Sucedió en la Conferencia del año internacional de la mujer en 1975
En ese evento nos tocó la decisión de copatrocinar la Resolución que declaró al “Sionismo como una forma de racismo”. En contraprestación, obtuvimos el apoyo internacional unánime a la causa panameña.
- Opinión
Consciente de que la Conferencia de México (19 de junio al 2 de julio de 1975) tendría igual jerarquía que la Asamblea General de las Naciones Unidas y que, por lo tanto, las resoluciones que allí se aprobasen comprometerían a los Estados representados más allá de la causa femenina, el canciller Juan Antonio Tack, jefe de las negociaciones de Panamá con Estados Unidos y mano derecha del Jefe de Gobierno --el general Omar Torrijos-- nos solicitó que acompañásemos a la delegación femenina como el responsable de la política exterior en dicha Conferencia, de manera que no se produjesen situaciones adversas al curso de las negociaciones del Canal, enmarcadas en la Declaración Conjunta Tack-Kissinger de 7 de febrero de 1974, la cual redactamos a solicitud del canciller Tack a fines de 1973.
La mayoría de las miembros de la delegación había partido hacia México con antelación para intervenir en la Tribuna Alternativa que se erigió para quienes no pudiesen entrar a la principal Conferencia, que se celebró en la sede de la Secretaría de Relaciones Exteriores en Tlatelolco. La delegación de Panamá era la más numerosa: ¡400 mujeres!
La Conferencia del Año Internacional de la Mujer dio paso al Decenio de las Naciones Unidas para la Mujer. En la primera se adoptaron dos documentos: el Plan de Acción Mundial, para mejorar la situación de las mujeres, y la Declaración de México sobre la Igualdad de las Mujeres y su Contribución al Desarrollo y la Paz.
La asistencia al foro fue de entre 4,000 y 6,000 participantes. Asistieron delegados de 133 países. La conferencia fue una reunión gubernamental - y se convirtió en la primera en la que el 73% de las personas delegadas en una conferencia de la ONU eran mujeres.
Entre las personalidades de relevancia internacional se encontraban: la Cosmonauta soviética Valentina Tereshkova, la primera mujer en el espacio; Imelda Marcos, Primera Dama de Filipinas ; Jehan Sadat, Primera Dama de Egipto; Ashraf Pahlavi, hermana gemela del Shah de Irán; Leah Rabin, Primera Dama de Israel; Sirimavo Bandaranaike, primera ministra de Sri Lanka; Vilma Espín de Castro, cuñada del presidente Fidel Castro.
La Delegación de Panamá la presidía la profesora Berta Q. de Moscote, quien accedió generosamente a nuestra solicitud de permitir que la profesora Berta T. de Arosemena, hermana del general Torrijos, pronunciara el discurso principal.
Según reglas de la ONU, las delegaciones debían representar las ideologías y políticas de sus respectivos gobiernos y enmarcar en aquéllas sus aspiraciones como mujeres. Afortunadamente, la Dra. Berta T. de Arosemena había participado en múltiples charlas sobre el Canal y cumplió a cabalidad en exponer la lucha anticolonial de nuestro pueblo.
Nos tocó la decisión de copatrocinar la Resolución que declaró al “Sionismo como una forma de racismo”. En contraprestación, obtuvimos el apoyo unánime de los países No Alineados, socialistas y del Tercer Mundo a favor de una resolución que presentamos a favor de Panamá en la que se aprobó por primera vez en la ONU el desmantelamiento de las bases militares de Estados Unidos.
Varios funcionaros israelíes se nos abalanzaron abrupta y groseramente para que yo, como responsable, retirara el copatrocinio de la resolución antisionista, con amenazas de quejarse ante el general Torrijos. Puse en autos al canciller Tack, que justo en ese momento se encontraba con el militar. El general Torrijos respondió que yo estaba autorizado para tomar cualquier decisión y que se encargarían de atender las amenazas del embajador de Israel.
La Resolución 3379 obtuvo 72 votos a favor, 35 en contra y 32 abstenciones. No obstante, la misma fue anulada por la Resolución 4686 del 16 de diciembre de 1991, por presiones extraordinarias de Estados Unidos. Panamá votó a favor de la Resolución 4686 (el país había sido invadido dos años antes -- el 20 de diciembre de 1989 -- y tenía un régimen marioneta), desautorizando así la honrosa actuación de la delegación que presidió Berta Torrijos de Arosemena, cuyo discurso fue el único ovacionado de pie.
Como colofón, el Departamento de Estado norteamericano envió a un emisario para que me convenciese de retirar nuestra resolución sobre las negociaciones sobre el Canal y proponernos una resolución conjunta que diera cuenta de la “feliz marcha” de las pláticas entre el canciller Tack y los negociadores del Pentágono. Enterado que Estados Unidos estaba poniendo trabas a la Declaración Conjunta Tack-Kissinger, suscrita en 1974, y proponía derechos militares más allá del 2000, rechacé tajantemente la propuesta del emisario.
En cuanto a la Resolución 3379, el movimiento internacional de solidaridad con Palestina está intentando que la ONU la restaure. En ese sentido, el Comité Panameño de Solidaridad con Palestina (COPASOLPA), bajo la coordinación de la Dra. Anayansi Turner Yau, ha enviado una solicitud a la cancillería panameña a fin de que nuestro gobierno reactive la Resolución 3379, que declara al Sionismo como una forma de Racismo. Aún esperamos su respuesta.
Julio Yao, diplomático de carrera, ex asesor de política exterior.
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