San Juan, 11 de noviembre de 2020 (NCM) – A más de una semana de los comicios generales de Puerto Rico, todavía son inciertos los resultados de las elecciones y del plebiscito sobre las relaciones con Estados Unidos, situación que se ha agravado con informes de posible “contaminación” de más de 150.000 votos adelantados en los 110 precintos del país.

La revelación forma parte de toda una serie de incidentes y denuncias que han convertido estos comicios en uno de los más accidentados de la historia de Puerto Rico.

La complicación se produce en momentos en que ha habido que retrasar el inicio del escrutinio y el conteo preliminar de votos indica un crecimiento vertiginoso del independentismo, así como el triunfo apretado del anexionismo en el plebiscito y en la lucha por la gobernación. De hecho, el crecimiento del Partido Independentista Puertorriqueño fue tal, que de haber obtenido menos del tres por ciento de los sufragios en 2016, ahora aparece preliminarmente empatado en 14 por ciento con el nuevo partido Movimiento Victoria Ciudadana, financiado por sindicatos de EEUU.

Además, está la duda de si alguno de los dos partidos principales -el Partido Nuevo Progresista y el Partido Popular Democrático- logrará mantener el control de la Legislatura. Junto a las bancadas de esas dos decrecidas formaciones políticas, aparecen logrando escaños candidatos del PIP, el MVC y el Partido Proyecto Dignidad, además de un candidato independiente.

Pero todo eso es todavía impreciso, debido a las dificultades para determinar los resultados.

Los informes, que incluyen el mecanismo de declaración jurada testifical, son en el sentido de que alrededor de 36.000 sobres sin validar con votos emitidos por correo fueron repartidos y mezclados con los votos en todas las mesas de escrutinio de la Junta Administrativa del Voto Adelantado que se encargan de los votos por correo y a domicilio correspondientes a todo el país.

Hacía cuarenta años que Puerto Rico no encaraba una situación general tan grave en su proceso electoral. La anterior ocasión fue en 1980, cuando hubo que hacer un recuento papeleta a papeleta, que postergó por tres meses conocer los resultados de las elecciones.

En aquella ocasión, recordada como el desastre de “Valencia”, por el nombre del edificio en el que se llevó a cabo el recuento, no estaba envuelto un asunto tan grave como ahora, en el que se ha llevado a cabo un plebiscito sobre la condición colonial de Puerto Rico. La credibilidad de los resultados de ese referéndum es cardinal para los esfuerzos de los anexionistas por impulsar su causa en Washington.

Corresponderá a la Comisión Estatal de Elecciones determinar, en primera instancia, si de hecho ocurrió la “contaminación” de más de 150.000 de los votos escrutados por JAVA -fuese por error, negligencia o fraude- lo que tiene el potencial de un daño sustancial a los resultados generales, pues constituyen el 12 por ciento de las cerca de 1.245.000 papeletas votadas en los comicios del 3 de noviembre.

La dimensión del problema se puede ver con mayor claridad al tomarse en cuenta que en el informe de la CEE sobre resultados preliminares conocido como “noche del evento”, aparece el candidato a gobernador del oficialista PNP, Pedro Pierluisi, con una ventaja de apenas 16.934 votos sobre el candidato del opositor PPD, Carlos Delgado Altieri. De igual forma, en el plebiscito para la llamada “Definición Final” sobre si Puerto Rico pedirá la admisión como estado de EEUU, el anexionismo tiene una ventaja preliminar de 55.707 sufragios.

De determinarse que se produjo la mezcla de votos válidos con votos dudosos, se podrían afectar también los resultados que adjudican preliminarmente ventajas muy cerradas en múltiples contiendas legislativas y municipales, como en el caso de la lucha por la alcaldía de San Juan, en la que el PNP aventaja al partido MVC por un margen estrecho.

De acuerdo al informe, obtenido de fuentes de la CEE, lo que ocurrió fue que ante la avalancha de votos por correo -por la precaución de muchos electores ante la pandemia- llegó el momento en que se temió no poderlos procesar a tiempo. Eso habría producido un embotellamiento el día de las elecciones, cuando cerca de un millón de votantes acudieron a las más de cinco mil mesas de votación repartidas por todo el país.

Antes de que supuestamente se tomara la determinación de obviar el trámite de validación, se habían estado detectando muchos sobres con papeletas de personas que no tenían derecho o que ya habían votado. Esas papeletas, no eran enviadas a las mesas de escrutinio, en el Coliseo Roberto Clemente.

El problema con la presunta contaminación de las mesas del voto adelantado no es la única dificultad que enfrenta la CEE para la confiabilidad de los resultados. Entre otros, han estado las fallas de los sistemas electrónicos de recepción y difusión de resultados, la aparición sorpresiva de más de 180 maletines con papeletas en una bóveda de la CEE y la desaparición de tarjetas de datos de las máquinas de escrutinio.

Las alegaciones de irregularidades en el conteo de votos comenzaron con denuncias difundidas a través de las redes sociales y en la lucha muy cerrada en el precinto tres de la capital, donde Eva Prados, del MVC, reta al incumbente, del PNP. En pocos días, siguieron aumentando las quejas y denuncias y el PPD ha advertido que reclama que el asunto se resuelva antes de que se proclamen los resultados oficiales.

En condiciones normales, los casos de contaminación de votos tienden a ser novedades menores y locales, que pocas veces afectan los resultados de las contiendas. Lo que usualmente se hace es depurar lo más posible las cuentas y, en todo caso, anular todos los votos contaminados.

Con una cantidad tan grande de votos potencialmente contaminados y votaciones con resultados tan cerrados, la solución no es tan evidente. En el pasado ha habido casos en los que se han convocado de nuevo elecciones parciales, cosa que ahora luce demasiado extrema.