Venezuela: Incertidumbre y dolarización cotidiana

23/06/2020
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El confinamiento, en gran parte del mundo, producido por el coronavirus, aun no logra convencernos de que las cosas han cambiado para la mayoría de la humanidad, sobre todo para aquellos que siempre han estado en una línea muy delgada y sensible, casi invisible entre la pobreza, la miseria y la muerte.

 

Esta pandemia afecta en menor proporción a los ricos, a los empresarios de alto nivel, a las altas jerarquías políticas, religiosas y militares. “Ellos” están bien. No tienen de que preocuparse, pero si ocuparse de cómo estas las bolsas, los precios del oro, coltán, cacao, para seguir disfrutando sus buenas vidas sobre un cementerio de cadáveres o sobre un depósito de enfermos en hospitales donde no existen “recursos”, en la mayoría de los casos, para atender a los más necesitados. El mundo es injusto.  Los menos favorecidos ya no pueden trasladarse de un sitio a otro, bien sea nacional o internacional. Cada día las poblaciones, caso concreto en la República Bolivariana de Venezuela, están más aislada por el alto costo del transporte y de la comunicación telefónica e internet. Para muchos resulta contradictorio de que al transporte público se le haya exonerado la gasolina,  precios bajos para cauchos y repuestos, pero no bajaron el precio de los pasajes,  al contrario,  para algunas rutas fueron aumentadas exageradamente.

 

Dolarización cotidiana y disociación identitaria

 

Unos de los grandes problemas de gobernabilidad en Ecuador y el El Salvador, fue la debilidad financiera, cuando mandaba Rafael Correo del Partido Revolución Ciudadana o en El Salvador en los tiempos que ejercía la magistratura Salvador Sánchez del Frente Farabundo Martí. Estos gobiernos progresistas aceptaron el dólar como moneda nacional, la cual no se fabricaba en ambos países. Este ensayo terminó desestructurando su soberanía financiera nacional.

 

El dólar, una moneda que ni siquiera tiene el respaldo que tiene el Bolívar por las reservas más grandes del planeta en petróleo, o coltán, oro o diamante, se ha ido imponiendo como la moneda de todos las y los venezolanos. El bolívar ha sido ya devaluado y ha perdido su valor real, como sucedió con la moneda sucre en Ecuador, que desapareció . Hoy, por los vientos que soplan el bolívar, como ayer el sucre en Ecuador, está en vías de extinción. No existe un lugar de la República Bolivariana de Venezuela donde la dictadura del dólar no se haya impuesto. Vas al médico son tantos dólares, vas a Tacarigua de la laguna a comprar pescado…te dicen tanto en dólares, vas a comprar una mano de cambur un dólar, y así está sucediendo en la cotidianidad.

 

Ahora bien, muchas veces el dólar baja debido al vaivén de la fragilidad financiera internacional, pero los productos de la cesta cotidiana “pa metete algo al saco” no bajan, al contrario, suben demostrando una inflación lambucia, incontrolada por el Estado que afecta a los venezolanos de a “pie”.

 

 

La dolarización se ha convertido en un dolor” de cabeza para la mayoría de las y los venezolanos que sus salarios no se corresponden con la inflación. Algo no está funcionando bien en las políticas financieras y la soberanía alimentaria, ni en la producción de medicina, ni en la tecnología.

 

Mas allá de que el bloqueo estadounidense contra Venezuela es una realidad, que no deja de ser una obsesión, un capricho, donde sus experimentos como Juan Guaidó no les ha dado resultado como lo acaba de reconocer John Bolton (exagente de la CIA), pero debemos tener muchísimo cuidado que el imperio no está “allá”, está ya “aquí” y en la práctica ha sido una estrategia “sutil” que comienza por la disociación identitaria del venezolano despreciando al bolívar, pues no vale nada….y esto no es viejo pues en un momento determinado del proceso le comprobamos al “imperio” más de quince mil millones de dólares anuales en baratijas que luego eran y son aún exhibidas no solo por la burguesía proyanqui sino por muchos altos representantes gubernamentales que aun andan pregonando  que son chavistas-bolivarianos de la boca pa’ fuera pero de la boca pa´dentro tiene clavado el American way Life...

 

Un dicho africano (yoruba) dice  “muchas palabras no llenan un cesto”, ya que por mucho que digas soy antiimperialista, pero si en la práctica hablas como imperialista, consumes como imperialista, usas las marcas de ropa, zapatos, teléfonos que el imperialismo te persuade a usar , ¿que eres entonces? De ahí que muchas palabras no llenan un cesto. El coronavirus nos llama a estar alerta ante un fantasma que recorre el país: la disociación identitaria y el amor al dólar.

 

CHU CHE RIAS

 

——Las quejas que nos llegan son a granel.. me escriben…quien del gobierno me explica...porque si le dan gratis la gasolina a los transportistas, porque estos aumentaron el pasaje arbitrariamente:  Caracas San José un millón…no joda si yo gano menos que eso mensual…no puedo ir a hacer diligencias ni gestiones a Caracas…el gobierno debe regular los precios de los pasajes.  Ya…eso puede ser una bomba tiempo.

 

——-La locura de los precios de las medicinas en una farmacia:  si tienes suerte puedes conseguir un “remedio” a 300 mil, pero no hay y en la que hay está a 800 mil…se está perdiendo el control en las pocas cosas que la gente puede adquirir para la salud.

 

 

https://www.alainet.org/es/articulo/207424?language=en
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