La vía chilena al socialismo: 50 años después: tomo 2, memorias
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El 4 de septiembre de 2020 se cumplieron 50 años de la elección del presidente Dr. Salvador Allende y el gobierno de Unidad Popular (UP). Se iniciaba así una de las experiencias democrático-revolucionarias más emblemáticas de la historia continental latinoamericana. Durante poco más de mil días, la UP presidió la creativa y controvertida Vía Chilena al Socialismo, impulsada por una coalición inquieta de siete partidos: el Partido Socialista no alineado de Allende, el Partido Comunista alineado con Moscú, el Partido Radical, el Partido Socialdemócrata, la Izquierda Cristiana, la Acción Popular Independiente y el híbrido Movimiento de Acción Popular Unitaria. Sin ser parte de la coalición, el Movimiento de Izquierda Revolucionario apoyó críticamente su plataforma socialista, argumentando que una confrontación armada con el estado capitalista y sus fuerzas armadas era inevitable.
Cincuenta años después, la Vía Chilena al Socialismo sigue siendo enigmática. Simboliza el desarrollo histórico –dentro de una formación social capitalista dependiente– de un programa para abolir el dominio imperial y neocolonial sobre la gran mayoría de la población, mediante reformas político-económicas desde arriba y lucha popular desde abajo. La fuerza de la Unidad Popular se asentaba en una alianza transversal de las clases trabajadoras y campesinas seguramente más organizadas y combatientes de las Américas en ese momento. Articuló tenuemente a los trabajadores urbanos y rurales; a profesores, intelectuales y estudiantes organizados; a trabajadores culturales; a los desposeídos; a los pueblos originarios; a organizaciones populares de tomas de tierra; a organizaciones de mujeres y juntas de vecinos; y a partidos políticos progresistas; en lo que Allende –acentuando las diferencias culturales con otras sociedades latinoamericanas– bautizó famosamente como un socialismo a la chilena, “con sabor a empanadas y vino tinto”.