Puntos de inflexión y refundación

Pensar y actuar ante las complejidades socio-políticas en un mundo en conflicto

La razón de la sinrazón ha sido causa de los desastres como el esclavismo y el racismo que le han negado al indio, al campesino y al negro su humanidad.

04/02/2021
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Mundo doente
Ilustração: Carolina R. Soares
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Vivimos jugando al homo sapiens y al homo deis. De acuerdo a lo que apostemos, así mismo escogeremos el juego. En ese devenir en el casino de la vida, las crisis, los debates humanos, las inflexiones modificatorias surgen como alteraciones sociopolíticas para jugar a los cambios en el gran entorno social. Aproximarnos a los puntos de inflexión que nos circundan, buscamos dejar en plenitud todo aquello que esta distorsionando la curvatura de la vida.

 

Para enfrentar, para discernir, criticar para llegar a decisiones, el hombre requiere conocer rutas para enfrentar todo tipo de desafíos a las complejidades humanas. Ante esas realidades se ejercen posiciones de aceptación, de rechazo con contenido emocional con lo cual se incurre a proferir contradicciones o tomar decisiones inadecuadas.

 

Las inflexiones de cualquier orden humano, es el grado en el tiempo y el espacio para modificar comportamientos adoptando diversas prácticas, cuando se presentan posturas por hechos que afectan notoriamente al grupo social provengan de donde provengan. La pandemia está enseñando que los distintos desquiciamientos sociales, administrativos, judiciales y políticos, generan picos agravantes con efectos desproporcionados de malestar y precaria estabilidad social.

 

La libertad de conciencia y de nuestro interior pulsan el espíritu en el tiempo y el espacio retándonos a dar forma a los cambios con estructuras solidas de esperanza en momentos inseparables de resistencia. Y es que el tiempo juega para todos, y para cada opositor adquiere razones distintas. La vida nos lleva al espacio social donde agotar tiempos distintos y en esos tiempos podemos establecer como se nos gobierna y conque propósitos, y en esa carrera siempre surgen egoísmos, odios y contradicciones.

 

Tiempo para el tiempo nos da la existencia de un merecido cambio, jamás un mundo vacío, pues del tiempo viene una existencia que dirá que podemos transformar el mundo. El tiempo es invisible en los puntos de inflexión y hay que tomarlo a tiempo con todas sus variables. Tiempo, espacio, energía, conciencia y libre albedrio están allí para retornarlos ante las amenazas que socaban nuestra existencia. Las inflexiones siempre conducen a revisar todo lo que aflora a nuestro entorno para ubicarnos ante el valor de la verdad y la justicia para difundirlas con sentido humanista y humildad ante cualquier estrado aun en medio de heterodoxias u oscilaciones diversas.

 

Las inflexiones competen al grado en que un grupo modifica sus posturas adoptando practicas variables, cuando existan hechos desiguales e injustos, que llegan en cadena en los entornos familiares, sociales, políticos, de trabajo, entre otros. El espíritu innovador a través de la inflexión nos lleva analizar cosas nuevas dentro de los signos de los tiempos que plantea la teología. Y en ese recorrido discernir los signos de los tiempos permite entender el sentido de los cambios en lo espiritual. Así entonces, se detectan los errores y las confusiones en el campo de fe que nos han creado. Discernir pues, es abrirnos para atender nuevas realidades que de seguro han estado ocultas o no se han querido dar a la luz. La filosofía de cristo es el gran evangelio de la esperanza. La iglesia en contexto ha manipulado y desviado el evangelio apartando a Jesús como guía de amor y servicio. En Jesús no podemos eliminar su genealogía ni su trascender. Jesús es el conocimiento liberador subversivo que se encarna con rebeldía contra el mundo imperial, sus leyes y su religión, dícese, es el límite extremo de la razón con existencia desde siempre, exento de fabulas, dogmas, atavismos, formalismos. Pensar, reflexionar, razonar, es aprender a elegir en las dimensiones espacio y tiempo.

 

Hanna Arendt nos recuerda que al hombre no le importa el mundo porque la perversión política impide el ejercicio de las acciones justas y las relaciones interpersonales, para dividir. Hoy no se dialoga, ni se debate, ni se reflexiona. En la sociedad prolifera el alegato, la discusión, el insulto y los enfrentamientos, acogiendo el personalismo, donde el otro es indiferente. Arendt plantea además que el apocalipsis transformador evoca la reivindicación de la política como instrumento organizador de la sociedad y al derecho como ordenador constitucional, defensor de los derechos humanos para frenar la impunidad y permitir mecanismo de defensa como la desobediencia civil.

 

Hoy vivimos incursos en un juego de tronos donde cada poder desenvaina sus armas. Ese quehacer politiquero exhala irracionalidad, odio y todo tipo de agresiones, siendo la sociedad la que recibe estos impactos, todo, con la coadyuvancia de los partidos que solo buscan defender sus intereses electoreros. Para este vaivén, las inflexiones conducen a cambios radicales, haciendo acopio del pensar de Gandhi quien señalo en su momento que.... Seamos el cambio que queremos ver en el mundo... El aislamiento social que se vive con su singular apatía no deja reaccionar para pensar. Muchas conciencias están en línea para llamar al sentido común. Allí están floreciendo inflexiones esperando que la sociedad actúe, allí esta nuestro sentir para refundar, para lograr adaptar a la realidad aquello que no cumple los objetivos.

 

Todo tiene un límite. Dictaduras, regímenes en decadencia, cavando su propia sepultura. Examinar tensiones, eludir relaciones asfixiantes, sortear escándalos de corrupción, de contratos leoninos, de ofrecimientos de mermeladas cuando en campañas se juró su inexistencia, soportar la agonía de la salud y la decadencia de una educación en veremos, o el devenir de las acrobacias militares con sus nefastos procederes, o el enfrentar las cortes con cínicas actuaciones, o el galopar en medio de mitomanías para demostrar excelencia de gobierno, o el negar diálogos sociales cuando la constitución los tutela, o enjuiciar con impunidad, o rechazar con ahínco el fracking y la aspersión con glifosato para luego aprobarlos. Todo t esto y mucho más son fenómenos de nuestra sociedad social y política que hunde sus raíces en nuestra propia historia a gran escala, que la comunidad se adormece al conocerlos perdiendo la cuenta, como se pierden los inventarios de tantos elefantes blancos hoy aposentos de pesebreras públicas, o refugio de invisibles con orinales propios. Y disque no hay plata... Para adonde se fueron esos costos. Es mucha la resiliencia que necesita el pueblo para resistir el despilfarro y otros tantos momentos a rastrear que otra complejidad escrita habrá-donde aparecerán en las inflexiones, billones de perdidas por detrimento al patrimonio nacional por los negociados y manejos de la gestión pública, que han ido a parar a las arcas de nuestros funcionarios para los cuales nunca habrá juicio alguno.

 

Y que decir cuando estas dichas innegables tienen sus orígenes en un orquestado mundo en las sombras, en las poltronas de la casa de los colombianos bajo los discursos de prevención y acción con su pléyade de tertulias ministeriales, con profesionales de distintos calados, con hombres de negocios para demostrar gobierno, con pésames a bordo y en fin con una agenda corta de tiempo que anuncia un nuevo acontecer periodístico. Son muchas las ocasiones que nos permiten chiviar puntos de inflexión gestado en la bitácora publica para su debido análisis y repudio.

 

La inflexión decolonial desenmaraña escenarios históricos, dando giro hacia nuestras culturas étnicas y afros que padecen y siguen padeciendo heridas profundas. El giro decolonial anclo expresiones desestabilizadoras que aún nos persiguen. Explorando la historia convocamos a descorrer el velo que nos muestran los sinsentidos de las raíces de los hombres, deformando su naturaleza con la fuerza del saber cómo poder, midiendo lo que se pueda medir y lo que no, hagámoslo medible. No podemos clasificar al hombre por la raza, el color, las costumbres o los mitos. Casi todos los discriminados por racismos u otras mediciones, abrieron las sendas de la independencia y la modernidad, enseñándonos valores de humildad, respeto, dignidad y trabajo.

 

La razón de la sinrazón ha sido causa de los desastres como el esclavismo y el racismo que le han negado al indio, al campesino y al negro su humanidad. La empresa de colon llego dejando rumbos de explotación, deshumanizando las razas de la esperanza, llenando de sangre la América. Tiempos y espacios con tesón han tratado de devolverles su ser, pero hay unos salvajes en cuerpo ajeno que son reacios, al amparo de tutelas de descarte. Si hay algo que agradecer también a estas razas es la conservación de la naturaleza, su Pachamama, su vida, su esperanza que con su actividad agro economía permiten alimentar al país y con su profesión, permiten el desarrollo de la nación. La economía no hay que olvidar es una actividad social para el servicio de toda la humanidad.

 

El país, la sociedad y sus instituciones, viven entrando en declive, perdiéndose el concepto de legitimidad debido a sus inoportunas gestiones. Los puntos de inflexión pretenden ser vinculantes sociales activos para enderezar la democracia. Hay que callar, para inflexionar. Los puntos de inflexión son esperanza, son procesos alternativos radicales contra los colapsos. Los pensamientos libres en acción renacen las inflexiones planteando estrategias de cambio potencializa dores que avalan la capacidad humana para actuar ante los distintos manifiestos cuestionando comportamientos sociales y políticos que tienen como fin el bien común. Toda la gestión pública, social y familiar han perdido el sentido de ser, el sentido humano que es el que da sensibilidad para conectarnos recíprocamente y no creando divisionismos que desvanecen la revisión de las complejidades humanas. La inflexión es una forma de enfrentar los retos. No son entropías, es el llamado a la unidad comunitaria para rescatar la convivencia social y política.

 

La inflexión conduce a observar para encauzar la posición que se ha desviado, modificando lo alterado por las equivocaciones humanas. Revoluciones y ciertos movimientos han buscado poner orden, pero han fracasado porque se han dejado llevar por posturas personales como el enriquecimiento personal y las instauraciones de afianzamiento tales que hacen morir las esperanzas, dando vida a tiempo vacíos, estériles donde solo revive el poder.

 

La humanidad vive dentro de la economía, pero actúa insegura llena de producción de azar, especulativas y desordenadas. Unido a la política orquestan desconcierto. La inexistencia de voluntad hace que estado y sociedad no procese soluciones, sino el dominio y la imposición de desigualdades y otras acciones engañosas. En la medida que crece el poder económico y el político, aumenta la pobreza. No obstante, movimientos libres trabajan para ofrecer visiones positivas de desarrollo basadas en la innovación participativa de beneficios, de estudiar equilibrios y dinámicas de rupturas opresoras, con visión que acopie pensamientos, manifiestos e ideales de rebeldía con causa, con justicia ecológica que fortalezca las inflexiones, la resistencia y persistencia social.

 

Las decisiones de las inflexiones hacen romper los esquemas despóticos para formar la verdadera humanización. El poder no es el capitalismo, sino el hombre económico que invierte los valores sociales creando diferencias e iniquidades que se afana en producir, inventar y perfeccionar modelos de acumulación, usando al pueblo como medio para tan nefastos fines. El devenir del hombre se ha circunscrito como producción de la economía, esto es, una praxis de vida capitalista, que trae conflictos que a través de decisiones busca dar respuestas. Fromm de una parte nos señala formas para solucionar los problemas contribuyendo a una mejor comprensión de la onda de violencia que amenaza a la humanidad y su crecimiento dentro de un marco de potencia humana.

 

El evangelio de Jesús abarca la problemática dejándonos ver en el evangelio su praxis. Aunque Jesús no es economista, es algo más... dícese, su producción es social, de servicio, de dar, de ver y hacer, contrario a la política del tener, el poder, el ser, por el tener. Política y religión, aunque el evangelio no es religión, se sobrecargan de inquietudes, de falta de claridad y confianza. Política y economía son poder en confusión pues se alejan del débil. Diríase que política y economía no son solución y la historia nos enseña que fueron enemigos de Jesús y por ello lo confinaron a muerte, como hoy lo hace el hombre capitalista con los débiles, con los invisibles, con los desprovistos de voz, pues han sido silenciados con la opresión. Cristo fue un defensor de la economía justa, de las leyes y la religión de la producción social, pero jamás de lo que va en contra de la comunidad. La economía del capitalismo será aquella que al decir del economista...es la que va hacia una economía de la esperanza. El poder enceguece. Muchos de los gobernantes solo ven el bosque, no se internan en él no se percatan de la realidad, allá fluye el dolor, la miseria, la angustia existencial.

 

Estamos en el extenso espacio y alargado tiempo de la historia, el extenso horizonte humano lleno de actividades y propuesta, lleno de gobernabilidades indecisas a veces tratando de escapar del dominio de tan nefastas conductas que unos y otros ejercemos generando abortos, guiados por ambiciones y poderes. El yo y los ellos causantes crecen sin medida, sin responsabilidad con potencia cínica bajo el marco de contradicciones. Esos yo que estropean la dignidad y las conciencias son hilos conductores de una sociedad dividida para poder domeñar bajo ideologías engañosas.

 

En este reflexionar no escapan los actos de violencia contra los derechos humanos, ni las acciones macabras de la fuerza pública, ni los juicios impunes. A todo ello le sumamos los actos de gestión de un régimen con sus viles estrategias que pregonan desarrollo, prevención y acción sistemáticos, Muchas gestiones de estado no se cumplen o se realizan a medias, todo dependiendo los intereses que pueda tener el régimen. Y qué decir de las gestiones del estado que estando obligado a comunicar a los ciudadanos no lo hace arguyendo sofismas de distracción con cortinas de humo. A este accionar le ayudan los medios de comunicación que solo informan lo que le conviene al ente público o a las elites dominantes, financieras de las campañas políticas.

 

Nuestro ente de gobierno que trae desde el pasado todos los vicios, vive gobernando como un verdadero festín donde se enrocan cargos, se rifan traslados, se ofrecen cargos por doquier así los nombrados carezcan de los perfiles de transparencia que no se cumple, pues la mermelada cambio de forma violando todos los protocolos institucionales.

 

Esta reflexión acoge los avatares de los tiempos y la forma como la sociedad dilapida su tiempo en lo superfluo. Respetando al tiempo y los espacios invita a despertar del letargo, con el ámbito de cambiar y tomar conciencia que revolucione ese yo interior. Lo grato está en lo que se da y no lo que se recibe. Todo lo que oprime al hombre, lo limita y le impide ser. El extendido social y político es un llamado al compromiso de unidad comunitaria por las desviaciones de un entorno y la complejidad de unas instituciones que no aplican ni entienden su significación humana y natural.

 

Concluyamos con el pensamiento de Eduardo Galeano...Al fin y al cabo, la comunidad, el modo comunitario de producción de la vida, es la voz que más porfiadamente anuncia otra América posible….

 

 

 

 

https://www.alainet.org/es/articulo/210820?language=en
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