El poder mediático se concentra en el Presidente

Las interpretaciones pactadas y coordinadas entre empleados de Clarín, Infobae y La Nación se repiten sin descanso: la palabra “mimetización” del Presidente con su vice es una de las más repetidas.

09/03/2021
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Un coro sinfónico perfectamente afinado presentan los medios opositores más poderosos para socavar la figura del presidente Alberto Fernández. Sus definiciones e iniciativas ante la descomposición del Poder Judicial, que se remontan a la campaña de 2019, son presentadas como una mera “mimetización” con Cristina Kirchner. La andanada comprende la defensa del endeudamiento contraído por Mauricio Macri.

 

El despliegue ininterrumpido, y que se puso en marcha antes del discurso del lunes 1 ante la Asamblea Legislativa, pone fin al menos temporalmente a la teoría del “poder bifronte”, agitada hasta el hastío desde la conformación misma del Frente de Todos, como latiguillo que les permitía proyectar, alentar y paladear su destrucción.

 

La línea editorial con la cual iba a ser tratado el discurso ante la Asamblea Legislativa quedó en evidencia antes de que el Presidente dijera una sola palabra. Hablaría, tituló Clarín su edición de ese día, “presionado por la crisis judicial” de la Vicepresidenta.

 

Las interpretaciones pactadas y coordinadas entre empleados de Clarín, Infobae y La Nación se repiten sin descanso desde esa mañana: la palabra “mimetización” del Presidente con su vice es una de las más repetidas. Pagni dijo el lunes y publicó el martes en La Nación que “murió el albertismo”; González publicó el martes en Clarín que se ve la “cristinización”; Morales Solá publicó el miércoles “adiós a la promesa de abandonar la grieta”; el Presidente “se resigna a mimetizarse”, publicó Berenszterin el viernes en La Nación; “mimetización” del Presidente, publicó Laborda el mismo día en el mismo diario.

 

Y así siguieron y repitieron: el Presidente es un general que actúa para la “reina”, tecleó Guyot el sábado en La Nación, abandona la “moderación” y así va camino a perder su capital político. Alberto Fernández “entrega” a la ministra Losardo, firmó el domingo Van der Kooy, igual que Tenembaum en Infobae. Alberto Fernández “claudica”, estampó el mismo día Liotti en La Nación.

 

La lista puede seguir y no tiene casi ningún matiz diferenciado. En este pelotón se da además la novedad de la revalorización de Losardo, quien venía siendo descripta en varias notas como una ministra que ponía todo su esfuerzo en agradar a la Vicepresidenta. De ese penoso subsuelo fue alzada a los altares porque explicó que la Comisión Bicameral sobre jueces y fiscales que promovió el Presidente no tendrá capacidad sancionatoria, como todo el mundo sabe. Esa explicación, que fue una forma de la ministra de enfrentar la manipulación en títulos y notas, es interpretada como un corajudo mensaje contra el kirchnerismo… de la misma ministra que se doblegaba ante el kircherismo.

 

Solamente Roman Letjman, en Infobae, no funcionó esta vez como parte del concierto y dice el domingo que el Presidente “no entrega” a la ministra, que quiere mantenerla en el cargo y que aún deben hablar entre ellos, al lado de una nota de Tenembaum que, copiando la matriz de todos los demás “analistas independientes”, tipeó sobre la “transformación” del Presidente, el abandono de la “moderación” y la decisión de “entregar a su amiga”, una frase que puede tomarse como metáfora política pero también como evidencia del más rancio de los machismos.

 

El mar de fondo es siempre el mismo, estuvo en tapa de Clarín el lunes y siguió en varias notas: una esperada condena contra Cristina Kirchner y, sobre todo, contra su hija Florencia, porque no tiene fueros. Ya el domingo 28 de febrero Clarín les había dicho a los jueces que deben los fundamentos de su condena a Lázaro Báez que los delitos atribuidos al empresario se deben a un “delito precedente”, cometido obviamente por los “K” y, primero y principal, por “Ella”.

 

Los “periodistas independientes” de estos tres medios rechazan al unísono el anuncio presidencial de la querella por el endeudamiento contraído por Macri, porque la iniciativa concierne a sus accionistas, patrones y mandantes. Mau, escribió el martes Burgo, de Clarín, actuó a derecho, aunque no haya consultado al Congreso para tomar deuda. Así, la denuncia del Presidente es “jueguito para la tribuna”, acompañó el editor Roa.

 

Infobae le encargó desarrollar esta línea “argumental” a Kanenguiser: el FMI, dijo, ya dio explicaciones. Basta. Y el buen Mauricio usó esos dinerillos para pagar deuda. Lo de la fuga de divisas a favor de socios, amigos y cómplices de la carroña financiera mundial es pura invención. Burgo insistió el sábado: el riesgo país subió por culpa del Presidente. Coronó Van der Kooy el domingo, diciendo que la acusación pone en riesgo el acuerdo con el FMI. Y la línea de fondo, en los tonos de una gacetilla corporativa: si es que hay fuga de capitales en la Argentina es culpa exclusiva de la “clase dirigente”, que no genera políticas confiables. La querella es, en suma, una “incongruencia”.

 

Esta gente no es tímida y da vueltas en el aire con singular destreza: todas y todos condenan la represión de la policía de Formosa, en comunión con los exponentes de Cambiemos, con quienes siempre defendieron, codo a codo, cada uno de los actos de violencia de la Metropolitana, encubrieron el asesinato de Rafael Nahuel en Bariloche, la operación ilegal que causó la muerte de Santiago Maldonado y un sinfín de actos de violencia “republicana”. En sus transmisiones y crónicas en cadena no hay una sola línea sobre los agitadores profesionales que saben despertar y activar el monstruo de la brutalidad policial, como los muchos “ciudadanos” que, sin domicilio ni actividad conocida en Formosa, estuvieron en el centro de los actos de violencia.

 

El tema judicial, la querella por la deuda y la crisis en Formosa les quitó fuerza a estos medios para su sostenido combate al plan de vacunación contra el coronavirus. Mucho más por la manifiesta incomodidad ante la vergonzosa deriva del gobierno porteño, que mezcla su incontenible inclinación a los negociados con el sector privado, mediante el tráfico de 10 mil dosis que nadie sabe qué destino tuvieron, con su visceral odio al cuerpo docente, al que al final acepta empezar a vacunar, en cuotas módicas.

 

El estropicio del plan porteño de vacunación, con el ministro Quirós reclamando más dosis -en cadena privada de difusión- mientras tiene al menos 60 mil sin aplicar, se expuso dolorosamente con la muerte de dos médicos. En particular La Nación la emprendió contra Ernesto Resnik porque se ocupó de exponer una evidencia: la doctora Fullone se había negado a darse la primera dosis de Sputnik porque faltaba una publicación en “The Lancet”. Es decir que, pese a su formación específica, fue víctima de la campaña de manipulación y engaño contra la “vacuna soviética”, como decía Clarín. La vacuna enviada por “el líder indiscutido del comunismo mundial”, Putin, como escribió Infobae.

 

Este intenso tráfico editorial no alcanza a privarnos de unos toques risueños:

 

-Cristina lo miraba mal al Presidente en la Asamblea, pero cuando era enfocada cambiaba hábilmente el gesto y parecía tierna y sonriente (Di Marco, La Nación).

 

-Stornelli es intachable (Morales Solá, La Nación).

 

-El estadio de fútbol de Santiago del Estero es “demagógico” (uno de los Wiñazki, Clarín).

 

-Cristina habla mucho con Guzmán y Kicillof está “celoso” (Bonelli, Clarín).

 

-Comunicadores de la Argentina (COMUNA)

https://www.comunanet.com.ar/el-poder-mediatico-se-concentra-en-el-presidente/

 

 

 

 

https://www.alainet.org/es/articulo/211293?language=es
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