policiales gratuitas de miles de "indignos de respirar" no habrían continuado con tanta impunidad si Marielle hubiera estado presente.

 

El 12 de marzo de 2019, dos policías fueron acusados del asesinato de Marielle Franco. Los fiscales daban cuenta de que el tiroteo fue meticulosamente planificado a lo largo de tres meses. "Es incontestable que Marielle Franco fue ejecutada sumariamente por su actividad política en la defensa de las causas que defendía", añadieron. Desgraciadamente, los autores intelectuales de esta atrocidad (los que ordenaron el asesinato) siguen libres. Eso sí, los dos acusados tienen estrechos vínculos con la familia Bolsonaro. Uno de los hijos de Bolsonaro mantenía una relación íntima con la hija de uno de los acusados del asesinato de Marielle, Ronnie Lasso.  Además, Lasso residía en el mismo complejo residencial de lujo que el presidente Bolsonaro en aquella época y estaba en contacto constante con el presidente y sus hijos.

 

Está más allá de cualquier medida de decencia y en contra de los principios de justicia fundamental acordados internacionalmente que el Gobierno de Canadá y la comunidad empresarial "canadiense" continúen apoyando al gobierno ilegítimo de Bolsonaro. El manido estribillo de que Canadá apoya el Estado de Derecho es patentemente ridículo. Ya es hora de que el Primer ministro Trudeau y Chrystia Freeland dejen de defender lo indefendible y exijan el respeto de los derechos fundamentales en Brasil, rompiendo inmediatamente todas las relaciones diplomáticas con el gobierno de Bolsonaro y suspendiendo toda la ayuda financiera (por valor de miles, si no cientos, de millones de dólares) y el apoyo del embajador a las empresas canadienses que hacen, o contemplan, negocios en Brasil.

 

Tanto en la vida como en la muerte, Marielle Franco se ha convertido en uno de los brillantes emblemas de la resistencia del pueblo brasileño a las políticas y actos repugnantes del presidente Bolsonaro y su gobierno. El Carnaval de Río 2019 la elevó a la categoría de símbolo nacional de la esperanza y el coraje necesarios para hacerse valer en un entorno en el que cualquier objeción a un acto vergonzoso de la policía o del gobierno o de la oligarquía económica puede costarte la libertad, o incluso la vida. La ciudad de París honró a Marielle Franco y le dio su nombre a un jardín público. Otras ciudades europeas nombraron calles en su honor. Esta celebración de Marielle, a veces carnavalesca pero siempre eminentemente política, provocó la ira de Bolsonaro, al tiempo que dio un nuevo impulso a la resistencia y un compromiso renovado para preservar los logros socioeconómicos de los brasileños.

 

En este extraño y asesino giro del destino, Marielle Franco no será la heredera de Lula; más bien, es el propio Lula quien es ahora el heredero de Marielle. El 8 de marzo de 2021, el Tribunal Supremo de Brasil anuló todas las condenas judiciales de Luis Inacio Lula da Silva y desestimó todos los cargos pendientes contra el ex presidente. Lula es ahora libre de presentarse como presidente en las próximas elecciones de 2022 para desbancar a Bolsonaro. Dicho esto, para estar a la altura del nuevo estándar de liderazgo con principios Mariellistas, no bastará con que Lula sea el antiguo Lula, a veces vacilante. Tendrá que ser Marielle.

 

- Pierre Leblanc, cofundador del grupo de solidaridad canadiense-brasileño Solidaridad Ottawa-Gatineau con la Democracia en Brasil (SOGDB).

 

 

https://www.alainet.org/es/articulo/211444
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