Burbuja especulativa y negocios fraudulentos en Estados Unidos
- Análisis
El presente ensayo es parte de una indagación desarrollada desde el mes de diciembre del 2019 sobre algunos indicadores de la burbuja financiera. La caída de las principales bolsas de valores alrededor del mundo el 9 de marzo del 2020, como resultado de las fallidas negociaciones de la OPEP para mantener el precio del petróleo y la zozobra mundial generada alrededor de la epidemia del coronavirus, son solamente los detonantes coyunturales, las cuales permitirán que las contradicciones estructurales del capitalismo financiero desaten una gran crisis económica. Estas contradicciones son el tema principal de este artículo, y constituyen los verdaderos límites que el sistema viene acarreando desde hace por lo menos una década atrás. Las siguientes páginas buscan explicar la presente crisis y dar algunas previsiones en base a datos y situaciones descritas empíricamente, para de esa manera comprender este acontecimiento que será decisivo para la historial mundial del presente siglo.
Desde la crisis mundial del 2008 los límites del capital financiero se han profundizado, precisamente porque la economía ficticia en la que se sostiene está siempre al borde de una crisis de burbuja financiera. Estas problemáticas han sido evidentes durante toda esta década, pero en el año que acaba de culminar, el 2019, se agudizan las contradicciones e inestabilidades del capital financiero, así como los desequilibrios de la economía estadounidense y de su moneda, el dólar.
El objetivo de este artículo es analizar algunos datos de la economía norteamericana, que muestran el crecimiento de una burbuja especulativa, y los límites para la reproducción del capital que generan los negocios financieros. Estos factores anuncian una posible crisis capitalista en los próximos años que tomaría una magnitud mucho mayor a la del 2008, puesto que ocasionaría la quiebra generalizada de importantes empresas norteamericanas y europeas, y como si fuera poco, el destronamiento del dólar como moneda de reserva mundial.
Además, en medio de estas problemáticas se desarrollan tensiones y disputas entre fracciones del capital financiero al interior de los Estados Unidos. Para Walter Formento y Wim Dierkxsens la contradicción estructural al interior de los Estados Unidos se dirime entre dos sectores del capital: el financiero transnacional, ligado al desarrollo de la red financiera global, y por lo tanto, sin una conexión directa con algún Estado nación en particular; estos autores denominan a esta clase social como oligarquía globalista, la cual tiene intereses e inversiones productivas y comerciales fuertemente asentadas en el Asia Pacífico, así como en otras zonas del mundo. Y el financiero multinacional, una forma del capital rezagada en el desarrollo de la globalización, altamente dependiente de las políticas financieras de rescate del Estado norteamericano y la Reserva Federal, que se denomina oligarquía continentalista, la cual se encuentra en un acelerado proceso de financiarización, parasitismo y desestructuración de sus actividades industriales[1]. La muestra más clara de este conflicto es el reciente impeachment que el Partido Demócrata aprobó contra el presidente Trump y su gobierno republicano, pero se ha expresado en diferentes frentes y ámbitos. El nudo principal de este conflicto se dirime sobre la conducción política de la crisis financiera –que para todos los actores norteamericanos en juego es un hecho innegable–, donde se disputa qué sector tendrá las riendas de los aparatos de Estado y la Reserva Federal, principalmente, para sortear de peor o de mejor manera las turbulencias económicas que podrían acabar con grandes emporios financieros y corporativos en una escala mayor de la que ocurrió en el 2008.
Este escenario crítico para Estados Unidos ha sido comparado con el derrumbe de la Unión Soviética en 1989-1991, es decir, una “Perestroika”, una restructuración para salvar al sistema y a sus élites, que en realidad desata una grave crisis orgánica[2]. Son las actuales pugnas internas, los desequilibrios económico-financieros, la debilidad del dólar y el retroceso geopolítico los que podrían ocasionar un colapso social-económico-político similar al que ocurrió a fines del siglo pasado con ese gran actor internacional que fue la URSS.
Así el contexto, pasamos ahora a exponer algunos de los datos y problemáticas más relevantes que anuncian una de las mayores crisis para el sistema capitalista mundial.
Problemas financieros de las empresas: mercado de recompra de acciones
En los últimos años la economía financiera ha desarrollado intensamente el mercado de recompra de acciones. Esta actividad meramente especulativa fue ilegal años atrás en Estados Unidos, pero hoy se ha convertido en una de las principales actividades de las empresas norteamericanas y europeas. Este negocio consiste en la emisión de acciones por parte de grandes corporaciones, que son compradas por la misma empresa o por sus accionistas, con lo cual generan un ambiente ficticio al alza en los mercados y atraen a más inversores. Esto constituye un negocio con alta rentabilidad financiera, pero un embargo y saqueo de los activos y ganancias de las empresas[3]. Puesto que las recompras de acciones se las realiza con los beneficios productivos, que terminan concentrándose en las cuentas de los miembros del directorio de las empresas. Es un proceso de destrucción de capital, que se atesora y se vuelve improductivo.
El caso más alarmante en el mercado de recompra de acciones, debido a los desequilibrios que ocasiona a la propia empresa, es el de General Electric. Un artículo en la revista financiera Fortune explica las irracionales cifras de este negocio especulativo.
“Es decir, que en la década que va de principios del 2008 a finales del 2017, General Electric se gastó 53 000 millones de dólares en recomprar 2070 millones de acciones, el equivalente a 26 dólares por acción. Ahora bien, si tenemos en cuenta que el precio actual de las acciones se sitúa en los 8.38 dólares, la empresa podría haber recomprado el mismo número de participaciones por tan solo 17 400 millones, una tercera parte del dinero desembolsado”[4].
Como vemos, este proceso de recompra de acciones por parte de los accionistas está volviendo insostenible la dinámica de las empresas. Se constituye en un saqueo de los activos, puesto que al emitir acciones y recomprarlas, los accionistas concentran una mayor porción de las ganancias, que en otra lógica deberían ser invertidas en el mejoramiento de la producción o innovación tecnológica. Es una desinversión y destrucción de las actividades industriales de estas empresas, que se convierten en meros instrumentos financieros y ocasionan graves desequilibrios debido al gasto y la magnitud del dinero que se dilapida en estos negocios, y que se concentra en manos de los especuladores. Están rematando empresas a través del fraude, y trasladan el costo de esta quiebra, ocasionada por los accionistas, hacia los pensionistas y los trabajadores, precisamente cuando se anuncia la disminución de los aportes a las jubilaciones y el despido de miles de trabajadores de General Electric, así como de otras empresas.
Pronto este escenario será el futuro de General Motors, Apple o Microsoft. Apple es la empresa que más recompra acciones. Por lo tanto, no son negocios aislados, sino que forman parte de las principales actividades del capital ficticio en su fase de decadencia acelerada. Son procesos de autocanibalismo del capital especulativo, en tanto se destruye o disminuye la actividad industrial y productiva de las empresas, en nombre del máximo beneficio de los accionistas. Estos negocios ya ocasionaron estrepitosas caídas y quiebras de empresas como Enron o WorldCom en décadas pasadas, pero ahora afectan a las empresas insignias del capitalismo industrial norteamericano, General Electric y General Motors[5].
Sin embargo, este negocio especulativo, que produjo increíbles tasas de ganancia años atrás, está mostrando sus límites. Las ganancias por acción se reducen en los mercados financieros, a pesar de que se mantiene la tendencia al alza de los índices bursátiles. El principal indicador que muestra este desbalance en los mercados de recompra de acciones está expresado en el siguiente gráfico, publicado por la página de análisis financiero, Zerohedge: “¡El mercado alcista 'sin ingresos'! El índice S&P 500 PE (blanco) vs. ganancias por acción (verde)”[6].
Comparación entre el índice S&P 500 y las ganancias por acción
Por su parte, la Reserva Federal ha inaugurado su propia versión de recompra de activos financieros, en este caso, de Bonos del Tesoro. “La Reserva Federal pretende cambiar el rumbo del mercado de acciones con la compra masiva de bonos. Prometió comprar cada mes letras del tesoro por valor de 60 000 millones de dólares hasta la primavera del 2020. Como resultado, el balance general de la Reserva Federal ha aumentado en 286 000 millones de dólares desde primeros de septiembre, llegando a 4,05 billones de dólares”[7]. Es una medida forzada de esta banca central para mantener abastecidas las reservas monetarias en el sistema bancario. Pero se trata de una recompra de activos por parte de dos instituciones del Estado, con el objetivo de inyectar más dinero a los grandes bancos norteamericanos, es decir, el mismo esquema de destrucción del capital, pero en este caso, los actores que operan el saqueo al Estado norteamericano son los bancos y sus directorios.
Otro de los grandes escándalos en la convulsionada economía estadounidense es la quiebra de empresas petroleras, especialmente las que se dedican al petróleo de esquisto. Lo que se reveló en los últimos años es que el Fracking, mecanismo por el cual se extrae este tipo de pozos petroleros, no es para nada rentable. Se trata de empresas que buscaron el financiamiento de varios multimillonarios, con la promesa de que el petróleo de esquisto se convertiría en la principal reserva de energía para el país, y ahora es un rotundo fracaso. Hasta septiembre del 2019 32 empresas u operadores de esta actividad se han declarado en bancarrota. Y desde el 2015 son 500 perforadores que han presentado solicitudes de bancarrota.
Chesapeak Energy es una empresa, de las más importantes del sector, que para sostenerse ha entrado en el negocio de la deuda. Su deuda asciende a los 10 mil millones de dólares, y sus acciones se cotizaron en 59 centavos. Este noviembre la empresa ha declarado que es posible que en los próximos 12 meses no podrá cumplir sus responsabilidades en los mercados financieros[8].
El problema de la deuda en Estados Unidos es estructural y afecta gravemente a toda su economía y en especial a grandes empresas. La deuda del sector privado en Estados Unidos oscila alrededor del 200% del PIB, la cual ha sido fomentada por las bajísimas tasas de interés que fija la Reserva Federal[9]. La mayor parte de esta deuda se obtiene a través de bonos corporativos que ingresan al mercado especulativo. Sin embargo, esta increíble cantidad de capital que reciben los actores financieros está llegando a niveles que ocasionan desconfianza en el conjunto del sistema. Michael Roberts describe esta situación de la siguiente manera:
“El valor del mercado de la deuda corporativa negociable en dólares estadounidenses (USD) se ha disparado a cerca de $ 8 billones, más de tres veces el tamaño que tenía a fines de 2008. Desde 2015-2018, se emitieron más de $ 800 mil millones en bonos corporativos de alto grado no financieros para financiar fusiones y adquisiciones. Esto representó el 29% de todas las emisiones de bonos no financieros, contribuyendo al deterioro de la calificación crediticia. La "calidad crediticia" de la deuda corporativa se está deteriorando con los bonos de baja calificación, que ahora constituyen el 61% de la deuda no financiera, frente al 49% en 2011”[10].
Este impresionante nivel de deuda privada, así como el aumento de los bonos corporativos con baja calificación crediticia anuncian el mayor peligro y amenaza para la economía ficticia y especulativa: un incumplimiento del pago de deuda, esta vez no tanto de los pequeños deudores como fue la crisis de las subprime en 2007, sino de grandes actores corporativos y financieros que están endeudados en niveles exorbitantes.
Sobreendeudamiento de la economía en su conjunto
Desde hace años que, en Estados Unidos, y en otros países desarrollados, la deuda se ha convertido en el corazón de la reproducción del capital ficticio y de la economía en su conjunto. La forma en que funciona esta economía crediticia se relaciona con la llamada “Estafa ponzi de la deuda”. Se trata de un sistema piramidal, pero centralizado, basado en la promesa de pago por una inversión, la cual es sustentada con la entrada de nuevos inversores al negocio, pero no en una fuente de riqueza real. En la deuda, el esquema ponzi funciona a través de un mayor número de deudores en incremento –impulsados a endeudarse por las bajas tasas de interés–, los cuales alimentan a los especuladores financieros y su esperanza de obtener impresionantes rentas e intereses. El capital ficticio sostiene su nivel de acumulación y concentración de la riqueza a través de una suerte de apartheid de los tipos de interés: intereses más altos para los deudores comunes, es decir, la mayoría de la población, de la cual se succiona impresionantes ganancias, para que el gran capital, con tasas de interés bajísimas, mantengan su posición privilegiada como rentistas financieros.
El problema es que actualmente el problema de la deuda no está circunscrita a los pequeños deudores, sino que todos los actores de la economía capitalista están infectados por el virus de la deuda y las bajas tasas de interés. Como veíamos la deuda privada en Estados Unidos alcanza el 200% del PIB, la deuda pública el 106% del PIB, en otras regiones del mundo el problema es similar. Si observamos el siguiente gráfico sobre la deuda mundial total, vemos el incremento impresionante de este indicador y su expansión en los últimos años.[11]
Deuda mundial y sus componentes.
La deuda mundial alcanza, entonces, los 240 billones de dólares (trillon en inglés), lo cual demuestra que el sobreendeudamiento se instala como un problema de magnitudes impresionantes y a escala global. Considerando que el PIB mundial se encuentra en los 87 billones, la deuda mundial representaría cerca de 3 veces la economía real. El problema principal consiste en que, llegado a un punto, el pago intereses y retornos de capital se convierte en insostenible en relación con los ingresos recibidos. Esta situación es la de muchos países que se encuentran sobrendeudados, y constituye uno de los riesgos principales para una crisis de incumplimiento de deuda.
Máximos históricos en los mercados financieros: burbuja financiera
Los mercados financieros en Estados Unidos se mantienen en sus máximos históricos. Como vimos, esta escalada está relacionada con el mecanismo de recompra de acciones y las exorbitantes deudas corporativas, que inflan las cotizaciones de las empresas en las bolsas de valores. Este ascenso de las finanzas es un acontecimiento de los últimos años, puesto que antes el mercado de derivados y otros negocios financieros se encontraban estancados y hasta registraron un importante retroceso en 2015. Es desde el 2017, y más claramente en el año anterior, el 2019, que los negocios financieros registran un crecimiento impresionante.
El siguiente cuadro muestra el volumen mundial de los negocios con derivados financieros OTC (fuera de cuenta, por siglas en inglés), que publica el Banco de Basilea o BPI. Donde observamos el estancamiento de los negocios financieros luego de la crisis del 2008, cuando había alcanzado un volumen de 12 veces el PBI mundial o 700 billones de dólares. Actualmente, en su último repunte, alcanza un volumen de 640 billones de dólares, quiere decir 8 veces el PIB mundial. Como vemos la actual burbuja financiera no tiene la magnitud que la del 2008, pero registra una nueva tendencia al alza como no se vía en toda la década[12].
Importe nocional de derivados OTC pendiente por categoría de riesgo[13]
En el siguiente registro, en cambio, observamos el crecimiento de los activos financieros en Estados Unidos, pero desagregados en diferentes tipos de negocios financieros. Vemos que la US Large y Small Cap (gran y pequeña capitalización de acciones) son los que mayor incremento registran en el 2019, impulsados precisamente por el mercado de recompra de acciones, alcanzando un crecimiento del 21% en este año, respecto del 10% que tiene como media en la década anterior. Otro pico lo registra el US REIT (operadores inmobiliarios) con un 20%. El crecimiento de los US Bonds, que es la emisión de los bonos de la deuda norteamericana, se sitúa en un 8%; los High Yield Bonds, que son “bonos de altos riesgo de incumplimiento” de empresas sobreendeudadas, alcanza un crecimiento del 10%.
Crecimiento de los activos financieros en Estados Unidos
Cabe recalcar que todos los datos descritos no guardan necesariamente relación con el crecimiento de los negocios en economía real. Por ejemplo, la capitalización de acciones y su vertiginoso crecimiento no expresa un auge industrial y de ganancias productivas, sino que gran parte de su crecimiento se debe a la dinámica del capital ficticio y la especulación financiera. A ello se debe, como muestra el siguiente cuadro, que la burbuja financiera en Estados Unidos alcance un volumen de 5,6 veces el PIB de los Estados Unidos[14].
El problema de una burbuja de tal magnitud se agrava cuando las empresas que se encuentran en el mercado de recompra de acciones no muestran un crecimiento de sus ganancias en economía real, o inclusive otras se encuentran al borde del incumplimiento de sus deudas. Como sucedió en el 2008, cuando un actor financiero cae de las nubes de la economía ficticia, revela que el conjunto del sistema financiero está corroído por dentro, haciendo estallar la burbuja que los sostenía y generando quiebras y bancarrotas masivas.
Caída de la tasa de ganancia en Estados Unidos y contracción del comercio global
Cabe recalcar que la economía financiera especulativa se sustenta, de alguna manera, en los negocios de la economía real, de los cuáles los actores financieros esperan obtener en el futuro una parte de las ganancias y dividendos de las empresas industriales o del cobro de intereses. El problema surge cuando las ganancias o intereses no alcanzan a satisfacer a las expectativas de todos los especuladores, y en ese momento se desatan los incumplimientos, las quiebras y el desastre financiero. El principal indicador que anuncia un desequilibrio de este tipo es la caída de la tasa de ganancia productiva en Estados Unidos, elaborada por Michael Roberts o Andrew Kliman, que confirma la tendencia decreciente en los últimos años precisamente cuando los negocios financieros han tenido un repunte impresionante.
Tasa de ganancia productiva en Estados Unidos[15]
Como se observa en el gráfico, existe una tendencia histórica de caída de la tasa de ganancia, y en las últimas décadas, luego de los picos del 2005 y 2012, estamos ante un nuevo descenso de la rentabilidad productiva, que profundiza el decrecimiento histórico de este indicador. Esta contradicción del capitalismo, propuesta inicialmente por Marx, se profundiza conforme las crisis se vuelven más periódicas, y es un factor que debilita la acumulación de capital, y, sobre todo, la expectativa de ganancia del sector especulativo. Si bien los datos mostrados corresponden a Estados Unidos, la caída de la tasa de ganancia, como lo han demostrado Michael Roberts y Estaban Maito, no es un fenómeno aislado, sino que constituye una tendencia mundial de larga data, que afecta inclusive a las economías emergentes[16].
Por otro lado, los máximos históricos de los mercados financieros contrastan con las bajas tasas de crecimiento del PIB en 2018 de países capitalistas centrales como Reino Unido (1,3%), Alemania (1,5%) o Estados Unidos (2,9%), y con bajas expectativas de crecimiento, o incluso posibles recesiones en los próximos años. Si a ello sumamos la contracción que ha sufrido el comercio mundial en el 2019, de una meseta estancada de la que venía desde el 2008, no podemos dejar de preguntarnos: ¿En qué se sostienen las altas expectativas de ganancia de los mercados financieros si la economía mundial se encuentra en un estancamiento prolongado?
Contracción del comercio global[17]
Cruce entre el comercio y la producción industrial a nivel mundial[18].
La historia de las anteriores crisis financieras ha demostrado que más pronto que tarde todos estos desequilibrios económicos terminan por ocasionar estallidos de burbujas financieras. La siguiente cita de Michael Roberts confirma lo dicho, especialmente cuando relaciona la caída de las ganancias productivas con la explosión de crisis financieras.
“Lo que impulsa la inversión empresarial es la rentabilidad, las ganancias y la expectativa de ganancias, no los "espíritus animales". Y lo que revela el acertijo de inversión de beneficios de las últimas dos décadas es que lo que importa es la tasa de beneficio de la inversión productiva. Si es bajo o está cayendo, entonces el capital cambia al extranjero, atesora efectivo o invierte en activos financieros (lo que Marx llamó capital ficticio). Si las empresas piden prestado para hacerlo, entonces se infla una burbuja de crédito, que explota cuando caen las ganancias en activos productivos”[19].
Tasas de interés negativas o muy bajas
Uno de los principales factores que impulsa a los mercados financieros son las tasas de interés muy bajas en Estados Unidos, cercanas al 1,5%, y negativas en algunos países europeos. El descenso de las tasas de interés es un mecanismo para fomentar las inversiones y el endeudamiento, con lo cual se constituye una base más amplia para los negocios especulativos. En la actualidad estas tasas bajas no están dirigidas a la banca comercial, donde los valores de interés suelen ser más altos, sino que beneficia, exclusivamente, a los grandes capitales corporativos y financieros en Estados Unidos, que pueden acceder a grandes deudas, casi sin retorno de intereses.
Las bajas tasas de interés fueron instituidas como una solución a la crisis del 2008, para superar el deterioro y estancamiento de los negocios especulativos. A través de esta política fiscal de la Reserva Federal, se opera una gran transferencia de recursos y riquezas para su concentración en la economía ficticia. Ya sea a través del endeudamiento corporativo por emisión de bonos privados, de la ampliación del endeudamiento de la población y de la extensión de crédito del Estado a las empresas.
La diferencia entre las tasas de interés que obtiene la población general y la que se le otorga al gran capital puede considerarse un verdadero apartheid de los tipos de interés. Interés 0% solo para los negocios especulativos del Estado y de los grandes actores financieros. Mientras que toda la población paga intereses más altos en tarjetas de crédito, préstamos, etc. Esta desigualdad crediticia y las tasas de intereses cercanas a 0% es la base de toda la economía en la actualidad, y, por lo tanto, es la condición política y económica que fundamenta el poder de importantes sectores del capital financiero.
Esta política fiscal desató un conflicto en Estados Unidos, entre Trump, que impulsa un descenso de las tasas de interés hasta el 0% para mantener las tendencias alcistas del mercado, y Jerome Powell, director de la Reserva Federal, representante de la oligarquía globalista, que se resiste a un descenso mayor de las tasas de interés y plantea una subida de las mismas. Cabe recordar: lo que determinó el estallido de la burbuja financiera en el 2008 fue una subida de las tasas de interés al 5%, con lo cual los deudores de las hipotecas subprime cayeron en incumplimiento. De esto es consciente la oligarquía globalista, y de esta manera buscan, a través de este mecanismo, hacer estallar la crisis financiera actual lo antes posible, para de esa manera golpear, no solo políticamente al presidente Trump que sería responsabilizado por ello, sino a todos los actores financieros continentalistas que dependen de estas tasas de interés para recibir los rescates permanentes a sus sectores. Una subida de las tasas de interés no solamente afectaría, como hace 10 años, a los pequeños deudores, sino, por el nivel de endeudamiento corporativo, ocasionaría un incumplimiento de deuda de los grandes capitales en Estados Unidos.
Por ello, la crisis presente no solo expresa contradicciones económicas, sino grandes disputas que se desarrollan en los Estados Unidos, donde la oligarquía continentalista, representada por el Partido Republicano, es el actor que más sufrirá los efectos de un estallido de burbuja, en cuanto están enteramente inmersos en la economía ficticia y para sostenerla recurren a mecanismos irracionales e insostenibles como la recompra de acciones, la masiva emisión de bonos corporativos o las tasas de interés cercanas a 0%. Por su parte, la oligarquía globalista, que comanda la Reserva Federal, tiene sus negocios afianzados en otros centros financieros, especialmente los de Asia Pacífico, por lo cual calculan que un estallido de la burbuja ahora mismo no les afectaría de la forma que sí afecta a su principal capital competidor. Según el programa de análisis financiero Keiser Report, una subida de las tasas de interés sería el fin de los republicanos[20]. De esa envergadura es el conflicto que se desarrolla actualmente en Estados Unidos.
Emisión sin respaldo en Estados Unidos: crisis del dólar
Otro de los grandes conflictos que se desarrollaron en el 2019 entre la oligarquía continentalista y la oligarquía globalista fue el problema de la expansión cuantitativa, es decir, la emisión de moneda para suplir los desbalances financieros y comerciales, sin que haya un respaldo en economía real. Este mecanismo ha sido utilizado por Estados Unidos desde el cambio del patrón oro-dólar al dinero fiduciario que domina en la actualidad. Una forma monetaria que le ha permitido a esta potencia mantener su hegemonía global, precisamente a través del dólar como moneda de reserva mundial. Para solucionar la crisis del 2008, el gobierno de Obama y la Reserva Federal impulsaron la política de flexibilización cuantitativa, denominada EQ, con lo cual se permitía una impresión indiscriminada de dólares para mantener a flote la economía norteamericana.
El problema surge cuando el gobierno de Donald Trump, del Partido Republicano, solicita a la Reserva Federal, controlada por los globalistas, que dé paso a una nueva expansión cuantitativa del dólar, para aumentar la emisión de bonos de deuda y otros activos financieros del Estado. Esta política es para el gobierno de Trump necesaria y estratégica, puesto que de esa manera mantendría la tendencia alcista en las bolsas de valores y abastecería a los actores financieros, principalmente los bancos, de todo el capital dinero que requieren para el crecimiento de la burbuja especulativa. De hecho, grandes sectores financieros de Estados Unidos dependen, en gran parte, de la emisión sin respaldo de la Reserva Federal, con lo cual compran bonos del Estado y reciben sus beneficios como tenedores de la deuda pública; o, por otro lado, la emisión sin respaldo se la utiliza para prestar dinero a los grandes capitales corporativos a tasas de interés muy bajas. Son negocios que favorecen la concentración de la riqueza y constituyen el sostén de una “economía zombie”[21], muerta en cuanto al crecimiento, al comercio y a las ganancias productivas, pero sostenida por una emisión ficticia sin respaldo. De hecho, hay empresas endeudadas y al borde de la quiebra que requieren de la emisión de bonos, de deuda y dólares para no caer en graves desequilibrios.
Por su parte, Powell de la Reserva Federal, en un intento por hacer estallar la crisis, plantearon una política de contracción monetaria, lo que implicaría la reducción de la emisión de dólares y de bonos de deuda, lo cual, por lo tanto, afectaría gravemente a los sectores financieros que dependen de estos negocios fraudulentos con el Estado. La sorpresa se dio en la segunda mitad del 2019, cuando Trump logra triunfar en el directorio de la Reserva Federal, y se inicia todo su paquete de medidas financieras para sostener la economía ficticia. Se bajaron las tasas de interés, se inició una quinta EQ, expansión cuantitativa, y se emitieron bonos del tesoro en niveles impresionantes[22]. “Para toda intención y propósito, [la emisión de bonos del tesoro] será el equivalente a una EC [Expansión Cuantitativa] con una compra programada de títulos valores. La EC es la operación que ha realizado la Reserva para imprimir dinero inorgánico y prestarlo a tasas de interés casi cero a los bancos insolventes”[23].
Por esta política de emisión sin respaldo, de las tasas de interés cercanas a cero, junto con el peligro del impago de la deuda pública o privada, se considera que el dólar y otros monedas están sobrevaluadas, es decir, tienen un valor ficticio, lo cual podría ocasionar un desplome devaluatorio si estalla una crisis financiera. Sobre esto, el dato de la base monetaria en Estados Unidos parece confirmar esta situación inestable para el dólar. Si este problema se agudiza incrementaría las posibilidades de un incumplimiento generalizado de las deudas, así como otros límites para la economía norteamericana. A continuación, se muestra el importante descenso de este indicador, comparable con las cifras anteriores al crack financiero de 1930.
Base monetaria en Estados Unidos
El portal que publica estas cifras analiza lo siguiente: “La base monetaria es la parte fundamental de la oferta monetaria y representa la parte más líquida. Básicamente actúa como el oro en un patrón oro 100% financiado: representa la liquidación final de una transacción. Si la base monetaria está disminuyendo, entonces hay menos medios para pagar la deuda y podría provocar incumplimientos masivos. El efectivo se vuelve escaso y de repente tienes una situación en la que la Fed tiene que intervenir en el mercado de repos, como lo ha hecho en las últimas semanas, solo para mantener el sistema en funcionamiento”[24].
Precisamente por estas y otras problemáticas, surgió una importante declaración de Mark Carney, presidente del Banco Central del Reino Unido, quien expresó: “El mundo debe dejar la norma del dólar”. Advirtiendo del papel desestabilizador de esta moneda por el riesgo que genera “una trampa de liquidez, de tasas de interés ultra bajas y un crecimiento débil” [25]. Con lo cual, este alto representante del capital financiero globalista expresa la posibilidad de resetear el sistema financiero mundial, a través de una nueva moneda de reserva, que ya no sería el dólar. Por parte de esta fracción del capital global se baraja la opción de suplantar al dólar por una moneda basada en los Derechos Especial de Giro del FMI, o por una suerte de criptodivisa, como lo está desarrollando Facebook con “Libra”. En uno u otro caso, existe un esfuerzo por parte de estos sectores en poner fin a la hegemonía del dólar, en tanto su objetivo es golpear al continentalismo financiero norteamericano y al presidente Trump que se sostienen por la emisión de dólares sin respaldo.
Este conflicto de divisas tiene otro actor que complejiza la situación. Se trata de la China y las autoridades de Pekin, que están poniendo en marcha un nuevo patrón petro-yuan-oro, a través de la compra de impresionantes cantidades de este metal precioso. China ha aumentado exponencialmente sus reservas en oro, con lo cual perfila a su moneda en el escenario internacional con un gran respaldo en la economía real.
Desde hace algunos años que China controla el mercado del oro, pero no declara cuál es la verdadera cantidad que posee. Si las reservas de oro de China fueran superiores a las que declara poseer[26], representaría un importante respaldo para su moneda y el estatus del yuan se elevaría de manera exponencial, constituyéndose en un importante competidor y sustituto a la hegemonía de dólar. Esta situación se consolida, además, por el mayor de peso de China como comprador mundial de materias primas, y su gestión para depender menos de las transacciones en dólares mediante intercambios con las monedas nacionales de cada país.
Crisis de las Repo y falta de liquidez
En los últimos meses del 2019 se desató un grave desequilibrio en el corazón del sistema bancario internacional, pero especialmente, en Estados Unidos. El problema se reveló a través del mercado de los Repo, que es una “actividad interbancaria nocturna”, en la cual los bancos se conceden préstamos por un día para cerrar sus contabilidades e indicadores de solvencia. En septiembre del año pasado la tasa de interés de los Repo se disparó hasta el 7%, lo cual fue leído como una desconfianza en el sector financiero, debido al peligro que una importante institución financiera pueda estar en una crisis de insolvencia.
Tasa de interés de las actividades Repo[27].
Estos números rojos en el mercado de los Repo causaron un “pánico” en el sistema financiero, lo cual impulsó una intervención por parte de la Reserva Federal como no se había realizado desde el 2008[28]. Esta situación crítica reveló la falta de liquidez en el sistema financiero; una situación en la cual los bancos requieren de grandes rescates en forma de capital dinero, para reponer su solvencia y responder adecuadamente a sus responsabilidades ante la ley y sus negocios. En este sentido, los grandes bancos en Estados Unidos que se encuentran en estos problemas, generados precisamente por el riesgo de los negocios especulativos, obligaron al Estado y a la Reserva Federal a iniciar las políticas de expansión cuantitativa, a manera de un rescate permanente al sector bancario, tal como sucedió en la última crisis financiera.
Como vemos, la crisis de los Repo se dio en el contexto de la pugna de Trump por su política de expansión cuantitativa. Esta situación impulsó de manera más decidida la emisión sin respaldo y el rescate financiero permanente. Con lo cual, se consolida el saqueo de los bancos al Estado a manera de una gran transferencia de dinero inorgánico, pero dinero, en fin, que viene a sostener los negocios ficticios del sistema financiero. En el siguiente gráfico se demuestra el aumento exponencial de las intervenciones de la Reserva Federal al mercado Repo, con un salto importante desde septiembre del 2019, es decir, desde el llamado “Repocalipsis” por el portal Zerohedge[29].
Crecimiento de las intervenciones de la Reserva Federal al mercado Repo.
En definitiva, esta aparente crisis de insolvencia en el sistema financiero fue la excusa perfecta para aplicar una nueva expansión cuantitativa, y para que la Reserva Federal rescate a los grandes bancos en el contexto de unas tasas de interés cercanas al 0%, es decir, por medio de préstamos con un mínimo de retorno de capital. Esta política de rescate permanente afianza el saqueo del capital financiero al Estado norteamericano, lo cual agravaría los problemas de endeudamiento fiscal, y generaría mayores desequilibrios monetarios en el dólar.
Conclusiones
Como se ha desarrollado a lo largo del artículo, existe un gran crecimiento de los negocios del capital financiero en los Estados Unidos. Lo que es leído por el presidente Trump y la oligarquía norteamericana como un auge en los mercados bursátiles se ve contrastado por las inestabilidades y complicaciones que emergen en varios puntos del sistema: el peligro de incumplimiento de deuda de varias empresas; la debilidad del dólar y el deseo de cierto sector del capital global de suplantarla por otra moneda; la crisis de las repo y la falta de liquidez del sistema bancario; la caída del comercio mundial y el estancamiento del PIB de los países desarrollados; una nueva caída de la tasa de ganancia productiva en Estados Unidos. Estos y otros factores constituyen el marco general de un capital financiero debilitado en diferentes frentes, y amenazada con una nueva crisis de proporciones mayores a la del 2008.
Sin embargo, la crisis financiera que parecía inminente en los años recientes, parece que ha encontrado un gran alivio con la política de expansión cuantitativa, es decir, la emisión de dinero sin respaldo. De esta manera el presidente Trump y los grandes actores financieros estadounidenses han desarrollado una política de contención fiscal que no habían tenido en la última crisis del 2008. Según grandes asesores del establishment financiero, la crisis del 2008 se hubiera evitado mediante la emisión de dólares para sostener el ritmo de crecimiento de la burbuja especulativa. Esta misma solución insensata se pone en marcha actualmente, a manera de un rescate financiero permanente. Lo cual representa una gran distribución de riquezas, en forma de dólares sin respaldo y con tasas de interés cercanas a 0%, hacia el sector especulativo, bancos y corporaciones norteamericanas, que concentran cada día más y más rentas con el apoyo y complicidad total del Estado y la Reserva Federal. Es una asignación ineficiente de los recursos, puesto que no generan procesos productivos o industriales, y se convierten en rentas que parasitan los actores financieros sin ninguna funcionalidad económica o social.
No obstante, los límites de la economía capitalista no desaparecerán de la noche a la mañana. La caída de la tasa de ganancia productiva, la disminución del comercio global y la recesión de las economías desarrolladas constituyen una grave amenaza para la reproducción del sistema en su conjunto. Los negocios especulativos y ficticios, como lo ha demostrado la historia, no pueden extenderse en el tiempo hasta el infinito, menos cuando existe una economía real débil, estancada y al borde de la recesión. Además, los tenaces conflictos entre las élites y sectores políticos norteamericanos (el globalismo y el continentalismo) tarde o temprano determinarán que una fracción del capital considere estar en las mejores condiciones para asumir la crisis, conducirla y destruir a sus competidores. La inminencia de la crisis no está en discusión, las inestabilidades surgen por doquier, y en este año volverán a repetirse en otros puntos del sistema. El problema de la definición de la crisis se convierte en eminentemente político, lo cual determinará de manera general el escenario de una “perestroika” para Estados Unidos, es decir, un proceso en el que las contradicciones agudizan las pugnas políticas y agravan los deterioros económicos, generando una crisis sistémica que debilitaría significativamente la reproducción del capital financiero y la política imperialista de este país.
El escenario de la “perestroika norteamericana” se expresa, sobre todo, en los límites y contradicciones en la reproducción del capital. La invasión generalizada del capital ficticio ha convertido a Estados Unidos en una “economía zombi”, es decir, sustentada en una burbuja especulativa, dependiente de la emisión de dólares para los rescates de la Reserva Federal y las bajísimas tasas de interés y con una economía real al borde de la recesión. Los sectores que se encuentren más vinculados a esta dinámica ficticia del capital, en su gran mayoría el sector financiero multinacional-continentalista, serán los más afectados por una crisis. Por ello, el gran límite para el capital financiero norteamericano es el posible debilitamiento del dólar. Si se confirma la sobrevaluación de esta moneda, y una gran desconfianza se generaliza en todo el mundo, una vez estallada la crisis todas las riquezas acumuladas en dólares perderán gran parte de su valor. Lo mismo sucedería si ciertos sectores del poder financiero global se deciden por desplazar al dólar y crear otra moneda de reserva mundial, o si China reafirma la fortaleza de su patrón petro-yuan-oro.
En conclusión, la próxima crisis financiera todavía encuentra una contención fiscal por parte del gobierno de Trump. Pero los grandes desequilibrios y pugnas políticas y geoeconómicas del capital determinarán en los próximos años la resolución de la crisis. Por lo tanto, como decíamos, las definiciones de este momento agudo para el capitalismo dependerán de la forma en que las fracciones del poder global diriman sus contradicciones y competencias a través de diferentes conflictos financieros, políticos y hasta militares.
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Nota: Este trabajo ha sido desarrollado en el marco de la investigación “Capitalismo y Hegemonía planetaria” desarrollada en la Universidad Andina Simón Bolívar en Ecuador, dirigida por Francisco Muñoz.
[1] Formento, Walter; Dierkxsens, Wim. “Perestroika: De la caída soviética a la de Washington – 1989-2020”. Agencia Latinoamericana de Información. 18 de octubre del 2019. En: https://www.alainet.org/es/articulo/202728.
[2] Son varios autores que señalan esta posibilidad. “Bolton – mundo – EE.UU. 2020: Una Perestroika americana”. En Global Europe Anticipation Bulletin. 17 de septiembre del 2019. En: https://geab.eu/es/bolton-mundo-ee-uu-2020-una-perestroika-americana/; Formento, Walter; Dierkxsens, Wim. “Perestroika: De la caída soviética a la de Washington – 1989-2020”. Op. Cit.; También los analistas financieros del programa Keiser Report, Max Keiser y Stacy Herbert, coinciden en comparar el proceso actual como una perestroika norteamericana: “El dólar estadunidense está en las últimas”. Keiser Report en español. 14 de enero del 2020. En: https://www.youtube.com/watch?v=lQ2V8gXLEY4.
[3] “El principal método utilizado por las empresas para invertir en este capital ficticio ha sido recomprando sus propias acciones. De hecho, las recompras se han convertido en la categoría más grande de inversión en activos financieros en los Estados Unidos y, en cierta medida, en Europa. Las recompras de EE. UU. Alcanzaron casi $ 1 billón en 2018. Eso es solo alrededor del 3% del valor total de mercado de las 500 acciones principales de EE. UU., Pero al aumentar el precio de sus propias acciones, las empresas han atraído a otros inversores para impulsar los índices del mercado de valores a niveles récord”. Roberts, Michael. El mundo de fantasía continúa. Thenextrecession.wordpress.com. 2019
[4] Tully, Shawn. “‘Destruction of Capital’: How GE’s Decade of Stock Buybacks May Come Back to Haunt the Company”. Fortune.com. 22 de agosto del 2019. https://fortune.com/2019/08/22/ge-stock-buybacks-financials/.
[5] “Es una de las mayores estafas de la historia de EE.UU., a través de un remate de los activos de las empresas a los mismos accionistas. Es el caso de Boeing. Todas sus ganancias se dirigen hacia la recompra de acciones, y se descuida totalmente la inversión productiva y tecnológica, convirtiéndose en una empresa al borde de la quiebra y con graves fallas técnicas en sus aviones”. Keiser, Max; Herbert, Stacy. Keiser Report. Russia Today. En: https://www.youtube.com/channel/UCTz8GxKrYWRSE_xHc_f-Qqw.
[6] Zerohedge. Página de análisis financiero. Publicación en Twitter de noviembre del 2019. https://www.zerohedge.com/
[7] “La Reserva Federal de Estados Unidos anuncia la compra de bonos del tesoro”. Agencia EFE. 11 de octubre del 2019. Washington. En: https://www.efe.com/efe/america/economia/la-reserva-federal-de-ee-uu-anuncia-compra-bonos-del-tesoro/20000011-4085066
[8] “Fracking Blows Up Investors Again: Phase 2 of the Great American Shale Oil & Gas Bust”. Wolf Richter. Noviembre del 2019. En: https://wolfstreet.com/2019/11/23/fracking-blows-up-again-phase-2-of-the-great-american-shale-oil-gas-bust/
[9] “United States private debt to GDP”. Trading Economics. 2019. En: https://tradingeconomics.com/united-states/private-debt-to-gdp
[10] Roberts, Michael. El mundo de fantasía continúa. Thenextrecession.wordpress.com. 2019.
[11] Paez, Pedro. América Latina: Dependencia y Subdesarrollo. Ponencia dictada en el “Seminario Hegemonía y capitalismo planetario en el siglo XXI”, organizado en Quito el 10 y 11 de abril del 2019.
[12] “OTC derivatives outstanding”. Bank for International Settlements. 8 de diciembre del 2019. En: https://www.bis.org/statistics/derstats.htm?m=6%7C32%7C71
[13] Hay que observar el Total (rhs) y el Interest Rate, con rojo y azul, en los valores de la derecha. Y los otros valores con línea punteada en la derecha. Todos en billones de dólares, que traducidos al inglés con la nomenclatura corta de numeración son trillions.
[14] Zerohedge. Página de análisis financiero. Publicación en Twitter de noviembre del 2019. https://www.zerohedge.com/.
[15] “Primero, la medida Andrew Kliman confirma la ley de Marx en el sentido de que ha habido una disminución secular en la tasa de ganancia de los Estados Unidos desde 1946 (27%) y desde 1965 (31%). Pero también es interesante que, según la medida de AK, la tasa de ganancia en el sector corporativo de EE. UU. Ha aumentado desde el mínimo de 2001 (17%). De hecho, la Gran Recesión de 2009 no vio una caída por debajo de ese mínimo de 2001. Por lo tanto, la década de 2000 parece contradecir la visión de una caída "persistente" en la tasa de ganancia de los Estados Unidos. Pero aun así, según la medida de AK, la tasa de ganancia de EE. UU. No ha vuelto al nivel de 2006 y en 2018 es un 18% inferior”. Roberts, Michael. US rate of profit measures of 2018. Michael Roberts Blog. https://thenextrecession.wordpress.com. 2019.
[16] Roberts, Michel. “The rate of profit is key”. Michael Roberts Blog. http://thenextressecion.wordpress.com. 2012.
[17] JBlockland, página web de análisis financiero.
[18] Zerohedge. Página de análisis financiero. Publicación en Twitter de noviembre del 2019. https://www.zerohedge.com/.
[19] Roberts, Michael. El mundo de fantasía continúa. Thenextrecession.wordpress.com. 2019.
[20] Kaiser, Max; Herbert, Stacy. Keiser Report en Español. Op. Cit.
[21] Ibid.
[22] “La Reserva Federal anuncia la compra de bonos del Tesoro”. EFE. 11 de octubre del 2019. Washington. En: https://www.efe.com/efe/america/economia/la-reserva-federal-de-ee-uu-anuncia-compra-bonos-del-tesoro/20000011-4085066.
[23] “Las operaciones ‘repo’ de la Reserva Federal son la antesala a otra ronda de ‘emisión cuantitativa’”. Larouche Pac. 28 de septiembre del 2019. En: https://es.larouchepac.com/es/20190928-0.
[24] Moolman, Hubert.” Gold, credit and the coming financial collapse”. Hubert Moolman blog. 25 de octubre del 2019. En: https://hubertmoolman.wordpress.com/2019/10/25/gold-credit-and-the-coming-financial-collapse/.
[25] “Banco Central Británico pide el fin del uso del dólar en el mundo”. Hispan TV. 24 de agosto del 2019. En: https://www.hispantv.com/noticias/el-reino-unido/436191/banco-inglaterra-uso-dolar.
[26] Las reservas declaradas de China ascienden a las 1 600 toneladas, pero en el siguiente artículo se sugiere que las reservas reales podrían alcanzar las 4 000 toneladas de oro, además de las 16 000 toneladas que poseen las empresas y los ciudadanos chinos. “Las reservas de oro de China son mayores de lo que revelan los datos oficiales”. Pedraza, José Ángel. 21 de octubre del 2019. En: https://oroinformacion.com/las-reservas-de-oro-de-china-son-mayores-de-lo-que-revelan-los-datos-oficiales/
[27] “United States Overnight Repo Rate”. Consultado en diciembre del 2019 En: https://tradingeconomics.com/united-states/repo-rate .
[28] “El pico de la semana pasada en las tasas de recompra de Estados Unidos fue "un eco alarmante de la crisis financiera", dice The Economist. El repositorio generalmente plácido, abreviatura de "acuerdo de recompra", es el lugar donde los bancos solicitan préstamos a corto plazo cuando necesitan efectivo adicional. Se supone que las tasas de interés en este mercado "nocturno" se mantendrán dentro del rango establecido por las tasas de interés de la Reserva Federal de EE. UU., Que era 2% -2.25% antes del último recorte. Sin embargo, la escasez repentina de liquidez la semana pasada llevó a los compradores a subir los precios, lo que elevó la tasa hasta un 10% en un punto. El salto llevó a la Fed a intervenir directamente en el mercado por primera vez en una década. Se inyectó más de $ 200 mil millones en el sistema la semana pasada para aliviar la presión”. “La falta de liquidez en los mercados obliga a la Reserva Federal a intervenir”. La República. Septiembre del 2019. En: https://www.larepublica.co/globoeconomia/la-falta-de-liquidez-en-los-mercados-obliga-a-la-reserva-federal-a-intervenir-2909412.
También: “La Reserva Federal inyecta liquidez en el mercado de deuda por primera vez en una década”. El País. Septiembre del 2019. En: https://elpais.com/economia/2019/09/17/actualidad/1568746120_815293.html.
[29] Zerohedge. Página de análisis financiero. Publicación en Twitter de noviembre del 2019. https://www.zerohedge.com/.