Contribuciones para una política progresista en migraciones

Puentes, no muros

01/07/2020
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La migración internacional se ha convertido en un punto de articulación política de movimientos y partidos políticos de derecha y extrema derecha en diversas sociedades, tanto en Europa y Estados Unidos, como en países del Sur Global.

 

Por años, incluso durante el fn de la Segunda Guerra Mundial, el tema era la emigración, es decir, dejar el país de nacimiento. Así se consigna, por ejemplo, en el artículo 13 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Hasta hace relativamente poco tiempo se describía a Estados Unidos como una nación de migrantes; hoy esta imagen parece escucharse mucho menos y más bien predominan narrativas que describen la migración como una “amenaza” (Sandoval, 2002, Chavez, 2008).

 

Este panorama está también presente en la Unión Europea, en donde se acuña la idea de que hay una “crisis de los refugiados”, especialmente provenientes de Siria, lo cual supone un cambio demográfco y cultural en Europa, pese a que el total de personas refugiadas es muy pequeño, inferior al 0.1 por ciento del total de la población, y las personas que se consideran migrantes no autorizados apenas representan un 1 por ciento del total de quienes residen allá (Henley, 2019).

 

En países del llamado Sur Global el rechazo a quienes migran tampoco es ajeno. El rechazo hacia las personas refugiadas provenientes de Sudán en Egipto, o bien, hacia los migrantes nicaragüenses en Costa Rica, son ejemplos lejanos en la geografía, pero cercanos en los modos de expresar el rechazo. En la actualidad, es difícil encontrar elecciones en las cuales el tema de las migraciones no tenga un rol predominante (Nail, 2015), el cual comparte con la homofobia una serie de repertorios que conforman uno de los núcleos duros de la agenda neoconservadora, que se expresa a menudo en torno a narrativas de odio a quienes se considera diferentes. Hay un uso político de los malestares que, aunque son con frecuencia producidos por el incremento de las desigualdades y la disminución de las oportunidades, se suelen achacar a las migraciones. En diversos contextos, la recepción de discursos xenofóbicos suele ser mayor entre sectores que se han visto empobrecidos.

 

 

https://www.alainet.org/es/articulo/207585

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