Movimientos sociales, crisis y movilizaciones: una mirada al verano 2019
- Análisis
But if I have learned anything from my time in Puerto Rico it is the Puerto Ricans do the impossible every single day.
Naomi Klein (El Calce)[1]
A partir de la década del noventa y del primer lustro del siglo 21, se consolidaron movimientos sociales que ganaron espacio político para combatir las estrategias neoliberales de los Estados y detener el peligroso camino por donde las grandes empresas y los gobiernos capitalistas llevan a los pueblos. De esta forma se convirtieron en los protagonistas de las políticas estatales de varios países de América Latina y otras regiones. El examen sistemático de los saberes producidos por esas resistencias e insurgencias puede sugerirnos alternativas que podemos comprender y convertir en soluciones.
Este protagonismo se atisbó desde fines de los años 80 por su papel en la caída de las dictaduras latinoamericanas, la del socialismo realmente existente y en el Caracazo venezolano, entre otros sucesos emblemáticos. En Puerto Rico fue una década de desilusión con los partidos políticos y de profundización del trabajo comunitario de base con los principios de la educación popular como opción política. La visita de Paulo Freire, propiciada por un conjunto de organizaciones agrupadas bajo la Coordinadora Nacional de Educación Popular, definió para muchos que la nueva ruta a seguir era la organización fuera de la política tradicional. Esta perspectiva se fue fortaleciendo durante la última década del siglo XX.
Una expresión organizativa del protagonismo de los movimientos sociales a escala global radicó en la fundación del Foro Social Mundial, cuyo asiento original fue Porto Alegre, Brasil. El papel de los Foros Mundiales, Regionales y Locales en los procesos electorales de países de América del Sur como Bolivia, Ecuador, Venezuela, Brasil, Paraguay, Argentina, Uruguay fue determinante para acceder al aparato estatal de estos países. Así lo han reconocido sus gobernantes en múltiples ocasiones. Estos gobiernos, respondiendo al llamado de los Foros Sociales (2001-2020) y de una gran diversidad de organizaciones activas desde la sociedad civil, crearon políticas antineoliberales y reformas constitucionales que promovían las democracias participativas y a veces las radicales.
Pero el Estado sigue siendo Estado y las contradicciones y desafíos de los gobiernos al tener que escoger entre la de-colonialidad,[2] la autonomía, el cambio de época y la necesidad de implantar estrategias de extracción para producir divisas, redistribuir la renta y reducir la pobreza, han provocado que el optimismo inicial se haya transformado en cautela.
Esta primera etapa de incidencia de los movimientos en las políticas tradicionales mostró signos de agotamiento[3]. Ese agotamiento, sin embargo, no invalida el hecho central: el protagonismo de las acciones colectivas desde la sociedad civil. Antes de la organización del primer Foro Social Mundial en el 2001 (FSM) ya se atisbó ese impacto desde espacios de lucha previamente fragmentados: por ejemplo, las movilizaciones de los pueblos originarios de cara a la celebración de los quinientos años de la conquista europea (1992); el alzamiento, en 1994, del Ejercito Zapatista de Liberación Nacional (EZLN, 1983) contra del Tratado de Libre Comercio de América del Norte con Canadá y Estados Unidos y su insurgencia hasta hoy como Frente Zapatista de Liberación Nacional/La Otra Campaña; las protestas de los manifestantes en Seattle (Contracumbre de Seattle) en 1999 contra la Organización Mundial del Comercio. En ese período en Puerto Rico se destacaron la Huelga de la Telefónica/Huelga del Pueblo y el Movimiento de paz para Vieques de 1999-2003 y años siguientes, que logró terminar con los ejercicios bélicos de la Marina de EEUU en Puerto Rico. Después de la iniciativa global Foro Social Mundial (2001-2020), [4]asumieron ese protagonismo a nivel internacional los activistas de la Primavera Árabe[5] (2010); los M-15 españoles, los Indignados europeos (2011) y los Occupy estadounidenses. (2011-12)
En Puerto Rico se expresó en las huelgas universitarias de 2010 y 2011. A partir de la segunda década del siglo fue evidente el malestar de sectores más diversos con las políticas neoliberales de austeridad promovidas por el gobierno de Puerto Rico y la Junta de Supervisión Fiscal (JSF)[6] conocida como la Junta de Control Fiscal (JCF, 2016) y se expresó nuevamente en la Huelga Universitaria de 2017 y en las movilizaciones del 1 de mayo de ese año y las del 2018. Posteriormente, se incrementó en las campañas para exigir la Auditoria de la Deuda; las de Construyamos Otro Acuerdo que rechaza las negociaciones entre el gobierno y algunas organizaciones que no representan los intereses de los sectores afectados de la sociedad civil para restructurar la deuda reduciendo las pensiones; en las acciones y movilizaciones de los profesores activos y jubilados de la Universidad de Puerto Rico (APPU y JAPPU)[7] para cuestionar y resistir los cortes injustificados a la institución y el irracional objetivo de destruir el exitoso Fideicomiso de Retiro UPR, hoy vigente. Igualmente, en la militancia de organizaciones de investigación, propaganda y performance tales como Somos Dignos, creada por estudiantes y profesores de la Escuela Derecho de la Universidad Interamericana en 2010. La misma fue una respuesta solidaria desde una universidad privada a la violencia contra los estudiantes frente al Capitolio mientras protestaban contra las políticas de austeridad (recortes al presupuesto de la UPR y aumentos a las matrículas) de la Junta de Supervisión Fiscal, avaladas por el gobierno de Puerto Rico y por la Junta de gobierno de la UPR. Hoy, Somos Dignos cuenta con el apoyo de profesor@s y estudiantes de la Escuela Graduada de Trabajo Social de la UPR y otras organizaciones afines.
En este impresionista recuento de acciones colectivas que nutren utopías para construir movimientos sociales, es preciso mencionar las movilizaciones del último lustro del siglo 21. Me refiero al surgimiento en el 2016 de un activismo militante y combativo compuesto por jóvenes [8] en respuesta a la imposición de la ley Promesa. Entre estos colectivos estuvo el Campamento contra la Junta, plantón de protesta frente al Tribunal Federal. Se mantuvo siete meses, días y noches,[9] al cabo de los cuales, por razones de seguridad y salud se desmontó y sus integrantes transitaron hacia otros espacios de acción. La Jornada Se Acabaron las Promesas se convirtió, en el mismo período en una organización que ha liderado provocativas y creativas movilizaciones contra la ley Promesa y la Junta de Control Fiscal (JCF). Se propone, además, un trabajo organizativo de formación, promoción cultural, ecológica y divulgación con sectores excluidos. Vamos (2015), se creó como una iniciativa política de concertación ciudadana no partidista compuesta por organizaciones y personas que coinciden en cinco Bases de Concertación[10] JunteGente (2018) abrió otro espacio para el “encuentro de organizaciones que están resistiendo el capitalismo neoliberal y que luchan por un Puerto Rico solidario y sostenible”.[11] En 2019 la Colectiva Feminista en Construcción[12] ganó protagonismo por su trabajo político militante a favor de no más violencia contra las mujeres, la auditoría la deuda, por un Retiro digno, la eliminación de la Junta de Control Fiscal junto a reclamos sectoriales y generales. Su consigna “no vamos solas, llevamos los reclamos colectivos” expresa ese compromiso.
La defensa de los derechos humanos por estos colectivos privilegia los reclamos para combatir múltiples formas de violencia, doméstica, policíaca, jurídica, económica, de género y social que genera el actual a patrón de poder político. La paz que se busca no es la paz de los sepulcros sino una paz proactiva que requiere militancia. Sólo así es viable el desarrollo consciente de una cultura de paz.
El perfil demográfico de estas movilizaciones e iniciativas de activismo político-social es juvenil. Este rasgo se fortaleció en el Verano Boricua 2019.[13] Los procesos de continuidad organizativa posteriores presentan una combinación de Millennials y Baby Boomers.
Verano Boricua 2019: la indignación que movió a miles
¿Cómo ubicar el Verano Boricua 2019 en este panorama? Las movilizaciones de julio 2019, vinieron después de procesos y malestares que se fueron cuajando durante las dos primeras décadas del siglo 21. Al igual que el movimiento social de paz para Vieques (MSPV) la indignación que movió a miles de ciudadanos irrumpió y sorprendió a muchos. Sin embargo, si abordamos su análisis desde la perspectiva de la sociología de los movimientos sociales o desde la historia de nuestras luchas sociales vemos que sus contenidos ya estaban presentes en militancias, protestas, campañas y movilizaciones previas promovidas por una diversidad de grupos. Estos, aunque de origen sectorial, abrazaron las luchas a favor de los derechos de otr@s oprimid@s. Se destacaron los estudiantes, los sindicatos, los ambientalistas, las mujeres y los LGBTTTQIA+[14].
La indignación ya estaba latente entre grandes sectores de la población. Su expresión no se manifestaba quizás, por la perplejidad que paralizaba a una población golpeada y sorprendida. Como en Vieques (1999), con la muerte de David Sanes por una bomba de la marina, la publicación de un infame chat fue la gota que derramó y matizó la indignación contenida. Para los sectores golpeados se hizo claro el camino a seguir: Ricky, renuncia y llévate la Junta.
Una diferencia específica de acciones colectivas previas fue que todos l@s actores sociales victimizados, convertidos en sujetos políticos durante la marcha, se constituyeron en protagonistas (actores políticos internos[15]) de la protesta. En movilizaciones previas l@s protagonistas, mujeres, trabajador@s, viequenses, lgbtttqiq+, rescatador@s, etc. recibían el apoyo solidario de otros sectores (actores políticos externos). En este Verano 2019 tod@s fuimos actores políticos internos. Esta característica constituye un magnífico sustrato para la construcción de movimientos sociales desde múltiples bases sociales, pero en la dirección de “un mundo en el que quepan muchos mundos” (Sub-comandante Marcos).
La prensa, la televisión, la radio, las redes sociales y algun@s académic@s, caracterizaron las movilizaciones[16] como “orgánicas”, concepto que tiene múltiples significados. En las mejores acepciones de este su uso ha propiciado varios análisis impresionistas innovadores y valiosos que necesitan ser complementados con acercamientos sistemáticos que tengan la perspectiva del tiempo.
La perspectiva de la sociología de los movimientos sociales ofrece una gran oportunidad para precisar y definir los posibles repertorios de acción que promuevan el poder ciudadano y la transformación social dentro o fuera de la vía electoral. Permite mirar los sucesos desde ángulos complementarios a los que han inundado los medios de comunicación. Estudiar esas acciones permite identificar los cambios que se producen en la percepción y explicación de la realidad y en el significado que se les adscribe a cosas, personas, relaciones y/o símbolos. Lamentablemente esta perspectiva brilló por su ausencia, hasta hace poco tiempo, en los medios académicos y en los medios activistas.
Hay momentos históricos en que las acciones colectivas generan procesos latentes de transformación social simbólica y práctica. Procesos subyacentes, como de underground. En coyunturas específicas se hacen manifiestos y producen movilizaciones como las del movimiento de paz para Vieques y las del Verano 2019 en Puerto Rico; la primavera árabe, los plantones del Occupy en Europa y Estados Unidos, los indignados y M-15 de España, entre otros. Algunas de estas movilizaciones se desarrollaron como movimientos sociales y otros han asumido otras estrategias.
Los análisis tradicionales reducen estas movilizaciones manifiestas al efecto Alka-Seltzer, sucesos pasajeros que no abren posibilidades reales de cambio. La perspectiva de movimientos sociales estimula el identificar los mecanismos de participación, organizada o no, que se producen en los horizontes de estas movilizaciones. Si sólo se atienden las consecuencias en el gobierno, y otras instituciones tradicionales del estado o del mundo corporativo es difícil, si no, imposible identificarlos.
Eso ocurrió cuando Ricky renunció. Tan pronto se logró el objetivo inmediato la población movilizada, politizada, que sacó a Ricardo Roselló de la gobernación no pareció incidir en las soluciones que luego manejó el partido de gobierno y el Estado. Estas “soluciones” han llevado al país, a seis meses del Verano 2019, a la actual crisis de gobernanza. Después de los sismos que causaron desastres en la región suroeste y central del país, se repiten los mismos vicios que llevaron al país a las calles en julio de 2019.
Las movilizaciones del Verano 2019 llevaron a sectores amplios a proponer nuevas políticas de cultura que amplíen las democracias. Políticas de cultura sentipensantes e informadas que incorporan pensamiento, emoción, conocimiento. Es en estas nuevas acciones colectivas electorales o no, con voluntad de convertirse en movimientos, en las que se construye el contenido, la dirección, el por qué y para qué es necesario acceder al poder.
Las élites dominantes, a nombre de la democracia son enemigas de la democracia. Quieren que propicie las voces legitimadoras de sus intereses. Para evitarlo se precisan alianzas y coaliciones de todos los aquell@s que se transformaron de actores sociales en sujetos políticos de manera que podamos “salvaguardar el único campo político en el que podemos luchar por el poder: el campo democrático”. (Boaventura de Sousa Santos).
¿Qué ha ocurrido de julio 2019 a enero 2020?
Se perfila una hoja de ruta para cambiar el gobierno y el país desde diversos marcos estratégicos. La ciudadanía ha mantenido vivas las denuncias a las prácticas/las caras de l@s corruptos y fortalecen el reclamo de crear y sistematizar la rendición de cuentas
Los grupos y organizaciones no electorales ya mencionados y preexistentes a las movilizaciones han fortalecido objetivos innovadores con agendas y prácticas democratizadoras con el objetivo de crear otras formas de gobernanza. Además, se han creado nuevas iniciativas como las 38 Asambleas de Pueblo constituidas en una Red de Asambleas con el fin de crear/mantener herramientas y mecanismos de participación que generen poder social. De manera paralela el Movimiento Victoria Ciudadana, como opción electoral (2019) para transformar el gobierno, ha adoptado la estructura Red de Redes para lo electoral, lo programático y el trabajo poselectoral. Otra variante es Vamos (2015), ya descrita[17] que realiza una práctica basada en educación, la organización y la movilización. Para lograrlo cuenta con la metodología de la educación popular, la estrategia de promover la autogestión participativa y el llamado a una militancia combativa.
Existe voluntad política, pero es muy pronto para determinar cómo estas prácticas alterarán el patrón de poder existente. Las organizaciones mencionadas siguen trabajando y creando, con las inevitables contradicciones estructurales y prácticas de los procesos nuevos. Tanto las iniciativas no electorales como las electorales tienen como objetivo hacer realidad los reclamos de las movilizaciones.
Hay una variedad de organizaciones que tienen esa voluntad política. [18] He concentrado en aquellas en la que he participado directamente como militante, académica e intelectual orgánica (Gramsci) o pública (Said). Presento algunas hipótesis basadas en observaciones conjeturales y a la vez analíticas de este proceso, que apuntan a posibles tendencias en un horizonte utópico y pragmático. Parto de marcos teóricos interpretativos que he desarrollado durante mi vida y de experiencias en acciones colectivas y movimientos previos en las que he participado y he estudiado.
Durante el mes de enero de 2020 la actividad sísmica en el archipiélago [19] sembró pánico en la población puertorriqueña. La deficiente respuesta del Gobierno de Puerto Rico, FEMA, Casa Blanca, continúa agravando una situación insostenible. El peso de la respuesta al desastre lo han llevado, al igual que después del huracán María, los municipios (gobiernos locales) las organizaciones la sociedad civil, las comunidades y los ciudadanos particulares. Están por verse y analizarse las consecuencias de estos procesos. ¿Qué impacto tendrán, si alguno, la incompetencia y corrupción del gobierno, la reiterada hostilidad de Casa Blanca y la proliferación de respuestas ciudadanas y comunitarias en: nuevas resistencias y organizaciones, futuras movilizaciones, patrones de inscripción y votación e incidencia real en el poder?
Acciones en desarrollo
A continuación y, a manera de crónica, se incluyen algunas de las acciones de los colectivos ya mencionados. Mismas que se han intensificado a raíz de los sismos. Por ejemplo, las 38 Asambleas de Pueblo que, con diversos niveles de estructura y continuidad, se mantienen conectadas por la vía digital y por reuniones presenciales generan varias acciones. La creación de esta Red de Asambleas apunta a una voluntad de coordinación prometedora. La Asamblea de la Placita Roosevelt en San Juan, mantiene activos once comités de trabajo[20]. Su Comité de Enmiendas Constitucionales ha seleccionado tres tipos de enmiendas a la Constitución para someter a la Legislatura como su primer frente de lucha sobre ese reclamo del Verano 2019. De igual forma el Comité de Participación Ciudadana ha desarrollado una agenda de trabajo para promover una participación ciudadana informada para la estrategia electoral o crear otras instancias de influencia política. El Comité de Educación diseñó acciones de educación popular para promover los temas de las Asambleas. Atent@s a la necesidad de coordinar acciones, principalmente al reactivarse la crisis de gobernanza después de los sismos, los participantes van planteando la necesidad de coordinar e integrar acciones entre comités con otras Asambleas y organizaciones.
Otro ejemplo de esa voluntad política es VAMOS cuyo trabajo como instancia política no electoral se estructura a partir del trabajo de Círculos Comunitarios, Círculos Sectoriales, la Diáspora, Frentes y Alianzas, Equipo Internacional y Proyectos de Educación, Comunicación, de Economía Solidaria, entre otros. Mismos convocados desde la óptica de un Proyecto de País en construcción[21] con la voluntad de aplicar practicas decisionales horizontales.
La estructura de Red de Redes[22] aprobada en la Asamblea Nacional de Victoria Ciudadana por la iniciativa electoral, coherente con su autodefinición como movimiento, tiene como objetivo sustituir la organización partidista tradicional. Es una estructura aprobada mayoritariamente por su Asamblea Nacional. Antes de esa aprobación se dio un proceso de debates al interior de su dirección.
¿Qué hacer desde las Universidades y otras instituciones educativas, sindicales, políticas, etc.?
Estimular y financiar investigaciones que contribuyan, en primer lugar, al estudio de las variables que caracterizan las acciones colectivas o los movimientos sociales.[23] Variables tales como: cuáles son los sujetos políticos activados, los aliados/adversarios, los contextos históricos, las ideologías, las demandas/reclamos, las prácticas organizativas, las de comunicación, papel de la violencia, del gobierno y de los sectores privados de la economía, entre otros. En segundo lugar, que se amplíe el acervo conceptual de análisis por medio de acceso a teorías existentes y nuevas. Lo cual implica, propiciar el manejo de nociones tales como acciones colectivas, acciones performativas, colonialidad de poder, saber y ser, hegemonía, de-colonialidad, ecología de saberes, interculturalidad, epistemicidio, etc. Es decir, es preciso el compromiso de financiar el desarrollo de investigaciones, programas y cursos sobre política y movimientos sociales que incluya la incorporación de la metodología critica de educación popular.
Este ensayo se propuso ilustrar que existen muchas fuerzas sociales en el planeta y en Puerto Rico comprometidas con una agenda de transformación social, no siempre anti-sistémicas (en el sentido de Wallerstein), pero sí de cambio. Que estas sobrevivirán[24] si mantienen una praxis (acción-reflexión, según Freire) y un horizonte utópico como guía. Además, que es fundamental cuestionar los paradigmas existentes, “tocar suelo”[25], afirmar las utopías[26] y contar con compromisos de financiamiento solidario para ampliar, sistematizar y divulgar el cuerpo de conocimientos sobre estos temas que hemos ido construyendo desde la práctica.
- Liliana Cotto Morales, socióloga urbana, Catedrática jubilada de la Facultad de Estudios Generales, Universidad de Puerto Rico. Miembro Equipo Directivo Cátedra UNESCO de Educación para la Paz.
Versión sintetizada de un texto preparado para la publicación del texto conmemorativo de los 20 años de la Cátedra UNESCO de Educación para la Paz, Universidad de Puerto Rico y https://www.80grados.net/movimientos-sociales-otra-mirada-a-las-crisis/
[1] Citado en www.JunteGente.org
[2] La colonialidad del poder es, según su creador el sociólogo peruano Aníbal Quijano, uno de los elementos fundantes del actual patrón de poder. Se refiere a la clasificación social básica y universal de la población del planeta en torno a la idea de “raza” en la que existe el mundo desde hace 500 años. Es la base del racismo de la Modernidad. Junto a la idea de América y Europa como regiones desiguales, y el capitalismo como forma universal de control del trabajo, fueron “impuestas sobre toda la población del planeta durante la expansión del colonialismo europeo”. Se diferencia del colonialismo en tanto que este se refiere a la dominación político-económica de unos pueblos sobre otros y es miles de años anterior a la colonialidad. Aníbal Quijano 2000. Colonialidad del Poder, Eurocentrismo y América Latina. En Edgardo Lander, comp. de Colonialidad del Saber, Eurocentrismo y Ciencias Sociales; 2014. Antología Esencial, De la dependencia histórico-estructural a la colonialidad del poder. CLACSO
[3] Zibechi, Raúl. (2008). Autonomías y emancipaciones. Bajo Tierra Ediciones, México; Martínez Rodríguez, Jorge. (2013). Otro mundo es posible y necesario ¿Cómo lograrlo? Taller editorial La Casa del Mago, México.
[4] Cotto Morales, Liliana. (2016) A diez años del 1er Foro Social de Puerto Rico, 80 grados, 3 de junio; Vivas Esther. (2010) Foro Social Mundial, diez años, América Latina en movimiento. www.alainet,org.
[5] Los límites de este ensayo no permiten explicar las organizaciones e iniciativas activas en construir movimientos sociales a través de sus acciones colectivas. Se puede acceder a la información de los aquí mencionados y otros por medios digitales. Para facilitar la búsqueda los nombres se han ennegrecido.
[6] La JCF fue creada por una ley federal impuesta en 2016 por el Congreso de los Estados Unidos conocida como ley PROMESA (Puerto Rico Oversight Management, and Economic Stability Act). Coherente con la condición colonial de Puerto Rico la ley otorga poderes a la JCF para imponer planes fiscales al Gobierno de PR y todas sus instituciones. Contradictoriamente el único espacio de gestión de los puertorriqueños a través del Ejecutivo y la Legislatura ha quedado reducido por el fallo de la Corte de Apelaciones del Distrito de Boston (18 de diciembre de 2019) que sostiene la decisión de la corte de distrito federal a los efectos de que “si el organismo fiscal hace una recomendación al gobierno y este no lo acata, nada impide que la JSF pueda implementar el curso de acción sugerido” (GFR Media, Joanisabel González 18/12/19). El gobierno de PR no tiene poder alguno para decidir sobre los acuerdos’.
[7] Asociación Puertorriqueña de Profesores Universitarios y Jubilados de la Asociación Puertorriqueña de Profesores Universitarios.
[8] Liliana Cotto Morales, PhD. 2017. Collective Actions of Resistance against the Colonial Despotism of PROMESA: Exploring Vocabularies and Strategies in PUERTO RICO: SAVAGE NEOLIBERALISM AND FINANCIAL DESPOTISM University of Massachusetts, Amherst, April 13-14, 2017. YouTube Puerto Rico Economic Crisis: Analysis and Solutions (Part 1).
[9]. La duración de este campamento superó el Piquete Maratón de los rescatador@es de terreno de mayo a julio de 1975 pero no la extensión de los Campamentos contra la Marina en Vieques que permanecieron del 2000-2003. Liliana Cotto Morales, 2011, Desalambrar, Tal Cual y Desalambrando, el Documental.2017. ZoomIdeal, San Juan, PR.
[10] Las Bases de Concertación (bienestar social, buena salud, democracia desde el pueblo, nuestra identidad y cultura, vejez digna, vivir en espacios seguros) constituyen el horizonte utópico para la construcción del movimiento social transformador al que aspira Vamos. Para detalles sobre Visión, Estrategia, Valores, y la noción de Concertantes ver www.vamospr.org
[11] Manifiesto de emergencia y esperanza, JunteGente, 2 de junio 2018.
[12] “…la Cole lleva cinco años haciendo trabajo político construyendo poder colectivo y popular”. 2019. Facebook de la Colectiva Feminista en Construcción.
[13] José Javier Colón Morera. El “Verano Boricua”: Claves Preliminares desde la Mirada de los derechos humanos. Para otras miradas de este suceso véase: Silverio Pérez, Pedro Reina Pérez y Ana Teresa Toro. 2019. Somos Más: Crónicas del Verano del 19. Marullo, el Podcast; Samuel Silva. 2019.Herramientas de la Fe Cristiana…
[14] Lesbiana, Gay, Bisexual, Transexual, Transgénero, Trasvesti, Queer, Intersexual, Asexual +.
[15] Las nociones, actores políticos internos y externos y las de adversarios y colaboradores se explican en Liliana Cotto Morales, 2011. Desalambrar. Editorial Tal Cual.
[16] Desde mi perspectiva el Verano 2019 fue una gran movilización que sentó unas bases que habría que desarrollar para construir un vasto movimiento social anti-sistémico (Wallerstein).
[17] AQUÍ ESCRIBIR Los valores y visión de vamos www.vamospr.org
[18] JunteGente, Movimiento Una sola Voz, Acceso Legal, Proyecto Casa Taft, Organización de la Mujer Trabajadora (OMT), Coordinadora de Paz para la mujer, Coordinadora Feminista en construcción, Puerto Rico te quiero, entre otras.
[19] Aunque el archipiélago ha estado sometido a gran actividad sísmica desde hace varios años, el sismo del 7 de enero de 2020 abrió una nueva situación de emergencia en los pueblos del Sur y Centro y la profundización de la crisis política de la nación.
[20] Los once Comités son: Logística/ Comunicaciones/Diáspora; Corrupción, Enmiendas Constitucionales; Auditoria de la deuda; Deuda Odiosa; Educación; Participación Ciudadana, Política Pública; Vivienda Digna, Sostenibilidad y Medioambiente; Consciencia y Bienestar. La mayoría de las Asambleas coinciden en las temáticas para agrupar los Comités ya que responden a los reclamos que se privilegiaron en las manifestaciones del Verano 2019.
[21] Para detalles ver www.vamospr.com
[22] Algunas de las redes convocadas son: Salud, Educación, Economía, Descolonización, Agroalimentación, Cultura, Diáspora, Comunicación, Pobreza y comunidades, Gobierno/planificación/política pública, Ecología, Género, LGBTTTQIA+ y la Red territorial que sustituye la tradicional estructura cuya base era el Comité de Barrio.
[23] Otra manera de lograr ese estímulo es El Puerto Rico Syllabus ( www.puertoricosyllabus.com), innovadora herramienta creada por jóvenes académicas de la Diáspora que provee, “a list of resources for teaching and learning about the current economic crisis in Puerto Rico…and tools ..to asses its roots and its repecussiions” .
[24] “Todo está listo el agua, el sol y el barro, pero si falta usted, no habrá milagro”. Joan Manuel Serrat, Canción Infantil
[25] “La salvación de la que habla el poeta es ese “tocar fondo “con el suelo de la realidad” …el Sub Marcos me convenció de que, frente a cada teoría, hay que buscar cómo tocar suelo… ¿Cuál es el suelo que mi teoría negaba? ¿Qué realidad ocultaba en vez de revelarla?” Robert Jean. (2009). Ponencia en el Primer Coloquio Internacional In Memoriam Andrés Aubry: “Planeta tierra: Movimientos anti-sistémicos”. San Cristóbal de las Casas, Chiapas, México: Cideci, Unitierra [25]
[26] “No disparen contra el utopista”, Boaventura de Sousa Santos, (2000) Crítica de la razón indolente: Contra el desperdicio de la experiencia: 378.