Sabían ustedes que para la tarde del domingo 25 de octubre, las cifras oficiales venezolanas sobre COVID-19 muestran un total de 89.565 personas contagiadas, 773 fallecidos y 4.845 casos activos.

A simple vista se debería afirmar que estos valores colocan al país caribeño entre los de mejor desempeño en el mundo ante la pandemia.

Pero no es así. Los medios no solo ocultan esta información, sino que afirman que es falsa, que el sistema sanitario venezolano está colapsado, que no hay insumos, ni equipos, ni personal especializado. En el mejor de los casos, sus fuentes son alguna ONG de reciente conformación, algún médico sin datos serios y hasta lo que se dice en las redes sociales. No me crean, verifiquen.

No importa si la Organización Mundial de la Salud dice que la información oficial venezolana es veraz. Para los medios hegemónicos, Venezuela es un “estado fallido”, “el rrrégimen miente”, la gente muere por miles… Lo escuchó, leyó o vio hasta el cansancio, ¿no es cierto…?

Podríamos entender que la conjura de la derecha está decidida a tumbar al gobierno de Maduro y que todo vale, pero no reconocer y difundir los aciertos en el manejo de la pandemia es criminal.

Veamos cómo lo hizo Venezuela y lo sigue haciendo.

1. Venezuela es el primer país de la región en establecer la cuarentena y las medidas de aislamiento social (que son voluntarias, ¡oh dictadura!) fue anunciada el 15 de marzo y entró en vigencia al día siguiente luego de haber detectado el primer caso fue hecho el 15 de marzo. A partir de finales de agosto se estableció un sistema denominado 7 + 7 Plus, con una semana de flexibilización relativa (solo para aquellas localidades donde la pandemia esté controlada) y otra semana de rigurosa cuarentena (que siguió siendo voluntaria).

2. Al mismo tiempo, el gobierno se pertrechaba de medicamentos, equipos médicos e insumos de bioseguridad para enfrentar la crisis que era posible esperar.

3. Desde ese anuncio, se cerraron las fronteras para el ingreso de extranjeros. No obstante, 170 mil venezolanos han regresado al país con una tasa de contagio al ingresar del 5% (que habría que sumarla a sus países de origen, ya que no son contagios locales).

4. Todos los ingresados al país fueron puestos en cuarentena en lugares adaptados para el efecto. A todos se les garantizó alimentación, seguridad y salud integral (con isopado y medicinas incluidas). A los casos positivos se les dio internación y tratamientos gratuitos y a sus contactos se los aisló.

5. También se paralizaron las actividades no esenciales; se limitó el transporte solo para trabajadores de esos sectores y el tráfico entre ciudades se restringió a sectores esenciales, a urgencias y seguridad.

6. Todos los contagiados son internados en instituciones de salud y se les da tratamientos gratuitos (incluidos los que decidieron hacerlo en instituciones privadas). El 98% de las internaciones han sido en instituciones de salud públicas; quienes deciden ir a una privada también reciben sin cargo los tratamientos.

7. Más de 16 mil especialistas en salud están desplegados por el país en tareas de despistaje. Esta actividad se apoya en las organizaciones comunitarias, otras de las fortalezas con las que cuenta Venezuela. Es el país con más pruebas de despistaje realizadas por millón de habitantes del mundo (incluidas las rápidas -detectan virus- y PCR -específicas).

8. Quienes presentan más de 2 síntomas simultáneos son aislados y se las hace la prueba PCR; si son contagios se los interna y se pone en cuarentena a su cadena de contagios. Al detectarse el caso, se desinfecta la casa, edifico y la cuadra de todos los pacientes.

9. A través del sistema Patria (www.patria.org.ve), que tiene más de 21 millones de afiliados, se efectúan encuestas diarias sobre el estado de salud. De declarar síntomas, son contactados para hacerles visitas médicas y se siguen los protocolos de aislamiento cuando corresponda. El número de respuestas a la encuesta de salud es de alrededor de 18 millones diarias

Además de tener una oposición apátrida e inmoral que desprecia todo lo que huela a pueblo, es público y notorio que Venezuela está siendo acosada por el imperio más poderoso y brutal de la historia. Al despojo de bienes públicos en el exterior (oro, petroquímicas, buques, empresas y más), se le suma un ilegal, cruel e indecente bloqueo comercial y económico que hace muy complejo el acceso a los productos, bienes y servicios necesarios para un país que desde sus inicios depende en mucho de ellos.

Se podría afirmar que la información sobre el impacto en Venezuela de la COVID-19 está manipulada por un rrrrrréggimen corrupto e incapaz, por lo que no se puede creer en dada de lo que este diga.

Se podría, claro, ¿pero dónde están los muertos, los escondieron Maduro y sus secuaces? El sistema sanitario está colapsado… ¿de verdad, y por qué las unidades de cuidados intensivos (UCI) están equipadas con equipos y camas disponibles? ¿Dónde están los deudos de las víctimas ocultas?

Ay, señores de la oposición (que vive cómodamente en Miami, Bogotá o Madrid), señores republicanos y demócratas de EEUU, miembros de la Unión Europea y del Grupo de Lima (o de “grima”)… En Venezuela, “los muertos que vos matais, gozan de buena salud”

Venezuela, 26 de octubre de 2020