Pandemia: Mitos, hipocresía y racismo en Argentina

23/06/2020
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Familia Wichis de Tartagal, Provincia de Salta. En los últimos 5 meses, 18 niños han muerto por desnutrición.
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“Nadie nace odiando a otra persona por el color de la piel”

Nelson Mandela

 

El Convenio de la Organización de Naciones Unidas sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación Racial (1) fue firmado y ratificado por el Estado argentino. Esto implica que, como Estado Miembro, se ha comprometido a garantizar su cumplimiento. Sin embargo, muy pocos de estos preceptos se cumplen.

 

A raíz del asesinato del hermano afro estadounidense George Floyd, los medios de comunicación en Argentina publicaron extensamente este hecho, resaltando con comentarios diversos el racismo existente en ese país del norte. Sin embargo, muy poco se habla del racismo en Argentina y sus múltiples manifestaciones. Racismo abierto, violento y ofensivo, -como el de estos días -, y otras veces solapado, pero siempre presente.

 

Medios gráficos como La Nación y Clarín, históricos referentes del conservadurismo y representantes de intereses de las elites locales y trasnacionales, con marcada tendencia a sostener las políticas económicas de los diferentes gobiernos de los Estados Unidos, expresan abiertamente su racismo, calificando de “terrorismo” el reclamo, por ejemplo, del pueblo mapuche.

 

Los medios de la tendencia más progresista, como Página 12 y Tiempo Argentino y más afines al gobierno actual, en muchas oportunidades, ocultan las nocivas consecuencias del avance de los diversos extractivismos, que ha adoptado la Argentina como política de estado cuyos resultados se reflejan en auténticos etnocidios y ecocidios.

 

Es insoslayable la injerencia en la opinión pública de los medios de comunicación. Corporaciones que incluyen prensa escrita, virtual, canales de televisión por cable, programas y periodistas formadores de opinión. En todos los casos, representan intereses y contribuyen a mantener el statu quo reforzando la eficacia del estado racista.

 

Salvo medios alternativos, organizaciones, activistas e individuos conscientes, quienes sí cuestionan álgidamente esas actitudes, la voz de los pueblos indígenas es completamente ignorada.

 

 Argentina cuenta con una población de 44 millones de habitantes, de los cuales más de dos millones pertenece a los más de 30 pueblos originarios que habitamos este país. Del total de habitantes, alrededor de un tercio es de piel oscura. Sin embargo, ese tercio no está representado en ninguna de las esferas del gobierno en todo el país, como se aprecia en las fotos abajo exhibidas. Los funcionarios de las esferas gubernamentales como así la mayoría de empleados, son de ascendencia europea.

 

El Presidente Macri se reúne con los gobernadores de 24 provincias después de la asunción de mando en diciembre de 2015.

 

Se habla con naturalidad de la “idiosincrasia del ser argentino”, o se escucha con frecuencia que “en Argentina no hay racismo como en Estados Unidos”. Frases con contenido racista circulan cotidianamente: “Indios de mierda”; “los indios son vagos”, “te comportas como un indio salvaje”. No solo han sido naturalizadas por la mayoría de las personas, en muchas ocasiones, son utilizadas por funcionarios de alto rango.

 

En la época del presidente Perón a partir de 1945 que promovió las primeras migraciones internas a Buenos Aires, estas tenían como objetivo proveer mano de obra al modelo de exportación de materias primas a Europa.  Indígenas, mestizos y campesinos conformaron gran parte de los cordones urbanos industriales. A partir de entonces, y por el color de nuestra piel, los descendientes de europeos de Buenos Aires denominaron al programa “Aluvión Zoológico” y “Cabecitas negras” a toda le gente de piel oscura que vino a trabajar.

 

Todo lo negativo y macabro es negro. Negro como peyorativo, negro como descalificación, jamás como valor. “esos negros de mierda”, “Tuve un día negro”“hubo una mano negra”, “un destino negro”, “dinero negro”. Incluso un tango que cantaba el famoso Edmundo Rivero en su letra decía ante: “A eso de la medianoche, cosas de negros hicieron; la negra durmió en la cama y el negro durmió en el suelo”.

 

En las canchas de futbol insultan a los jugadores de piel oscura, los "negros"   sobre todo a aquellos del norte, de las provincias como Jujuy donde la mayoría son indígenas Kollas o mestizos. Les gritan bolivianos que es uno de los peores insultos, pues los bolivianos que vienen a Argentina son indígenas. Todos los fanáticos que insultan en las canchas de futbol son los racistas que después votan a la ultraderecha con Macri, porque les promete en las campañas electorales que Buenos Aires será de los bonaerenses y no los que vienen afuera.

 

De manera discriminatoria se niega constantemente la existencia de otras culturas en el país.

 

Por primera vez en el año 1977, los indígenas de Abya Yala (América) participamos de la Conferencia sobre los Pueblos Indígenas en las Naciones Unidas realizada en Ginebra. Los periodistas europeos se extrañaban con nuestra presencia, pues hasta ese momento, los funcionarios argentinos que viajaban a Europa negaban la existencia de Pueblos Originarios.

 

En los años 90´, sobre la bases implantadas por la última dictadura militar, el presidente Carlos Saúl Menen adopta el modelo neoliberal, cuyo eje será el extractivismo depredador y contaminante. Luego de la crisis de 2001 se profundiza. Durante los tres períodos de gobierno kirchnerista, (2003-2015) se aprueban la mayor cantidad de semillas transgénicas. Millones de hectáreas se desmontan para extender la frontera agrícola. El modelo de producción con venenos expulsa cientos de comunidades indígenas y campesinas. Hoy día se derraman más de 400 millones de litros de agrotóxicos por año.

 

Habitantes ancestrales de la ruralidad, de bosques y montes, pasaron a engrosar los asentamientos de los grandes centros urbanos, viviendo en paupérrimas condiciones de hacinamiento en villas miserias.

 

Estas políticas fueron profundizadas por el posterior gobierno neoliberal de derecha de Mauricio Macri, y con ello, las problemáticas socio ambientales. En 2019, el neoliberalismo progresista gana las elecciones presidenciales. El gobierno que encabeza Alberto Fernández continúa con el patrón productivo extractivista como política de estado.

 

Gobiernos que por intereses políticos y económicos refuerzan los estigmas

 

El ex presidente Carlos Menem, en un reportaje para la revista de United Airlines en 1995, dijo que “En Argentina todos somos descendientes de europeos”. Pero ni siquiera él lo es, pues es descendiente de árabes.

 

La ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner, -hoy vicepresidenta-, en 2015 en su discurso por cadena nacional sostuvo que “Todos los que estamos aquí bajamos de los barcos. Somos hijos y nietos de inmigrantes, porque eso es Argentina es un país de inmigrantes”.

 

En 2016, el ex presidente Mauricio Macri durante la conmemoración de los 200 años de la independencia argentina expresó que “Todos los argentinos venimos de Europa y somos de esa cultura”. Fue más allá aún y aseveró, como pidiendo perdón al rey, “que mal se habrán sentido los patriotas al tomar la decisión de separarse de España”.

 

El actual presidente, Alberto Fernández, en su primera gira por Europa a fines de enero de 2019 expresó ante los gobiernos de Francia y Alemania que “Europa es un continente enorme. Nosotros descendemos de habitantes de este continente y fundamentalmente son los grandes inversores que tiene la Argentina”.

 

Alberto Fernández asume la presidencia en Argentina el 10 de diciembre de 2019. Aquí con sus ministros y gabinete.

 

Además, el actual Ministro “Estrella” de Seguridad del Gobierno de la Provincia de Buenos Aires, Sergio Berni, -famoso por ser altanero y reprimir a los trabajadores-, dijo a principios de junio cuando lo cuestionaron sobre procedimientos de la policía que dirige:  “Nosotros actuamos como policías profesionales porque no somos indios salvajes que andamos con boleadoras” (5). Este mismo Ministro es el que sugirió a su predecesora, la ex Ministra Patricia Bullrich del gobierno de Macri, quien autorizaba a la policía a matar por la espalda, a que ”tenga cuidado con los mapuches”.

 

Existe el Instituto Nacional Contra la Discriminación,  Xenofobia y el Racismo, INADI  que se creó en 1995/97. Supuestamente debería ser independiente, sin embargo al presidente o interventor lo designa el gobierno de turno, por lo tanto ante manifestaciones de racismo que se cometen de parte del partido gobernante, el INADI guarda silencio.

 

Racismo y empobrecimiento

 

La Ciudad capital de Argentina es gobernada por la ultraderecha por más de 13 años. Mauricio Macri fue su Jefe de Gobierno hasta ganar las elecciones presidenciales en 2015. Su slogan de campaña fue y es “Buenos Aires es de los porteños”, en alusión a la gente del conurbano, -en su mayoría de piel oscura-, que viene a trabajar o a curarse en los hospitales de la capital. Es la ciudad que pretende parecerse a Europa, aunque sus villas miseria estén súper pobladas de indígenas, mestizos e inmigrantes.

 

La Universidad Católica Argentina en su informe anual sobre la pobreza, mencionó que en Argentina el 40 % de la población es pobre. Según el informe sobre la pobreza del Banco Mundial del año 2017, los pueblos indígenas son los más pobres.

 

En las provincias de Formosa, Chaco, Jujuy, Salta, Santiago del Estero y Tucumán, se concentra la mayor parte de los pueblos originarios. Estas provincias se caracterizan por tener en común modos feudales de gobiernos, cuyas elites concentran el poder político y el poder económico, con plena injerencia en la justicia local.

 

Las fuerzas de seguridad reciben en su adiestramiento la lógica del “enemigo interno”; concibiendo como tal a indígenas y campesinos empobrecidos que se manifiestan en reclamo de sus derechos.

 

En estas provincias, la precariedad económica y el racismo manifiesto agravan la situación de tantos hermanos y hermanas.

 

Racismo y educación

 

Hay una aspiración consciente e inconsciente de tener una sociedad blanca y “civilizada”. Se trata de una negación prejuiciosa. La Universidad de Buenos Aires hizo una investigación genética y dio como resultado que el 58 % de la población en Argentina tiene genes indígenas. Definitivamente hay un problema en la sociedad argentina: lo desconocido, lo diferente provoca temor.

 

Esto no ha sido azaroso. La educación tuvo un rol protagónico en impedir el conocimiento de la realidad cultural de nuestra Abya Yala.

 

Domingo Faustino Sarmiento ha sido un actor fundamental en el impulso de la educación a la que hago referencia. Sarmiento había estudiado en Europa y de allí trae los modelos educativos y militares. Asume la presidencia en 1868. Forma la academia militar en 1869 y abre escuelas en todo el país. Implementa la obligatoriedad en la escolaridad. La enseñanza que proponen sus libros de textos, estuvieron basados en la concepción europea de enseñanza. En ellos solo se mencionaba a América como el continente donde “habían existido culturas primitivas”, previo a la existencia de la “civilizada Nación Argentina”.

 

Pueblos, localidades, calles, escuelas, monumentos, bibliotecas, etc., llevan su nombre en todo el país. Y no es casualidad. En una de sus conocidas manifestaciones y acciones racistas en contra de los pueblos originarios gauchos mestizos manifiesta lo siguiente:

 

“Lograremos exterminar a los indios? Por los salvajes de América siento una invencible repugnancia sin poderlo remediar. Esa canalla no son más que unos indios asquerosos a quienes mandaría a colgar ahora si reapareciesen. Lautaro y Caupolicán son unos indios piojosos, porque así son todos. Incapaces de progreso. Su exterminio es providencial y útil, sublime y grande. Se les debe exterminar sin ni siquiera perdonar al pequeño, que tiene ya el odio instintivo al hombre civilizado”(4). Su ideología racista fue de gran aporte a la conformación del incipiente estado argentino, y claro está también a sus oligarquías; para justificar el apoderamiento de los territorios que pertenecía ancestralmente a los pueblos originarios.

 

La primera Constitución para la Nación Argentina se redacta en 1853. En uno de sus párrafos establece prioritario “Promover la inmigración europea y convertir a los indios al catolicismo”. Masacres mediante, los indígenas que sobrevivieron fueron además violentamente convertidos en su cultura y creencias.

 

Este párrafo estuvo vigente hasta la reforma constitucional de 1994, donde luego de la presión ejercida por organizaciones indígenas, se consiguió eliminarlo e incluir el artículo 75, que en su inciso 17 reconoce la preexistencia étnica y cultural de los pueblos indígenas al estado argentino.

 

Historia

 

La historia del racismo en la Argentina tiene sus basamentos en la modalidad de saqueo, muerte y despojo en que se constituye el Estado, a partir de la independencia de 1816.

 

Ya con la invasión europea en 1492, Cristóbal Colón encabeza la campaña armada conocida como “Conquista”, de la mano de la iglesia católica. Los curas traían el “mensaje de Dios” a través de su intercesor en la tierra, el Papa Alejandro VI. La Doctrina del Descubrimiento de 1493 a través de la Bula Papal (y que los posteriores Papas se han negado a abolir hasta el presente), “repartía” el continente de la siguiente manera: España será dueña de todo lo que hoy es México hasta el extremo sur; excepto la costa donde hoy se ubica Brasil y que ya había sido “ocupada por otros cristianos”, los portugueses.

 

A nuestra Abya Yala fueron traídos a la fuerza una gran población de africanos y sometidos a la esclavitud. Gran parte fue exterminada en las guerras por la independencia de la Corona española y, regionalmente, en la guerra de la Triple Alianza (Argentina, Brasil y Uruguay) contra el Paraguay durante los años 1865 y 1870,  bajo la presidencia del general Mitre. Durante esa guerra se estima se masacró al 50 % de la población. Alrededor de 250 mil personas entre los que se encontraban mujeres, niños y ancianos. (9) Muchos de ellos pertenecían a pueblos originarios. Este fue uno de los crímenes más atroces de Lesa Humanidad cometido en contra de un pueblo como fue el incipiente estado paraguayo independiente, con el fin de favorecer al imperio inglés.

 

En la actualidad, en nuestro país se les dice “negros” a los indígenas, mestizos, descendientes afro, inmigrantes de países limítrofes –en su mayoría indígenas y mestizos también, e inmigrantes llegados en las últimas décadas del oeste africano. Con éstos últimos, el gobierno de la Ciudad Autónoma, a cargo de Rodríguez Larreta, tiene un particular encono que se expresa en la persecución y represión que despliega la policía metropolitana.

 

Pandemia y racismo

 

En los últimos dos meses y en medio de la pandemia del COVID-19, donde se restringe la circulación por temor al contagio, las fuerzas represivas policiales que responden a los gobiernos de tipo feudal que gobiernan las provincias del norte en Argentina en las provincias de Formosa, Chaco, Jujuy, Salta, Santiago del Estero y Tucumán, han arremetido contra las comunidades indígenas, cometiendo hechos violentos en contra de las indefensas comunidades.

 

El desalojo de sus territorios ancestrales, la represión a golpes y balazos a los defensores de sus derechos es una constante en esas regiones.

 

 En la provincia del Chaco, debido al hambre y por la prohibición de salir de sus casas a trabajar, dos hermanos del pueblo Qom salieron a cazar un venado para comer, en tierras de privados y que pertenecían a sus ancestros, fueron atacados a balazos por terratenientes y los guardias privados, quedando gravemente heridos, sin que los responsables hayan sido detenidos.

 

También en el mismo Chaco, a principios de junio, los policías al grito de “indios infectados”, y sin ninguna razón, irrumpieron violentamente en una precaria vivienda de otra familia Qom, golpeando mansalva a dos jóvenes varones y una niña de 16 años, abusándola sexualmente. Luego los llevaron a golpes a la comisaria donde fueron torturados. los rociaron con alcohol amenazándolos de prenderle fuego.

 

El COVID-19 se propaga en Buenos Aires en las villas miserias y se contagia por el hacinamiento en que vive la gente, viviendas precarias, falta de agua potable, etc.

 

Lo mismo ocurre en las provincias donde las comunidades indígenas que viven en las villas miserias han sido infectadas.

 

Cabe mencionar que el virus fue traído de Europa por los que siempre viajan a ese continente. Un referente indígena dijo sarcásticamente: “Aquí no tenemos aeropuerto para ir a Europa que ninguno de nosotros conoce”.

 

Represión y racismo

 

En los últimos 15 años en todo el país, más de 20 originarios han sido asesinados por la policía, gendarmería, terratenientes y guardias privados, sin que hoy día haya algún detenido por esos asesinatos.

 

En la provincia de Salta, en el último años al menos 17 niños y niñas murieron por desnutrición, debido a las condiciones miserables en que viven, pues sus territorios han sido ocupados por privados y compañías que talaron los bosques para sembrar soja transgénica y otros explotaciones. Todo eso con la complicidad del actual gobernador Sáenz y el ex gobernador Urtubey que ahora se fue a vivir a España.

 

En la frontera con Chile en el sur, cuando los mapuches empezaron a reclamar sus derechos territoriales en el año 2018, hubo acuerdo entre los gobiernos conservadores de Macri y Piñera en Chile, para organizar campañas de desprestigio y reprimir a sus dirigentes. Dos personas mapuches fueron asesinadas por la policía y por la espalda, y aunque se sabe quiénes son los autores, hoy día están libres. También un joven que apoyaba a los mapuche fue secuestrado por la gendarmería y después de un mes apareció muerto en el rio.

 

Un reciente estudio hecho por varias universidades de todo el país en Argentina, entre ellas la universidad de Buenos Aires, La Plata y Córdoba, manifiestan su preocupación por la exacerbación del racismo en Argentina, principalmente en contra de los pueblos originarios.

 

En algunos de sus párrafos mencionan que:

 

“Lamentablemente en el contexto del COVID 19 y las medidas de aislamiento social preventivo y obligatorio, decreto 297/2020, se han profundizado y exacerbado diversas situaciones de racismo, discriminación, violencia verbal y física hacia los integrantes de los pueblos originarios, los cuales se han producido a través de acciones arbitrarias por parte de la ciudadanía, grandes propietarios y/o abusos de funcionarios de diversos organismos públicos y/o fuerzas de seguridad, asumiendo en algunos casos, características sumamente conflictivas y traumáticas”.

 

La salud de los pueblos originarios es deprimente. No hay asistencia médica, hay pequeños puestos de salud casi sin personal. Los médicos no quieren ir a trabajar porque no les pagan un salario justo.

 

La Dra. Diana Lenton, profesora de la Universidad de Buenos Aires afirma que : "El racismo es una ideología pseudocientífica que califica a las personas según sus rasgos físicos visibles y le atribuye diferentes capacidades, ideológicas, inclinaciones morales y derechos, legitimando así la explotación y la sumisión de unos por otros. En países como Argentina, que son producto de la invasión europea y posteriormente de procesos de expansionismo interno, el racismo cumplió un rol fundamental para la legitimación del poder y la propiedad de las clases dominantes, al justificar la aniquilación y la reducción a la servidumbre de los pueblos originarios".

 

La Dra. Silvina Ramírez, profesora de Derecho en la Universidad de Buenos Aires, UBA, manifiesta que: “La sociedad argentina hegemónica y occidental en su mayoría, ha subordinado históricamente a los pueblos indígenas, despreciándolos y marginándolos”.

 

Conclusión

 

En conclusión, muchos de los referentes indígenas creemos que el genocidio continúa en contra de los pueblos originarios y es un plan premeditado por los distintos gobiernos para hacernos desaparecer.

 

Sin embargo, a pesar de todas estas manifestaciones de un racismo descarnado,  no todo es pesimismo para el futuro, los pueblos originarios y gran parte de la sociedad, jóvenes de movimientos sociales, partidos progresistas, campesinos, académicos, obreros, partidos de izquierda, grupos ambientalistas, el movimiento de mujeres, están tomando conciencia contra el racismo, la contaminación del llamado medio ambiente, las injusticias del acaparamiento de riquezas, el machismo y están dispuesto a decir basta a tanta injusticia.

 

Somos parte del continente Abya Yala y junto a hermanas y hermanos de otros países con los que estamos divididos por fronteras impuestas por la colonización nos estrechamos en un abrazo fraternal para liberarnos. Después de esta pandemia, los pueblos no quieren volver a las “normalidad” y seguir siendo oprimidos, explotados y ninguneados, “nos hemos echado a andar para construir una nueva sociedad basada en el respeto a la diversidad, el equilibrio , la armonía con la naturaleza, y todas las vidas en este planeta”.

 

Bibliografía y caracterizaciones

 

1 La convención Internacional sobre la eliminación de Todas las Formas de Discriminación Racial, es uno de los principales tratados internacionales en materia de derechos humanos. Fue adoptado por la Asamblea General de Naciones Unidas el 21 de diciembre de 1965 y entró en vigor el 4 de enero de 1969.

 

2 Censo Nacional de Población, Hogares y Viviendas 2010. https://www.indec.gob.ar/indec/web/Nivel4-

Tema-2-41-135.

 

3 Mapa genético Argentino. Universidad de Buenos Aires.

http://www.uba.ar/encrucijadas/50/sumario/enc50-mapageneticoarg.php

 

4 Ginebra. 1977. Los pueblos indígenas y el sistema de derechos humanos en Naciones Unidas.

https://www.ohchr.org/documents/publications/fs9rev.2_sp.pdf

 

5 Bolas con soga que mapuches usaban para cazar.

 

6 Observatorio de la deuda social argentina, UCA. 2019.

http://wadmin.uca.edu.ar/public/ckeditor/Observatorio%20Deuda%20Social/Presentaciones/2019/2019-OBSERVATORIO-PRESENTACION-5D.pdf

 

7 Diario El Progreso, 27/09/1844. Diario El Nacional 25/11/ 1876.

 

8 News Mundo. 8/2019

La expresión “discriminación racial” denotará toda distinción, exclusión, restricción o preferencia basada en motivos de raza, linaje u origen nacional o étnico que tenga por objeto o por resultado anular o menoscabar el reconocimiento, goce o ejercicio, en condiciones de igualdad, de los derechos humanos y libertades fundamentales en las esferas política, económica, social, cultural o en cualquier otra esfera de la vida pública.

 

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https://www.alainet.org/es/articulo/207425
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