Fallones y desestructurados
Aparentemente, López Obrador salió bien librado. Desde un principio, y no podía ser de otra manera, el diagnóstico médico fue esperanzador: con síntomas leves y buen humor.
- Opinión
(322 días de confinamiento)
“Las vacas blancas dan leche y las vacas negras
dan café, eso lo sabe todo el mundo”.
Rosa, de 7 años.
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¿Se puede responsabilizar al Dr. Hugo López-Gatell de que el presidente Andrés Manuel López Obrador esté enfermo de Covid-19, como lo hace Raymundo Rivapalacio en El Financiero, 26/1/2021?
En la parte decisiva del juego, el presidente, beisbolero, ¿no habría comprendido o descifrado las señales cruzadas sobre el cubrebocas?
“Voy a salir adelante, gracias al creador, la naturaleza y la ciencia”, dice en su primer mensaje, sin tapabocas, seis días después.
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De inmediato, se especula con la salud del presidente –asunto de seguridad nacional—, cuya infección se esperaba, dadas las condiciones en que se desenvuelve. No sólo por sus funciones naturales y propias de su cargo, sino en cómo las desarrolla: sin cubrebocas, insisto.
Su rutina, a través de las mañaneras, como ejercicio cotidiano de información de primera mano, de lo piensa y hace, no es lo mismo sin él, con otro funcionario. Así sea la secretaria de Gobernación. Son otra cosa.
Muy bien que se haya tratado lo del aborto que, como sabemos, le incomoda y le saca ronchas al presidente, como todo lo relativo a la lucha de las mujeres.
Aparentemente, López Obrador salió bien librado.
Desde un principio, y no podía ser de otra manera, el diagnóstico médico fue esperanzador: con síntomas leves y buen humor.
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Quién lo hubiera creído. Un bicho microscópico, que hace un año parecía confinado en una población china, se esparció a todos los confines del planeta, y hoy que entramos en el año 2 Covid-19, no sabemos con certeza, con todo y la aparición de la vacuna, cuándo y cómo saldremos. En fin, ¿cómo será el mundo post Covid-19?
¿Nos redescubriremos más humanos y solidarios?
Nuestros múltiples acercamientos virtuales, ¿serán sólo flor de un día, de temporada?
Los esperados presenciales, ¿serán no únicamente para mentir, insultar, robar, matar al otro?
Uno más de los tantos virus, que son más antiguos que el hombre sobre la Tierra, y que, seguramente, no será el último.
Que, antes que la ciencia, han dado origen a supersticiones y mitos. Pero, cuyo conocimiento y comprensión dio paso, precisamente, al desarrollo, lento pero seguro, del quehacer científico.
Este virus alteró, no sólo las condiciones de vida del mundo tal y como era, sino que determina vidas y muertes, presentes y futuras.
¿Pasamos a una etapa de sobrevivencia?
Para empezar, las formas de trabajo y de entretenimiento se han alterado para siempre. Al grito de los restauranteros: O abrimos o morimos, se suma al generalizado: O nos digitalizamos o somos un cero a la izquierda.
De vez en vez, la presencia y acción de algún virus, bacteria, germen, sirve para hacer una limpia, una poda de la población… población sobrante, desechable, que el sistema arroja.
Como en cualquier limpia, poda, guerra, que de esto se trata, a manera de proceso de eliminación y destrucción, para luego reconstruir –parte del negocio—; Como en cualquier guerra, repito, siempre hay daños colaterales: alguno que otro rico/famoso que no debió morir.
Al mismo tiempo, se nos cataloga como necesarios, esenciales, más o menos esenciales, o de plano no esenciales, cuando cada uno de nosotros nos consideramos esenciales: para nuestras familias, para nuestros amigos, para nosotros mismos. Necesarios por lo que hacemos, por lo que somos.
Y queremos ser los primeros en vacunarnos… Finalmente, ¿contra qué, contra quién?
Como el mundo se ha reducido a cuatro paredes, nos hemos saturado, ocupando el tiempo de imágenes virtuales y datos inútiles. Pero, sin pensamiento crítico.
Apenas intuimos el mundo post Covid-19.
El cubrebocas es el moderno fetiche en esta tercera década del siglo XXI.
Lo que imaginábamos de cómo sería el mundo a diez, veinte o treinta años, de aquí a 2050 –en sueños y pesadillas—, de repente, con la pandemia, se vio alterado o destruido. Los estudios de prospectiva tienen que ajustarse a partir de otra realidad.
A medida que observamos un descontrol de la naturaleza, manipulada o no, los distintos Estados, junto al capital global, refuerzan sus múltiples instrumentos y mecanismos de control social.
Al paso del tiempo, se agudiza la tensión salud-economía, mutuamente dependientes. Sin una no hay la otra.
Un dilema que rebasa las fronteras de la ciencia y la tecnología, ésta como ciencia aplicada.
Ya hay una vacuna, que se desarrolló en meses, cuando es un proceso que lleva años. Sin embargo, viene la segunda parte, que tiene que ver con el ámbito económico y social –político en última instancia—, que tiene que ver con su producción masiva y su distribución, con la finalidad que llegue a todos.
Cada uno de nosotros, lo que somos y lo que hacemos, somos esenciales. Pero, unos lo son, o se sienten, más que otros.
Así que hay que esperar, pacientemente, en el doble sentido de tener paciencia (que se nos agotó desde hace un buen rato) y ser paciente, a ver cuándo nos toca ser vacunados.
Sin tener la certeza de las reacciones secundarias ni del tiempo de inmunidad.
Mientras tanto, las recomendaciones son las mínimas, básicas y elementales, las mismas desde el comienzo y de siempre: el uso del cubrebocas, la sana distancia y el lavado de manos.
No hay escapatoria. Aunque quisiéramos irnos a otro planeta, nos acompañaría (nos llevaríamos) el virus, que ya vimos que, más que ser un simple/complejo resultado de la naturaleza, es un producto humano.
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“Estados Unidos es el país que ha invertido más fondos y recursos en investigación de armas biológicas, siempre bajo el título de biodefensa. Incluye la manipulación genética –u otros medios—de virus y bacterias para hacerlos más infecciosos a seres humanos, supuestamente en busca de vacunas o antídotos contra ellos. El laboratorio de Ralph Baric, uno de los más activos investigadores en esta área, por lo que recibe fondos gubernamentales desde hace dos décadas, es llamado por sus pares salvaje oeste. Varios de sus experimentos con virus de gripe aviar y coronavirus SARS han sido para aumentar la inefectividad en humanos a través de las vías respiratorias. Es una de las razones que motivaron protestas de cientos de científicos, lo que en 2014 llevó a la suspensión de fondos para este tipo de investigación.
“Baric se enfocó entonces en la colaboración con la doctora Shi Zhengli, del Instituto de Virología de Wuhan, China, en proyectos cofinanciados por los Institutos Nacionales de Salud y la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID, por sus siglas en inglés), entre otros, para aumentar la infectividad de virus de murciélagos en vías respiratorias humanas.”
—Silvia Ribeiro. Los oscuros orígenes del virus (La Jornada, 30/1/2021).
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El Instituto Nacional de Geografía y Estadística (INEGI) dio a conocer el Censo General de Población y Vivienda 2020.
Levantado el Censo en las condiciones difíciles de la pandemia, sin embargo, tenemos una aproximación de cuántos y cómo somos, además de las condiciones en la que vivimos.
Somos alrededor de 126 millones de habitantes, independientemente del número de muertes por Covid-19.
Las mujeres son mayoría: 51.2 por ciento (políticamente, mega-recontra-sub-representadas), contra 48.8 por ciento de los hombres.
Algo a destacar es el, hasta ahora, lento proceso de envejecimiento de la población (el promedio de edad pasó de 22 años en 2000 a 29 años en 2020), producto tanto de la menor tasa de nacimientos (apenas un crecimiento de 1.2 por ciento respecto a 2010) como de la migración de los jóvenes, en busca de mejores condiciones de vida y desarrollo.
No obstante el confinamiento, se documentan más de 15 mil los casos de violencia de género y 969 víctimas de feminicidio.
Existen más de 15 millones mayores de 60 años, que representan 12 por ciento de la población total (siete por ciento en 2000).
Si dejamos de lado la migración y sólo consideramos la edad promedio de 29 años, estaríamos, como dice Enrique Quintana, en los años más productivos y redituables de nuestro bono demográfico (El Financiero, 26/1/2021).
Esto, a condición de que se exprese en términos de educación, capacitación e ingreso. Al respecto, 62 por ciento de la población mayor de 12 años tiene participación económica (52.6 por ciento en 2010).
El promedio de escolaridad es de 9.7 años (7.5 años en 2000). Pero, la mitad de la población mayor a los 15 años sólo tiene una educación básica, lo que representa una limitante económica y social.
Lo anterior, más o menos, se compensaría con el hecho de que 91 por ciento de los hogares posee al menos un televisor, 87.5 por ciento cuenta con teléfono celular, a pesar de que sólo 37.7 por ciento cuentan con computadora y apenas la mitad de los hogares (52 por ciento) cuenta con internet, herramientas básicas de la digitalización.
En los últimos 18 años (2000-2018), que corresponden a los sexenios de Vicente Fox, Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto, el porcentaje de personas que vive en condiciones de pobreza de ingreso creció de 53.6 por ciento a 61.3 por ciento.
Faltarían por documentar los estragos del desplome económico de los primeros dos años de la actual administración (0.1 y 8.5 por ciento, respectivamente).
Los números son concluyentes: mayor pobreza y desigualdad económica y social.
Al decir de Carlos Fernández-Vega: “Sólo 20 por ciento de los mexicanos no es pobre ni socialmente vulnerable; esto es, en la situación contraria estarían alrededor de 101 millones de personas; desde una sola carencia hasta todas ellas” (México SA, La Jornada, 26/1/2021).
El resultado neto es un mercado interno sin fuelle, sin oxígeno suficiente.
En tales condiciones, es atendible la afirmación de Rolando Cordera: “Sin distribución (del ingreso) no hay desarrollo, pero después de estos dos años cruentos y dolorosos tampoco armonía y cooperación social. El encono y el reclamo tomarán la plaza. Sin duda, toda una tarea para la democracia…” (El Financiero, 28/1/2021).
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Sobresale el hecho de que, por vez primera en México, se contabiliza a la población afro descendiente (que se reconocen y asumen como tales), que suman más de 2.5 millones de personas.
Resulta extraña esta invisibilidad estadística y oficial, después de que constituyen nuestra tercera raíz étnica-cultural, llegados en condiciones de esclavitud para tareas que requerían de gran esfuerzo físico, cuando fue diezmada la población original.
Sobre la población africana, Elsa Malvido dice que “siendo una variedad étnica y lingüística se les denominó negros, y fueron los mejores individuos adaptados biológicamente para residir en este continente”. Al comenzar la lucha de Independencia, en 1810, había diez mil negros (35 mil en 1646).
De su situación social, al igual que los mestizos, quedaron “al margen de las dos repúblicas legalmente reconocidas, de indios o de españoles, es decir, estaban fuera de la ley, considerados casi no humanos, no sería hasta las Reformas Borbónicas (en el último tercio del siglo XVIII) cuando las autoridades, ante su amplio número, decidieron considerarlos como vasallos del rey y se les contó como tributarios igual que a los mestizos e indios.” Léase: La población, siglos XVI al XX, en Historia Económica de México, coordinado por Enrique Semo (Editorial Océano/UNAM. México. 2006).
Fueron protagonistas de los primeros levantamientos en la Colonia, como el de Yanga, en Veracruz, y al menos dos héroes de la Independencia son afro descendientes: José María Morelos y Vicente Guerrero, consumador de la gesta independentista, junto con Agustín de Iturbide, el 27 de septiembre de 1821.
Como al día siguiente, 28, es San Agustín, en su honor unas monjas les ofrecieron unos chiles en nogada, adornados para la ocasión con granada. De allí que sea un platillo tricolor.
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Cosas de nuestra integración con Estados Unidos. Primero, el horario de verano y después, los largos fines de semana: sábado, domingo y lunes. Cuando una conmemoración cívica cae entre semana, recorre la suspensión de actividades al lunes anterior.
Es el caso, este año, con el 5 de febrero que cae en viernes, pero se suspendieron actividades, incluyendo el cierre de bancos, el lunes 1.
El día 5 es el 104 aniversario de la promulgación de la Constitución Política que, enmendada, parchada y escamoteada y todo, nos rige.
En su momento fue la más avanzada del mundo, pues a los derechos políticos elementales (excluyendo a las mujeres), se agregaron derechos sociales y económicos, muchos de ellos negados en los hechos.
Pero, allí están en el papel.
Todo lo cual, convierte a México en una nación saqueada y súper explotada, desigual e injusta.
De allí la consigna: ¡Zapata vive, la lucha sigue!
Un grupo encabezado por Pablo González Casanova anuncia:
“En este momento de múltiples violencias contra los pueblos, debido a la continuidad del proceso de recolonización de los territorios, mediante megaproyectos, militarización y paramilitarización, hacemos pública la integración del colectivo de apoyo al CNI CIG-EZLN, Llegó la Hora de los Pueblos.
“Las y los firmantes buscaremos acompañar las acciones de estos pueblos en defensa de la vida, con paz, justicia y dignidad.”
—El Correo Ilustrado, La Jornada, 1/2/2021.
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Va desgranándose la información sobre los estragos de la pandemia.
El 28 de enero, México ocupa ya el tercer mundial en el número de decesos, después de Estados Unidos y Brasil.
Con datos del Censo de Población, el Covid-19 fue la segunda causa de muerte entre enero y agosto de 2020, después de las enfermedades del corazón y antes de la diabetes mellitus. Datos que no checan con los de la Secretaría de Salud, que tendrían un sub registro de 68.7 por ciento. Y es que muchos han muerto en su casa.
Otro frente de controversia y donde reaparece el concepto de exceso de mortalidad: quienes mueren de más.
En medio de este debate se sumó otro, o mejor dicho se encimó: el relativo a las vacunas: el retraso de su distribución por su concentración en unos cuantos países, el programa de vacunación y su lentitud.
El 24 de enero, un grupo de investigadores y académicos sugieren hacer ajustes a la estrategia de vacunación.
No es un problema exclusivo de México. En Estados Unidos, varias entidades ignoran cuándo tendrán su dotación de vacunas, lo que no abona a la equidad (Time, 1/28/2021).
En estas primeras semanas, quienes mayormente están recibiendo la vacuna es la población blanca, en una proporción de tres a una respecto a la población negra. “El caso más dramático es Pennsylvania, donde el 1.2 por ciento de los residentes blancos ya han sido vacunados, contra el 0.3 por ciento de los negros”. En consecuencia, “vamos a seguir viendo una mayor desproporción de muertes en las comunidades negra y café”, es decir, de origen latino (The Guardian, 1/29/2021).
El presidente López Obrador informa, el 29 de enero, que en los meses de febrero y marzo México recibirá seis y 12 millones de dosis, respectivamente. Anuncio que confirma, en un comunicado, la Presidencia de la República: más de 20 millones de vacunas.
Canadá suspende sus vuelos a México y al Caribe, del 30 de enero hasta el 30 de abril. Tres meses. Quienes viajen desde México tendrán que hacer cuarentena y pagar sus gastos.
Una semana después, habría aparecido una cepa mexicana.
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“Tenemos décadas en que los gobiernos neoliberales han venido priorizando la supuesta estabilidad macroeconómica: equilibrio fiscal, baja inflación y equilibrio en la balanza de pagos a través de entrada de capitales que permite la estabilidad del tipo de cambio. Ello se ha conseguido a costa de dejar los objetivos de crecimiento económico, generación de empleo bien remunerado y la distribución del ingreso. El llamado gobierno de la 4T ha continuado con la misma política macroeconómica neoliberal de sus antecesores, que pasa a tener los mismos resultados de menos crecimiento, más desempleo, mayor desigualdad del ingreso.
“El gobierno confía en que el nuevo gobierno de EU impulsará los acuerdos multilaterales y al G-20, lo que junto con sus políticas de estímulo y al T-MEC, beneficiará a México. Ello evidencia que nuestro país no tiene condiciones internas de crecimiento, sino dependemos del acontecer de la economía de EU. Esa cercanía geográfica siempre ha existido y no nos ha llevado a disminuir las desigualdades existentes entre y nosotros. Los que se benefician de las exportaciones manufactureras son las empresas transnacionales que las controlan, no la industria, ni la economía nacional. Tampoco la economía se estabilizará automáticamente después de la pandemia. Los problemas son derivados de la política económica dominante y mientras ésta no cambie, seguirá la crisis. No hay preocupación del gobierno de la 4T de replantear nuestra inserción en el proceso de globalización, para retomar el manejo soberano de la política económica para responder a los propósitos nacionales de desarrollo productivo, generación de empleo formal bien remunerado, reducir la vulnerabilidad externa en que hemos caído para alcanzar una dinámica sostenida, más soberana y equitativa.”
—Arturo Huerta, del Posgrado de Economía de la UNAM, La Jornada de Oriente, 26/1/2021.
“A lo largo de los pasados 40 años México no logró encontrar la fórmula para mejorar el funcionamiento de su sistema productivo. En 30 de ellos, el modelo neoliberal precarizó una economía que previamente había vivido una década perdida: se conjuntó la falla de dos estrategias distintas de política económica. ¿Resultado?: el aumento promedio anual de sólo 2.5 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB). Por si fuera poco, la irrupción del Covid-19 exacerbó la falla estructural.”
—Carlos Fernández-Vega, México SA, La Jornada, 29/1/2021.
Los resultados, netos y brutos, de todo lo anterior, son, sin remedio, fallones y desestructurados.
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Según la OIT, en el mundo se perdieron 255 millones de empleos, cuatro veces más que la anterior crisis de 2009, que afectó principalmente al sector financiero (cuando el Estado minimizado rescató a Wall Street, sede global del capital financiero). En términos de ingresos laborales, significan 3.7 billones de dólares, 4.4 por ciento del PIB mundial.
En México, de cara a la urgencia/emergencia de millones de personas, familias y micro, pequeñas y medianas empresas, la administración federal va tomando diferentes medidas en su apoyo y rescate.
En correspondencia a este esfuerzo, que se mira insuficiente ante las necesidades, el FMI ajusta sus pronósticos. Para México, espera un crecimiento de 4.3 por ciento en 2021.
El año pasado, uno pandémico, la economía mexicana cayó 8.5 por ciento (0.1 por ciento en 2019), la peor caída desde hace 90 años. Va de la mano con la de Estados Unidos, que a su vez disminuyó 3.5 por ciento, su peor comportamiento desde 1946, junto con la pérdida de diez millones de empleos.
Señales aparentemente contradictorias de la economía mexicana.
Mientras se desploma la economía 8.5 por ciento (se preveía que fuera -10 por ciento), mientras se registra un superávit histórico en la balanza comercial, de 34.4 mil millones de dólares, revela el INEGI.
En la balanza comercial se contabilizan exportaciones e importaciones. Estas últimas cayeron en más proporción (-15.8 por ciento) que las ventas al exterior (-9.3 por ciento). Aunque éstas disminuyeron, por primera vez las ventas de productos agropecuarios fueron superiores a las de petróleo.
Lo anterior es producto de que “la actividad económica a escala mundial resintió el cierre obligado de fronteras, se redujo la movilidad y hubo una caída de los ingresos de los hogares dada la recesión”.
El sector manufacturero cayó 8.9 por ciento, y las exportaciones de automóviles se desplomaron 16.8 por ciento.
Sin embargo, se advierte que la recuperación viene de la mano del comercio exterior, en concreto de la economía de Estados Unidos (destino del 80 por ciento de nuestras exportaciones), a la que la administración Biden habría inyectado 1.9 billones de dólares en estímulos (La Jornada, 29/1/2021).
El problema del superávit se encuentra cuando las importaciones que han caído más son insumos y maquinaria que se van a incorporar a esas exportaciones, y que disminuyeron 16.9 por ciento, que se traduce en una menor actividad económica. Exportaciones de manufacturas –comercio intrafirmas, entre de subsidiaria a matriz—, que medio se compensan con la de productos agropecuarios. Por ejemplo, del aguacate/avocado, esencial para el guacamole que acompaña a los nachos para el Superbowl del domingo 9.
En el último trimestre de 2020 se observó una recuperación de 3.1 por ciento en relación al anterior, aunque respecto al último trimestre de 2019, la economía retrocedió 4.6 por ciento.
En plena pandemia, la economía mexicana cayó 18.7 por ciento en el segundo trimestre (abril-junio) y 8.6 por ciento en el tercer trimestre (julio-septiembre).
“La palabra clave de la recuperación es velocidad, es decir, la velocidad con la que podamos vacunar a la ciudadanía, será la velocidad a la podamos alcanzar el potencial de la economía y marcará el ritmo de la recuperación”, afirma el subsecretario de Hacienda, Gabriel Yorio (La Jornada, 30/1/2021).
Lo que no amaina es el optimismo presidencial.
El mismo López Obrador informa, en su mensaje desde Palacio Nacional, que se han restablecido 600 mil plazas del millón 400 mil que se perdieron por la pandemia.
“Es cosa de no rendirnos, como decía un beisbolista célebre (Babe Ruth): No se puede vencer a quien no sabe rendirse. No se puede vencer a los que no nos rendimos”.
Aquí, allá y acullá, frente a varios escollos que sortear –el principal, el de la salud—, la obligación económica es salir del hoyo.
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“Como un típico milenial, pegado constantemente al celular, mi vida virtual de ha fusionado con mi vida real. Ya no se diferencia de ella.”
—Judith Duportail (Viento Sur, 29/1/2021).
“La pandemia tiene como objetivo imponer una dictadura global tecnológica, gestionada por los filántropos y sus vigilantes, que serán, principalmente, los políticos, la prensa y los educadores.
“Los hijos de los megarricos no usan tabletas ni libros digitales ni ordenadores porque sus padres saben, basándose en lo científicamente demostrado, que la escritura a mano y la lectura de libros en papel potencia la inteligencia. Están generando a propósito un distanciamiento enorme entre clases sociales desde la escuela. Pregonan la igualdad, pero no para ellos.”
—Cristina Martín Jiménez (La Jornada Semanal, 24/1(2021).
De allí al control social media sólo un paso.
Si no funciona, el rebaño al sacrificio, literalmente un ritual.
Naturalmente, con la pompa y circunstancia necesarias.
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“—Que el cabo lleve una libreta y apunte los nombres de los que entren y salgan, que eso impresiona mucho.”
—Fermín Goñi. El hombre de la Leica (Para Leer en Libertad. México. 2016).
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