Breve recorrido por el incendio ambiental en Argentina

02/10/2020
  • Español
  • English
  • Français
  • Deutsch
  • Português
  • Opinión

Invalid Scald ID.

-A +A

Desde el aterrizaje de la pandemia en el país, hemos recibido (y sufrido) todo tipo de noticias vinculadas al "ambiente", desatando enorme cantidad de opiniones, miradas, perspectivas sobre las posibles soluciones a los problemas. De hecho, la pandemia misma, generada por un virus zoonótico. Pero ni siquiera hay total acuerdo en cuáles son esos problemas y mucho menos, en quiénes son sus responsables. En esta nota intentaremos hacer un recorrido de las problemáticas ambientales emergentes de los últimos meses y las "soluciones" propuestas por diferentes sectores.

 

Una de las primeras noticias ambientales en el marco de la pandemia (1) fue que, tanto en el Delta del Paraná como en el Chaco, se estaban realizando desmontes, además de los incendios que a esa altura ya hostigaban a Rosario (y que casi no se han detenido hasta ahora).

 

¿Cuál es el motivo de los desmontes y de los incendios? Una de las respuestas más consensuadas tiene que ver con la ampliación de la frontera agropecuaria, tanto para el cultivo de soja u otros transgénicos como para la cría de ganado, vacuno especialmente.

 

Luego se hizo pública, por un comunicado de Cancillería, la futura firma de un acuerdo con China para la instalación de mega granjas porcinas en diferentes lugares de Argentina, lo que duplicaría la producción actual. Esto despertó muchas voces de alerta en la sociedad, generando campañas en contra y provocando el retraso en la firma del acuerdo (no su cancelación ni mucho menos, simplemente un retraso con el compromiso de incorporar aspectos, por ejemplo, el ambiental, que quizás no se habían tenido en cuenta previamente). Desde Red Eco lo analizamos en profundidad en dos notas (2).

 

Antes de eso, en el mes de junio, el presidente Alberto Fernández anunció que iba a intervenir en la empresa Vicentín, y todo parecía indicar que luego sería expropiada. La empresa se encuentra en convocatoria de acreedores, lo que complejizaba bastante la intervención en ese momento y terminó siendo un revés para el gobierno nacional, ya que una parte de la opinión pública, junto con la Justicia y poderes económicos, se opuso fuertemente a esta medida. Podríamos decir que la decisión se comunicó de forma desprolija y que no se tomaron algunos recaudos legales previos. Lo interesante del caso Vicentín, al menos en relación al eje en el que intentamos centrar esta nota, se refiere a la historia de esta empresa y al negocio que promueve. Vicentín es un grupo de empresas que creció al calor de "favores" y regalos realizados por diferentes gobiernos, en el negocio de la producción y exportación de productos agrícolas. Entre otras cosas, más allá de su historia vinculada a gobiernos militares, que comentamos en esta nota (3), algunos de sus trabajadores, como los de Algodonera Avellaneda (4), están en conflicto porque siguen cobrando salarios de hambre que además tienen adeudados desde hace varios meses.

 

Finalmente, en este rápido recorrido de las problemáticas del extractivismo en Argentina, hay una tragedia irreparable que aún no tiene fin, que es la de los incendios. El lamentable caso de Córdoba, emblemático por lo extendido e incontrolado, no es el único. A la fecha, 30 de septiembre, el reporte diario del Servicio Nacional de manejo del fuego (5) habla de 10 provincias con incendios activos. Entre el 1 de enero y el 15 de septiembre de este año, 434.975 hectáreas fueron afectadas por el fuego en todo el país. Principalmente monte y humedales. Según este mismo informe, el 95% de los incendios forestales son provocados por intervenciones humanas "siendo dentro de estos los principales escenarios la preparación de áreas de pastoreo con fuego; fogatas y colillas de cigarrillos mal apagadas y el abandono de tierras".

 

Ahora bien, esta rápida enumeración de tristezas argentinas, de fracasos, de pérdidas irreparables para el ambiente, pero también para nuestra vida en él, nos hunde en una sensación de impotencia y desamparo. ¿Quiénes son capaces de generar todo este desastre? ¿Cuánto valen sus ganancias por sobre nuestras vidas y las de la flora y fauna nativa? ¿Cuánto vale el aire que respiramos y el suelo que pisamos?

 

Ante esto aparecen dos tipos de respuestas, o formas posibles de abordar los problemas: las salidas individuales y las salidas colectivas. En el plano de las salidas individuales, y recordando que estamos en una pandemia generada por las malas condiciones de vida de animales que consumimos como seres humanos para alimentarnos, una de las respuestas es el cambio en la alimentación de todas las personas. No solamente respecto al consumo de carnes, sino también de otros productos. Si bien esta es una respuesta posible, en un país con tanta desigualdad en el acceso a los alimentos, parece una discusión que se escapa de las posibilidades de las mayorías. ¿Quiénes pueden elegir qué comer? Además, las salidas individuales proponen acciones y elecciones individuales, en las que algunos sujetos que se presumen iguales estarían haciendo lo correcto y otros... lo incorrecto.

 

Por otra parte, en el marco de las salidas colectivas aparecen las políticas públicas. Entre otras cosas, uno de los pedidos es que se sancione una ley de humedales, que proteja las zonas como las que fueron afectadas por los incendios en el Delta, impidiendo entre otras cosas que se utilicen con fines ganaderos.

 

Otra de las leyes de las que se habló es la ley de bosques, ya que incluye la prohibición de uso con fines comerciales o productivos de zonas que sufrieron incendios. Sin embargo, esto no se cumple en la actualidad, y se presume que muchos de los incendios no sólo los provocan para ampliar la frontera agropecuaria sino también para construcción de casas (countries principalmente).

 

A su vez, el 21 de septiembre el presidente Alberto Fernández presentó el Plan de Políticas Ambientales (6), que ya venían mencionando con algunas referencias a Laudato. Si, una encíclica papal que convoca al cuidado del ambiente y a las políticas activas al respecto. La nueva iniciativa se basa en cuatro pilares: el Programa Casa Común –que fomentaría la agroecología y la creación y preservación de reservas naturales urbanas y no urbanas–, el Plan Federal de Erradicación de Basurales a Cielo Abierto, el proyecto de Ley de Educación Ambiental y modificaciones en el Programa Nacional de Prevención de Incendios y Manejo del Fuego luego de su reciente traspaso al Ministerio de Ambiente.

 

Ahora bien, es cierto que es un paso importante que se acuerden todas estas medidas, también existen leyes y regulaciones previas que no se cumplen, y que en muchos casos también son los gobiernos en todos sus niveles, los que evitan su cumplimiento. Entre ellas, la mencionada Ley de Bosques, pero también la Ley de Glaciares, por ejemplo.

 

Es decir que no sólo se requieren políticas activas que promuevan mayor involucramiento del Estado y lxs habitantes, sino también un compromiso férreo en hacerlas cumplir, aún contra los intereses de unos pocos que aumentan sus riquezas con estas tragedias. Y, por otra parte, dando debates serios y abiertos, a diferencia de lo que ocurre con la instalación de las mega granjas porcinas, cuya información nos es negada y además se tiende a sobreponer el discurso de la necesidad de divisas y de generación de empleo como justificaciones para esta forma peligrosa de producción.

 

Es urgente encontrar formas colectivas de evitar que problemáticas ambientales, pero también sociales, nos afecten de forma tan acuciante. Como dice el abogado y periodista Enrique Viale en forma permanente, el mapa de las problemáticas ambientales coincide con el mapa de la pobreza. Es decir que no es un problema de elites, sino que es un problema de todxs, que no se va a solucionar si no hay un involucramiento general de la sociedad.

 

Finalmente, desde Red Eco Alternativo además proponemos una herramienta artística para formarnos, aprender y comprender los orígenes de ciertos problemas y las trayectorias de lucha alrededor de ellos. En este caso, a través de la publicación por entregas de la novela "Tierra Linda, dolor y rebeldía", de Pablo Marrero, que con ilustraciones de María Inés García y Soledad Ippólito, se publica todos los viernes a través de los medios de difusión de la Red.

 

Notas
1) Pandemia, incendios y el queso crema de tu desayuno

2) VER Mega granjas porcinas y los ejes de un debate que moviliza a la Argentina

Pero, ¿en China no comían solamente arroz?

 

3) VER La hiatoria de Vicentín es la historia del gran capital

 

4) Entrevista a uno de sus trabajadores AQUI

 

5) https://www.argentina.gob.ar/sites/default/files/informe_incendios_pais_30_09_20.pdf

6) https://www.argentina.gob.ar/noticias/el-presidente-presento-el-plan-de-politicas-ambientales

 

 

https://www.alainet.org/es/articulo/209155?language=en
Suscribirse a America Latina en Movimiento - RSS